Persiste la alta extracción ilegal de huiro en el norte
FISCALIZACIÓN. Al cierre del 2022, la Región figuraba en segundo lugar a nivel país en incautaciones de este recurso marino.
La indiscriminada deforestación de ecosistemas marinos causada por la extracción ilegal de algas (huiros) persiste con fuerza en distintos sectores del litoral del país, especialmente en la Región de Antofagasta, que figura entre los mayores registros de incautaciones de este recurso marino durante 2022.
Una tendencia reflejada en ocupaciones irregulares conformadas por verdaderos campamentos de algueros en distintas zonas costeras de la región, según denuncias de fuentes ligadas a organizaciones ambientales. Esta extracción ilegal la evidencian con fuerza los operativos de fiscalización del Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca).
Según datos de esta entidad, durante 2022 se registraron 560,870 mil toneladas de algas incautadas. Este listado a nivel país lo encabeza la Región de Atacama con 162,104 toneladas, que corresponden a 115,666 toneladas de huiro negro y 46,438 toneladas de huiro palo. Más atrás se ubican las regiones de Antofagasta y Tarapacá, con 161,315 y 116,786 toneladas, respectivamente, de huiro negro.
Alza de precios
Según comenta un dirigente alguero, que prefiere mantener su nombre en reserva, por temor a represalias, la extracción ilegal de esta vegetación marina se ha "disparado" en medio del aumento sostenido de su valor. Una práctica que agrava su impacto, según afirma, por el denominado "barreteo", que consiste en el empleo de una especie de chuzo con una placa en uno de sus extremos que arranca de raíz o desde sus discos de fijación los huiros. Como resultado de esta práctica se ha incrementado la depredación de las praderas y bosques marinos con un daño casi irreparable para este tipo de vegetación marina, reconocen expertos.
"Hoy los precios se han disparado comparado a unos años atrás, por la gran demanda que viene de afuera. Desde Taltal a Tocopilla se extraen algas; pero hay algunas partes en que queda, porque en otros lugares lo están barreteando, lo que es como talar los bosques", dice este representante de un gremio de buzos y recolectores de orilla.
Según este dirigente, el escaso conocimiento digital entre recolectores de orilla, que integran el registro de pescadores artesanales, favorecería la inclusión en el mercado del recurso obtenido de manera ilegal. "Antes si uno sacaba cuatro toneladas, llenaba un papelito y lo declaraba en Sernapesca. Pero hoy es todo online. Entonces, que hacen los viejos: la clave se la entregan al comprador, por lo que si el viejo tiene dos toneladas el otro le pone cinco, y blanquea otras tres toneladas al comprársela a los ilegales. Algo que además favorece esto, es que en la Segunda Región se permite que se compre el huiro mojado, lo que no ocurre en otras regiones", agrega este representante sobre una modalidad que también permitiría abultar los recursos ilegales extraídos. En un contexto de alto valor del huiro en regiones del norte del país también se han reportado frecuentes robos de algas desde sectores en que se distribuyen para su secado.
De acuerdo a datos de Sernapesca, si en 2018 el kilo de alga del tipo huiro negro se comercializaba a $304 promedio, en 2022 esta cifra casi se quintuplicó al llegar hasta los $1.500 por kilo. El alto interés en las algas radica en su empleo como materia prima para la producción de "alginatos" (espesante), detallan fuentes vinculadas a su comercialización.
Un componente de alta demanda para la elaboración de productos cosméticos, de industria alimenticia, minera, vitivinícola, entre otros. China figura como uno de los principales destinos de estas exportaciones China (82,6%), según datos de la Subsecretaría de Pesca (Subpesca).
Aporte al ecosistema marino
Según reportan desde Sernapesca, la extracción ilegal de este recurso hoy se concentra en la macrozona norte. Una actividad de alto impacto para este tipo de vegetación, considerada esencial para el crecimiento y desarrollo de otros recursos hidrobiológicos, entre los que figuran más de 150 especies del tipo moluscos, crustáceos, peces y también mamíferos como el chungungo.
A las algas se les reconoce además como organismos estructuradores de ecosistemas debido a que forman bosques submarinos cercanos a las costas.
Estos organismos acuáticos también cumplen un rol clave en el planeta como contribuyentes de oxígeno en una proporción mayor que los bosques terrestres al aportar a la mitigación del calentamiento global, pues capturan alrededor del 40% del dióxido de carbono (CO2) emitido por los humanos.
Colaboración para control
Soledad Tapia, directora nacional de Sernapesca, relató que se creó un Programa Especial de Fiscalización denominado "Combate a la pesca ilegal en la cadena de valor de algas pardas" impulsado por la Subdirección de Pesquerías.
"Se decidió implementar un comité macrozonal de algas pardas zona norte con alcance a las regiones de Tarapacá, Antofagasta, Atacama y Coquimbo, con el propósito de contribuir a la fiscalización regional desde una perspectiva macrozonal", dijo.
"La base del trabajo es la colaboración entre las partes, entregando el conocimiento técnico y experiencia, teniendo como motivación la sustentabilidad de las algas pardas. Pero conscientes de que este problema no lo puede resolver solo Sernapesca, se fortaleció el trabajo conjunto con otras instituciones que participan de la red Sustenta, tales como: Carabineros, Armada, Ministerio de Salud, Servicio de Impuestos Internos, Aduanas y PDI", agregaron desde Sernapesca.
En la Región de Antofagasta en 2021 se realizaron 1.022 acciones de control de algas pardas, mientras que en 2022 se superó esta cifra al registrarse 1.384 acciones de control.
"La base del trabajo es la colaboración entre las partes, entregando el conocimiento técnico y experiencia, teniendo como motivación la sustentabilidad de las algas pardas. Pero conscientes de que este problema no lo puede resolver solo Sernapesca".
Soledad Tapia, Directora nacional de Sernapesca