En recuerdo de José Palma
Cuando llegamos a Antofagasta, hace ya casi una década, mi esposo, nuestros dos hijos y yo nos integramos rápidamente a su vida cultural. Y hubo un rostro que muy pronto se volvió muy familiar, pues lo veíamos en toda actividad a la que asistíamos.
Con el paso del tiempo nos enteramos de que era don Pepe. Siempre acompañado de su libreta de notas, lo encontrábamos de manera asombrosa en "todas partes": en presentaciones de libros, en conciertos, en la FILZIC, en Puerto de Ideas, donde parecía que había elegido las mismas actividades que nosotros pues en todas nos lo encontrábamos, incluso en aquella ocasión en la que el público era tan exiguo que casi sólo éramos él y nosotros cuatro...
Tuve la oportunidad de verlo también muy atento en varias de las charlas que dicté en diversos lugares, y de tener la fortuna de que se acercara a preguntarme algo al final de mis participaciones. Siempre que nos encontrábamos, me saludaba con una inclinación de cabeza y su mirada atenta, amable.
Nuestro asombro ante su aparente ubicuidad fue en aumento cuando cada vez que visitábamos la Biblioteca Regional de Antofagasta él estaba ahí o llegaba un poco después... Y lo mismo nos ocurría en nuestras visitas a la lamentablemente extinta Biblioteca Viva.
De los misterios que, al menos para nosotros estaba rodeado (quién era, a qué se dedicaba, dónde vivía, si tenía familia...), uno de los más grandes era el tema de sus notas. (Personalmente, siempre me pregunté si alguna vez las releería...)
Ante su partida, ¿qué se hará con ellas y el legado que significan? Son, sin duda, un gran recuento de la historia cultural de esta ciudad que hoy lo despide con tristeza, pero ante todo con cariño, dándole el lugar que como personaje destacado de lo cultural representa.
Hoy es él quien protagoniza las notas y la agenda cultural, ante la partida de don José Palma Bustamante, reportero/periodista cultural, que nos deja, entre muchas otras cosas, la certeza de que en todo siempre hay algo digno de anotarse y conservarse para la posteridad.
Ericka Castellanos Moreno, filóloga clásica.