Educación para la "antofagastinidad" II
En todas las escuelas del país debiera existir una instancia oficial para abordar sistemáticamente el lugar y contexto donde está inmersa la comunidad educativa. La realidad en donde se desarrolla el proceso educativo con los alumnos debiera ser incluida dentro de la mirada de cada asignatura: su geografía, su historia, su música, su folclor, sus personajes históricos, sus creadores, etc. De esta manera se contribuye a crear un arraigo, aprecio y respeto por el lugar, lo que puede incidir, por ejemplo, en que futuros adultos quieran hacer algún aporte desde su ocupación, actividad o experticia profesional a su localidad, y también a que, por ejemplo en el presente, grupos de jóvenes no anden rayando paredes ni destruyendo mobiliario urbano.
En el caso de nuestra ciudad Antofagasta, con creatividad -pero también con la destinación oficial de recursos- se puede hacer una actividad aparentemente simple (en educación no hay nada simple) con la que se podría comenzar: realizar al menos un recorrido por semestre por curso de educación básica de segundo ciclo, en bus y a pie por la ciudad, asistiendo a lugares icónicos como el muelle del barrio histórico, la plaza de armas y centro, etc., y así lograr que los estudiantes vivencien la ciudad junto con aprender lo básico de su historia (es diferente pasar por esos lugares, o ir a comprar, que ir a observarlos detenidamente y saber de su historia).
En el caso de la plaza Colón, mostrar y exponer sobre el reloj, su historia, mencionar que es una réplica del Big Ben de Londres (¿cuántos niños y jóvenes de las nuevas generaciones saben eso?), quiénes lo regalaron, cuándo y por qué. Algo similar con el monumento de España y su león, y así, empapar a los niños y jóvenes con la ciudad para que aprendan a quererla.
Como dato anexo, menciono la motivación y alegría que se produce en los estudiantes cuando saben que saldrán en comitiva en bus a una actividad extra-escuela, rompiendo así la rutina.
Con este tipo de actividad en terreno, se puede incrementar la "antofagastinidad" no solo en los nacidos en esta tierra, sino también en la gran cantidad de niños y jóvenes llegados de otras latitudes.
Rafael Ramos Psijas. Profesor - Magister en Educación