Se apareció marzo
"Como profesor y padre, mi preocupación está en nivelar la cancha y en brindar las oportunidades para desarrollar los talentos de nuestros niños y jóvenes". Ricardo Díaz., Gobernador Regional
El año pasado según información de la Seremi de Educación en promedio tuvimos un 84% de asistencia. Esto es grave. Si usted considera que un niño debe ir a clases durante 10 meses en el año, prácticamente los niños y niñas de nuestra región asisten solo 8 de los 10 meses. En nuestra región un o una estudiante falta a clases casi 2 meses. Cuando lo miramos así parece mucho, pero si usted en su casa no advierte que si su hijo falta un día por semana, fácilmente cumple con esa cifra.
¿Se pierde mucho faltando a clases dos meses? ¡Por supuesto! La educación no se trata solo de llenar apuntes en los cuadernos, eso solo es instrucción, aprender un contenido. La educación apunta al desarrollo de la vocación que cada persona trae al mundo, parafraseando a Kant, sólo por medio de la educación la persona llega a ser lo que es.
En una sala de clases, en un buen entorno educativo una persona no solo aprende los conocimientos básicos para desempeñarse en la vida, sino que también logra relacionarse con otros semejantes a sí y con ello aprende a convivir, a relacionarse con otros y a trabajar en equipo. Una niña sola o un niño que se queda en casa o que no asiste a clases, no puede crecer en otros ámbitos de la vida como lo son el desarrollo social y afectivo, por lo que cada día que un niño o niña está fuera de su escuela, es un día en que desaprende.
Pero no es solo eso. El entorno en que crece un niño o niña también es importante. Cuando estamos teniendo graves problemas de seguridad y delincuencia, es bueno preguntarse que estamos haciendo para que nuestras niñeces y juventudes crezcan con normas sociales adecuadas que inhiban las incivilidades. Qué duda cabe que es mejor que los pequeños estén en la escuela a que estén en las calles expuestos a desvíos que desvirtúen sus oportunidades y talentos.
Cada uno debe hacer su parte. Las familias comprometerse en mantener a sus hijos e hijas escolarizados. Las escuelas convertirse en centros atractivos y seguros que incentiven la curiosidad intelectual y el desarrollo de buenas competencias sociales y afectivas. Quienes ocupamos cargos públicos debemos garantizar que estén los medios para que aquello ocurra, y por lo mismo, desde el GORE estamos entregando recursos para que el transporte de aquellos niños que están lejanos a sus escuelas pueda garantizarse, además de programas para el mejoramiento de recintos educativos y apoyando la labor de nuestras profesoras y profesores con talleres y capacitaciones en convivencia y salud mental. Pero también necesitamos que todos asumamos y entendamos que no podemos seguir permitiendo el ausentismo escolar a estos niveles. Los países desarrollados son los que invierten en la educación pública.
Confucio decía "la educación genera confianza, la confianza genera esperanza y la esperanza genera paz". Por ello, el educar a nuestros hijos e hijas es un compromiso que todos debemos impulsar si queremos una sociedad que viva mejor y en paz.
Por lo mismo, como profesor y padre, mi preocupación está en nivelar la cancha y en brindar las oportunidades para desarrollar los talentos de nuestros niños y jóvenes. Así también lo he impulsado en el Consejo para la Reactivación Educativa impulsado por el Mineduc, que reunió a expertos de todos los ámbitos políticos y académicos y al que he tenido la oportunidad de asistir como presidente de AGORECHI. La educación no solo es confianza, esperanza y paz, es movilidad, desarrollo y prosperidad. Eso nos merecemos como región.