SAG: Región de Antofagasta encabeza registro de aves muertas por emergencia de influenza aviar en el país
MEDIOAMBIENTE. Hasta fines del mes pasado en esta zona del país se reportaban más de 3 mil casos de aves muertas y enterradas como medida de prevención.
"No toque, no mueva ni traslade aves enfermas o muertas", alerta un mensaje del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) en redes sociales destinado a evitar la propagación del virus de la influenza aviar (H5N1), que desde el denominado caso cero de diciembre pasado en la Región de Arica y Parinacota se ha expandido en aves silvestres hasta la Región del Ñuble, exceptuando la Metropolitana.
Según afirma Carlos Guerra-Correa, doctor en Biología y además director del Centro de Rescate y Rehabilitación de Fauna Silvestre de la Universidad de Antofagasta, hoy las aves en general permanecen en riesgo. Una condición que alerta en distintas zonas del país por la necesidad de contener la expansión del virus hacia las aves de traspatio (aves domésticas para consumo humano) y un eventual encadenamiento de contagios. Más aun considerando que el gremio Chile Carne reportó que al cierre de 2022 la carne de pollo representaba el 44% de la producción nacional y el 31% a las exportaciones del sector.
Guerra-Correa expresa que a este riesgo se suma el impacto ecológico por el eventual avance de esta enfermedad aviar. "Hay riesgo en general para las aves, tanto para las silvestres como de la industria de criaderos de pollos, incluso las aves como las gallinas que la gente tiene en sus casas. Esa es una de las preocupaciones del Estado, el tema de los productores, porque podría surgir un problema económico y también social por los trabajadores del sector".
"Aunque también debe haber una preocupación ecológica, es decir, cuántos individuos de las poblaciones que han sido afectadas vamos a perder ecológicamente, lo que causa un desequilibrio ecológico también. Ahora que esto se encuentre circunscrito al borde costero es porque el animal que resultó ser más susceptible en casos, probablemente por su conducta de alimentación, es el pelícano, que ha sido el más diseminador del virus por el hecho de la forma como se alimenta", agrega Guerra-Correa sobre el uso de la bolsa gular de esta especie en su proceso de alimentación, que implica contener y luego filtrar el agua que captura del mar. Una conducta que propiciaría la eventual diseminación del virus en otros pelícanos próximos, tras ingerir esta misma agua de mar con las probables secreciones contaminadas.
El avance del virus
Sobre el avance de la influenza aviar, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) registra como primer caso el reportado en la Región de Arica y Parinacota el 5 de diciembre pasado, cuando se recibió la denuncia por un pelícano que deambulaba con síntomas de contagio por la zona urbana en playa 'Las Machas'. Según datos reportados por el SAG el 30 de enero pasado, la entidad registraba hasta esa fecha 8.050 aves muertas y enterradas (no todas positivas) asociadas a la Emergencia de Influenza Aviar (EIA) desde las regiones de Arica y Parinacota y El Maule, sin contar la Metropolitana. A fines de ese mismo mes el SAG también confirmaba un caso positivo en la Región del Ñuble.
Desde esta entidad, en tanto, han informado que el registro de casos positivos se ha limitado a las zonas costeras del país. El registro de aves muertas y enterradas lo encabeza la Región de Antofagasta (3.202), luego sigue Arica y Parinacota (1.685) y Atacama (820). Mientras que el listado de especies afectadas asciende a 17 en el país, con una preponderancia de pelícanos. Hasta fines de enero la Región de Antofagasta registraba cinco especies afectadas: piquero, pelícano, gaviota peruana, huairavo y jote de cabeza colorada.
En tanto, hasta el 30 de enero de un total 6.851 muestras obtenidas, 847 corresponden a la Región de Antofagasta. Mientras que el total de casos positivos reportados en el territorio nacional ascendía a 107, de los cuales 35 corresponden a Antofagasta: el registro más alto del país. Luego siguen Atacama (24) y Arica y Parinacota (16).
Guerra-Correa explica que la transmisión del virus a otras especies, como gaviotas o garumas, existe, pero con una menor probabilidad. "En cada ave uno podría proyectar los mecanismos de contagio eventuales que podría enfrentar determinada especie. Por ejemplo, un gorrión, el que difícilmente come en el mar, por lo que no tendría el mecanismo de contagio del pelícano o de otros pájaros marinos. Salvo que un pelícano en un sector de playa deje secreciones o fecas y un gorrión justo podría agarrar una semillita mojada con las secreciones. Ahí el gorrión se contamina", añade el también director del Centro Regional de Estudios y Educación Ambiental, de la Universidad de Antofagasta. Este experto agrega que la cifra de casos positivos y aves muertas corresponde solo a una aproximación, debido a la imposibilidad de catastrar a la totalidad de aves afectadas.
Bioseguridad
Desde el SAG informaron que hasta el miércoles de la semana pasada se reportaban 51 zonas de control sanitario entre las regiones de Arica y Parinacota y el Ñuble, exceptuado la Metropolitana. La propagación de la influenza aviar mantiene hoy solo a Oceanía como continente libre de esta pandemia. Según proyecciones de expertos que asesoran a la industria de incubación y productoras de huevos, ya se registran más de 120 millones de aves muertas o sacrificadas en Europa y Estados Unidos debido a esta emergencia zoonótica.
Para abordar esta contingencia ambiental, en una reciente sesión en la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados, Carlos Orellana, jefe de la división protección pecuaria del SAG, afirmó que se han activado una serie de procedimientos junto a la empresa privada para contener la influenza aviar. "El primer trabajo consiste en aspectos de bioseguridad, que son la clave para abordar el tema de la enfermedad. Lo que más interesa es que los productores y la ciudadanía en general por tratarse de casos de aves silvestres hagan las denuncias correspondientes".
"Por tratarse de una enfermedad que está radicada en aves silvestres la primera actividad, que fue la que nos abocó durante las primeras semanas y en la medida que van ingresado nuevas regiones; y que es el punto clave de la estrategia, es el retiro de los cadáveres. Esto básicamente para cortar el ciclo de transmisión viral y bajar la carga (…) y en el caso de animales que presenten síntomas compatibles realizar la eutanasia correspondiente", agregó Orellana.
"Lo que más interesa es que los productores y la ciudadanía en general por tratarse de casos de aves silvestres hagan las denuncias correspondientes".
Carlos Orellana, Jefe Protección Pecuaria del SAG