Política Nacional Minera 2050
"La Política Nacional Minera 2050, publicada en el Diario Oficial hace algunos días, salda una deuda del Estado chileno con un sector productivo".
La minería se caracteriza por sus altos montos de inversión involucrados y horizontes temporales extensos en el desarrollo de proyectos, lo que explica que la actividad requiera de reglas claras y estabilidad de largo plazo. Si bien, esta afirmación es adoptada casi como un mantra por la industria cada vez que asoma la posibilidad de discutir modificaciones regulatorias, también da cuenta de la necesidad de contar con instrumentos regulatorios y de planificación que trasciendan ampliamente, la duración de un periodo de gobierno. En otras palabras, se requiere de una política de Estado, tal como se ha hecho para otros sectores, como el energético.
En ese escenario, llama la atención que, hasta hace no mucho, no hayamos sido capaces como país de ponernos de acuerdo en lineamientos que orienten el desarrollo minero en el mediano y largo plazo. La tan necesaria Política Nacional Minera tardó en gestarse. Siguiendo el ejemplo de un primer ejercicio realizado en el marco del impulso que se otorgó al sector energético durante el gobierno de la Presidenta Bachelet, en la administración del Presidente Piñera comenzó la discusión de una política minera que permitiera orientar el desarrollo de la actividad tomando como horizonte el año 2050.
Se trató de una conversación larga que estuvo cruzada por el estallido social y la pandemia, pero que, aun así, logró cristalizar en un documento que plantea una serie de metas a cumplir en los próximos años y que ha servido de guía en el debate de políticas públicas para el sector. A partir de la definición de ejes estratégicos que abarcan aspectos económicos, sociales, ambientales e institucionales, la política apunta a conducir la posición de la minería chilena a un nuevo nivel, haciendo una apuesta en valor para esta industria que hoy enfrenta y opera con las nuevas exigencias y desafíos que el cambio climático está imponiendo al desarrollo productivo.
Cuando asumimos el gobierno, en marzo del año pasado, la Política Nacional Minera 2050 continuaba su tramitación administrativa, quedando aún espacio para decidir, discrecionalmente, sobre su futuro. Primó en el análisis la participación amplia que concitó su discusión y el valor que el propio ecosistema minero le asigna al esfuerzo realizado, además de los compromisos establecidos. Por cierto, hubiéramos preferido completar la tramitación de una política que incluyera también un capítulo indígena o la visión del mundo del trabajo, pero la ausencia de estos contenidos no le resta valor a una herramienta que no está llamada a ser estática sino a ser complementada y enriquecida durante su implementación.
La Política Nacional Minera 2050, publicada en el Diario Oficial hace algunos días, salda una deuda del Estado chileno con un sector productivo de gran importancia para nuestra economía. Se trata de un documento orientador que sirve de base para el desarrollo minero de las próximas décadas y nos desafía a trabajar en políticas públicas y avanzar en metas que requieren de esfuerzos coordinados para su cumplimiento. Corresponde ahora agradecer a sus impulsores y tomar la posta para continuar enriqueciéndola y volver a traer a la mesa a grupos que, en el fragor de la crisis político social de 2019, se restaron del diálogo ¡Con la Política Nacional Minera, seguimos!
Willy Kracht G.
Subsecretario de Minería