"No se trata de que estemos atrasados, en educación uno siempre está contra el tiempo"
El titular del ramo tiene por delante una tarea titánica: recuperar los aprendizajes perdidos en pandemia y devolver a las aulas a los alumnos que desertaron. Él cree que el rezago "es absolutamente recuperable".
El lunes 16 de enero pasado el presidente Gabriel Boric anunció un Plan de Reactivación Educativa para contrarrestar el rezago que dejó la pandemia. "Esta es una carrera contra el tiempo", dijo entonces, consciente de que había sido un error garrafal no haber anticipado el retorno a los colegios. Chile fue uno de los países que menos clases presenciales tuvo en el mundo durante el covid-19, dos años en que niños y adolescentes del sistema escolar recibieran contenidos mínimos.
El ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, es por razones obvias el encargado de llevar adelante esta tarea que tendrá un presupuesto de 250 mil millones de pesos y que se focalizará en tres áreas específicas: convivencia y salud mental (focalizado en 100 comunas prioritarias), fortalecimiento de aprendizajes (con énfasis en la lectoescritura y con el apoyo de 20 mil tutores) y asistencia y revinculación (con 1.300 gestores que tendrán por objetivo recuperar a los más de 50 mil estudiantes que salieron del sistema). También se convocó a un consejo de 23 representantes de distintos organismos civiles vinculados a la educación para que entreguen recomendaciones.
-Ministro, hay críticas apuntando a lo "tardío" del plan. ¿Estamos atrasados en esto?
-En primer lugar, te diría que no necesariamente estamos atrasados; en educación siempre uno está contra el tiempo. No se trata de que estemos atrasados. Primero, porque nosotros sí ejecutamos un conjunto de acciones en 2022 con un presupuesto heredado, especialmente centrado en los temas de desvinculación, de rezago educativo y también los problemas de convivencia, que fueron los primeros que aparecieron en cuanto asumimos el gobierno. En ese sentido, hemos tenido una buena relación directa con el sistema educativo a través de nuestros equipos desplegados en el territorio para precisamente impulsar esta reactivación. Hemos tenido algunas iniciativas bien importantes, como la recuperación de infraestructura escolar. En eso tuvimos una inversión de casi 50 mil millones de pesos. Además, hicimos capacitaciones para más de 23 mil profesores y profesoras en herramientas para atender esta urgencia socioemocional. Hicimos intervención en 60 comunas que tenían niveles críticos de violencia, ejecutamos un plan de tutoría que nos hubiera encantado que hubiesen sido muchos más los participantes y llegamos a cinco mil estudiantes de Pedagogía de cursos finales de sus carreras para apoyar a las y los docentes.
-Al Consejo se le dio de plazo todo el primer semestre, pero hay voces que indican que eso es esperar mucho. ¿No pueden acotarse más los plazos?
-Exactamente, ese es el plazo. Sin embargo, hemos visto y se lo hemos planteado de esta manera a los consejeros, la posibilidad de que nos entreguen algunos antecedentes previos, tal como preinformes o informes parciales con algunas de sus conclusiones, que probablemente van a ser recomendaciones de ajustes de política que estamos muy disponibles para poder incorporar, obviamente pensando en la liquidez presupuestaria y la factibilidad que tienen algunas acciones. Hay que recordar que este es un sistema educativo con casi 16 mil centros educativos considerando salas cunas y jardines infantiles. El volumen de personas es muy amplio y una acción que usted ejecute tiene que estar pensada también en esa dimensión que tiene la cartera.
-¿Este consejo puede ampliarse todavía? La educación técnica está pidiendo un espacio, también pudieron estar los apoderados.
-Claro, el consejo siempre se pensó de la manera más representativa posible. Nosotros entendíamos que cuando uno hace un consejo muy grande a veces tiene dificultades justamente para la toma de acuerdos. Sin embargo, hay colaboradores que van a ser considerados en sesiones de trabajo en donde también un equipo del ministerio y sus secretarías ejecutivas que van a estar en el plan de reactivación van a poder ir recogiendo distintas opiniones. En eso están considerados precisamente los asistentes de la educación, también las familias, padres y apoderados, representantes del mundo técnico, hay total y absoluta disposición para poder no necesariamente ampliar el consejo, pero sí tener sesiones de trabajo con estos actores para recoger todas sus inquietudes, sugerencias, propuestas.
-¿Está medido el rezago que produjo la pandemia en la educación?
-Tenemos varios datos. Los primeros son las estimaciones que se hacen a nivel regional, es decir, cuál es el que se entiende que podría ser el principal rezago en Latinoamérica, a propósito del tiempo que los establecimientos estuvieron cerrados y es fundamentalmente del ámbito de la lectura. Eso es lo primero que se estima en términos de un atraso, especialmente en alumnos de primaria que al terminar este ciclo se encontrarían no necesariamente con su proceso de lectoescritura total y absolutamente adquirido. Además de eso, con bajas competencias en la comprensión lectora. Recordemos que la lectoescritura no solo es el aprender a leer y escribir, sino que es una habilidad fundamental y habilitante para el resto de las asignaturas. Lo segundo son los datos del DIA (Diagnóstico Integral de Aprendizaje), que como es una evaluación voluntaria, los datos no pueden ser agregados para poder hacer conclusiones. Pero más o menos es similar. Por último, las habilidades en matemáticas, que también son las más bajas. Ese es el escenario.
-¿Es completamente recuperable este rezago o hay que hacer la pérdida que sería el costo de la pandemia en los aprendizajes?
-No, yo diría desde mi opinión como educador que es absolutamente recuperable, porque estamos hablando de habilidades, que es la capacidad que tiene el cerebro de poder aprender en la medida que tiene los estímulos pertinentes, en donde si nosotros observamos buenas prácticas docentes con actividades de aprendizajes que están muy bien orientadas y planificadas, efectivamente eso es absolutamente recuperable, porque tiene que ver fundamentalmente con la ejercitación permanente para el desarrollo de una habilidad. Eso no se hace solo en la asignatura de Lenguaje, también se puede hacer en otras donde los estudiantes estén sometidos a un desafío, un desafío pedagógico de resolver una problemática, desarrollar una tarea