Viaje a Itaituba, principal mercado de oro ilegal de la Amazonía
La tensión y las máquinas reinan en la "ciudad pepitas" a orillas del río Tapajós.
El río Tapajós baña a la aparentemente tranquila Itaituba, pero todo es más hostil de lo que parece.
Todo gira en torno al comercio de oro. La venta de excavadoras es un éxito y a los mineros se les venera. Bienvenidos a Itaituba, más conocida como "ciudad pepita", el principal mercado de oro ilegal de la Amazonía brasileña.
La minería es el motor de este lugar bañado por las aguas del río Tapajós, en el estado de Pará, y rodeado de parques naturales que el Instituto Chico Mendes (ICMBio), órgano vinculado estatal, preserva en un ambiente tranquilo, pero hostil.
La historia cuenta que la explotación de oro en Itaituba se remonta a la época colonial, pero el verdadero "boom" fue en las décadas de los 70 y 80 del siglo pasado, cuando alcanzó una producción anual de entre 15 a 30 toneladas, según la alcaldía de Itaituba.
Años después fueron creadas muchas de las unidades de conservación que hoy circundan la localidad y que protegen diez millones de hectáreas de vegetación nativa, lo que no impide a los cazafortunas seguir agujereando la selva y ahogarla en mercurio.
El uso de maquinaria con capacidad para arrasar grandes zonas en unos pocos días, y el discurso a favor de la minería durante el Gobierno de Jair Bolsonaro (2019-2022), han abocado a esta rica región a un ciclo de destrucción alarmante.
Deforestación
Hoy, alrededor del 70% de toda la deforestación reportada en las 334 unidades de conservación administradas por ICMBio en todo Brasil se produce en las doce situadas en la zona oeste de Pará, donde está Itaituba, según cálculos oficiales.
"De forma general, la mayoría de la minería que se está realizando aquí se está haciendo de forma ilegal", asegura a Efe Carla Michelle Lessa, analista ambiental y jefa de gabinete del ICMBio.
Toda la ciudad está dirigida a promover la minería. Las tiendas de excavadoras son desproporcionadas para esta ciudad de 100.000 habitantes. Son cuantiosos los establecimientos que compran oro y joyas, así como la alta concentración de empresas clave del sector.
Hay anuncios a pie de carretera que ofrecen sin tapujos "internet para el garimpo" (explotación mineral), con "velocidad, estabilidad y seguridad".
Una estatua de un buscador de oro con su batea recibe a los turistas en el paseo fluvial.
"¿Van a derribarla, eh?", pregunta con sorna un vecino.
Los agentes medioambientales no suelen ser bien vistos por la población local. Los llaman "demonios" y es común ver a lugareños apuntar sus celulares hacia ellos para grabarlos mientras se trasladan por la ciudad con el vehículo oficial.
Esas imágenes terminan en los grupos de WhatsApp de mineros y sirven como señal de alerta ante posibles operativos.
Esta semana, la población parece aún más desconfiada. El Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva puso en marcha dos vastas operaciones contra los mineros ilegales, una en la tierra indígena Yanomami y otra en los alrededores de Itaituba.
La ciudad fue objeto el miércoles de otra operación de la Policía Federal para desarticular una "gran organización criminal de contrabando de oro".
Entre las compañías investigadas hay una con sede en Estados Unidos que exportaba irregularmente oro a Italia, Suiza, Hong Kong y Emiratos Árabes Unidos. "Las empresas de bajo escalafón recibían el oro ilegal, facturas ilegales, y emitían nuevas facturas dando apariencia de legalidad al oro, que pasaba a empresas mayores que estaban en la cúspide del triángulo" de la trama, expresa Vinícius Serpa, el comisario encargado del caso.
Cómo "calentar" el oro
Para comercializar el oro extraído de forma irregular, primero hay que darle un barniz de legalidad que se consigue por medio de declaraciones de origen falsas, falta de supervisión y la vista gorda, intencionada o no, de los compradores.
Es lo que en Brasil se llama "calentar" el oro.
Un estudio de la Universidad Federal de Minas Gerais estima que el 30% de las 158 toneladas de oro producidas en Brasil entre enero de 2021 y junio de 2022 tiene indicios de origen ilegal o potencialmente ilegal.
El reporte señala que Itaituba ocupa el primer lugar de los lugares que concentran el mayor volumen de oro ilegal, reforzando las sospechas de que es el principal núcleo de "blanqueo" del país.
Según la Fiscalía, la cadena del oro de la zona está contaminada por bandas que fomentan "todo tipo de criminalidad, amenazas y violencias contra las poblaciones vulnerables".
Itaituba, en cambio, se enorgullece de su pasado y presente minero. Su alcalde, Valmir Climaco, fue condenado en 2019 por deforestar 746 hectáreas de vegetación nativa de un área preservada de la Amazonía. En 2020 fue reelegido.