Nervios, dudas y emoción: un viaje de la cárcel al "país de la libertad"
Por "traición a la patria", el gobierno de Daniel Ortega expulsó a 222 personas que son sus adversarios políticos y también les quitó la nacionalidad, aunque según sus propias normas no sería posible antes de un año.
De despertar un miércoles en una cárcel de la que se cuentan historias de terror a dormir en un avión con dirección "al país de la libertad". Así fueron ese día las 12 horas de los nicaragüenses Félix Madariaga y Juan Sebastián Chamorro, durante su viaje a Estados Unidos desde el horror de El Chipote.
Quienes fueran una vez aspirantes a la Presidencia de Nicaragua, presos por el Gobierno de Daniel Ortega, son parte del grupo de 222 reos políticos enviados a EE.UU., expulsados unilateralmente y despojados de su nacionalidad.
Unas horas después de aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Dulles, cercano a Washington, atendieron a la prensa a las puertas del hotel al que los trasladaron, donde algunos de ellos tenían pensado pernoctar, y contaron cómo supieron que eran libres.
La noche del miércoles, cuando estaban en la celda, los fueron a buscar y les dieron su ropa. "Nos montaron en unos buses y no sabíamos a dónde íbamos", comenta Chamorro.
Iban en dirección a la cárcel Modelo, pensaban, ya que está muy cerca del aeropuerto, pero una curva lo cambió todo.
"Pensábamos que íbamos a La Modelo pero en ese momento los tres buses que transportaban a los presos que veníamos de El Chipote -la cárcel oficialmente conocida como la Dirección de Auxilio Judicial- doblaron hacia la derecha y ahí nos dimos cuenta de que íbamos a salir volando, aunque no sabíamos a dónde", explica.
El reencuentro
No lo supieron hasta que estuvieron en las puertas del avión, cuando antes de subirse les pidieron firmar un escueto documento, "un par de líneas" en las que confirmaban que aceptaban voluntariamente dejar Nicaragua y viajar a Washington, "al país de la libertad", cita Chamorro, quien recuerda que a bordo del avión cantaron varias veces, emocionados, el himno nicaragüense.
La jornada estuvo llena de nervios y de escasa información para sus familias, muchas de las cuales viven en Estados Unidos y tuvieron que intentar llegar por todos los modos al aeropuerto o al hotel.
La activista Berta Valle voló desde Miami en cuanto recibió "una llamada de alguien del Departamento de Estado", contaba emocionada a los medios, de la mano de su hija, Alejandra, minutos después de reencontrarse con su marido, Félix Maradiaga.
"Estamos agradecidos porque la lucha que fue tan difícil mereció la pena", contaba emocionada a los medios mientras él recordaba que la última vez que vio a la niña tenía poco menos de seis años y hoy ya tiene nueve.
Salvo esa llamada que recibieron algunos de los familiares, fue muy poca la información que circuló ese día sobre quiénes eran los presos excarcelados, cuándo y a dónde estaban llegando.
Desde primera hora de la mañana estuvo Ariana Gutiérrez en el aeropuerto, al que llegó con la esperanza de que su madre, que llevaba desde noviembre de 2021 en prisión, viajara en el vuelo.
La joven se emocionaba minutos después al comprobar que la defensora de derechos humanos Evelyn Pinto figuraba en la lista de viajeros que se había hecho pública esa misma mañana.
Tras horas en el aeropuerto, acompañada de otros familiares, de nicaragüenses en el exilio y de otros compatriotas que se acercaron a recibirlos, un funcionario estadounidense informaba de que por respeto a los excarcelados no iban a aparecer allí, ante la prensa, sino que iban a ser trasladados a un hotel próximo.
"estaba en la lista"
A Alexa Zamora le faltó poco para no acabar en una cárcel en Nicaragua en el pasado. Como miembro de la Unidad Nacional Azul y Blanco, estaba en las listas de personas señaladas por el régimen, como lo estaban varios de sus compañeros, que sí fueron apresados.
Por eso, al enterarse de la noticia, no dudó en salir corriendo hacia el aeropuerto a recibirlos: "Yo estaba en la lista de personas para ser encarceladas. Dejé el país al mismo tiempo en que a ellos les estaban apresando y es una de las razones por las que no soy yo una de las que están en ese vuelo", expresó esta joven exiliada en Estados Unidos desde 2021.
Con el hotel fuertemente custodiado por agentes de seguridad, fueron pocos los liberados que se acercaron a la prensa a narrar lo sucedido. Salió a saludar, sobre una silla de ruedas, el excanciller Francisco Xavier Aguirre, haciendo el signo de la victoria.
El destierro
Ninguno de los presos desterrados supo al subir al avión que minutos después la Asamblea Nacional de Nicaragua (Parlamento) iba a aprobar una reforma a la Constitución Política que establece que aquel ciudadano que sea sentenciado por delitos considerados "traición a la patria" perderá la calidad de nacional nicaragüense.
Sin embargo, Maradiaga y Chamorro lo tienen claro: "La nicaragüidad se lleva yo creo que hasta espiritualmente (...) yo seré nicaragüense hasta el día que me muera, y voy a seguir amando a Nicaragua no solo como la nación en la que nací, sino como la tierra que deseo ver en democracia", apuntaba Maradiaga.
Ninguno de los dos quiso hablar de lo ocurrido en El Chipote, donde estaban totalmente incomunicados. No lo han querido contar por consejo de sus abogados y también por empezar a mirar hacia adelante y dar vuelta la página al episodio más oscuro de sus vidas.
La reforma
El Gobierno de Nicaragua publicó este viernes en el Diario Oficial La Gaceta la reforma a la Constitución, aprobada en la víspera, en la primera de dos legislaturas, con la que se despojaría de la nacionalidad a los nicaragüenses sentenciados como "traidores".
El artículo constitucional reformado, el 21, debe ser aprobado en una segunda legislatura para que entre en vigor, es decir, el próximo año.
La enmienda establece que "la adquisición, pérdida y recuperación de la nacionalidad serán reguladas por las leyes. Los traidores a la patria pierden la calidad de nacional nicaragüense".
La "Ley especial que regula la pérdida de la nacionalidad nicaragüense", explica en su artículo 1 que esa legislación "tiene por objeto regular la pérdida de la nacionalidad estipulada en el artículo 21 de la Constitución Política de la República de Nicaragua".
Así, se establece que "las personas sentenciadas al tenor de lo dispuesto en la Ley de Defensa de los Derechos del Pueblo a la Independencia, Soberanía y Autodeterminación para la Paz, publicada el 22 de diciembre de 2020, perderán la nacionalidad nicaragüense".
Nacionalidad
La enmienda constitucional, reformada en la primera de dos legislaturas y la ley especial, fueron aprobadas el mismo día en que fueron excarcelados y expulsados a Estados Unidos los 222 prisioneros.
Esos 222 prisioneros nicaragüenses, entre ellos siete que intentaron disputar la Presidencia al actual mandatario y que fueron expulsados a EE.UU. "por traidores a la patria", fueron inhabilitados de forma perpetua para ejercer la función pública, cargos de elección popular, y se les suspendió sus derechos ciudadanos de por vida, detalla la sentencia de un Tribunal de Apelaciones de Managua.
Es decir, los 222 presos políticos conservan su nacionalidad nicaragüense en base al artículo 20 de la Constitución que establece que "ningún nacional puede ser privado de su nacionalidad. La calidad de nacional nicaragüense no se pierde por el hecho de adquirir otra nacionalidad".
Además, conservan la nacionalidad nicaragüense porque la reforma al artículo 21 constitucional debe ser aprobada en segunda legislatura para entrar en vigor y porque el sistema jurídico penal nicaragüense solo permite la retroactividad de las leyes cuando esta favorezca al sentenciado o reo, es decir se prohíbe su aplicación retroactiva cuando perjudique al condenado.
La Organización de los Estados Americanos (OEA) exigió al Gobierno de Ortega en Nicaragua que restituya los derechos de los 222 "presos políticos" expulsados a Estados Unidos.
exprecandidato presidencial nicaragüense Félix Maradiaga, se reencuentra con su mujer y su hija a su llegada a Virginia.