"Ha sido bellísimo y tremendamente emotivo. Regresar al Sabella es como volver a vivir"
Entre la gran cantidad de establecimientos escolares que volvieron a clases durante la jornada de ayer estuvo el Liceo Bicentenario Andrés Sabella. Para esta institución significó el regreso de su fundador Jorge Tapia, el cual fue recibido afectuosamente por los estudiantes, académicos y trabajadores de la institución en la ceremonia de apertura del año académico.
En esta entrevista, ahonda sobre los aprendizajes obtenidos en su estancia de 6 años dentro de la CMDS, los cambios generacionales y tecnológicos que afronta el liceo y la trascendencia de la "familia Sabellina" por sobre la etiqueta "Bicentenario", la cual podría perderse pronto según lo que adelantó el Ministerio de Educación el año pasado.
¿Cuáles son sus primeras sensaciones tras retomar la dirección del liceo?
-Ha sido un regreso bellísimo y tremendamente emotivo. Para mi regresar al Sabella es como volver a vivir; pero desde una perspectiva que ayude a otros a construir sueños. He sido acompañado por profesores, directivos, padres y sobre todo los estudiantes, cuyo centro de alumnos ya ha generado proyectos para iniciar la otra semana. Mi gestión apunta a los necesitados y a los no privilegiados. Ante eso, el Sabella regala verdores de espíritu y sus niños no se inclinan ante cualquier personaje, sino que lo miran de frente.
¿Qué elementos adquirió durante su estancia en la CMDS que pueden ser aplicados en esta nueva etapa para usted?
-Como asesor mi tarea era investigar, generar proyectos y plantear estrategias de cambios significativos para la educación pública. Naturalmente, por distintas circunstancias en la corporación no todo se puede hacer, pero yo creo que la vida es sumar y sumar, y desde esa suma lo aumentado en aprendizaje allí, lo traigo acá. El Sabella busca ahora desde la investigación, la innovación y el emprendimiento, ser un centro transformacional para los líderes sociales del norte, y ojalá ser pequeñas luces hacia la construcción de un mundo más humano.
¿Cómo generar un proyecto educativo ante nuevas generaciones de estudiantes con perspectivas distintas a las de los primeros alumnos del liceo?
-Hay capacidad de anticipación a los tiempos y de escuchar a los jóvenes. La creencia de que todo tiempo pasado fue mejor no es cierta, sino que es excusa de las personas de más edad. Cada tiempo tiene su historia y hay que asumirlo, y si se es crítico de los tiempos de hoy, los educadores estamos para resolver eso. A mi edad (77) pude haberme quedado en casa, pero quiero ayudar a construir el mundo, el que está hoy. Y si los jóvenes están mal encaminados, es porque los adultos no han sabido señalar el camino. Quiero ser una pequeña parte de esa reconstrucción.
¿Cree que la tecnología es una virtud o una dificultad en esa tarea?
-Estamos en el tiempo de las comunicaciones, por lo que necesitamos afianzarlas. Las herramientas tecnológicas son fundamentales para que así sea, pero salvaguardando que no seamos potenciales prisioneros de una cárcel digital. La tecnología debe ir asociada a humanidad. Y en ese sentido, la queremos usar para informar a la comunidad sobre el ideal de esta institución y lo que significa ser Sabelliano.
Durante el tiempo que estuvo en la Cmds apareció el Covid, con los consecuentes efectos que tuvo en la educación ¿Qué aprendizajes se sacaron de esta experiencia?
-Siento que nos dio un mensaje de humildad. El Covid nos enseñó que existen las tecnologías y definitivamente hay que incorporarlas al currículum, aunque teniendo certeza que estos avances jamás reemplazarán la interacción humana. Naturalmente, nuestro compromiso es la reactivación de los aprendizajes en comunidad, pero esta experiencia nos enseñó a ser creativos, y que hasta en la más grande pandemia los que quieren aprender pueden ser mejores. Al fin y al cabo, hay que prepararse para el mundo que nos toca vivir.
El gobierno aseguró el año pasado que irá poniendo fin de forma progresiva al programa de Liceos Bicentenarios ¿Cree que esto pueda afectar el funcionamiento del Sabella?
-El Sabella tiene la virtud, a veces sin grandes respaldos, de tener estrategias para ir construyendo. Ojalá todos los colegios fueran Bicentenario si eso significa otorgar recursos, porque esa es la diferencia. Cuando postulamos, lo hicimos pensando en la posibilidad de recibir tecnologías y de que los profesores pudieran perfeccionarse. Pero tenemos claro que no se puede ser solo Bicentenario, sino que también se deben generar políticas de Estado para dar recursos que todos los estudiantes necesitan. Además el Sabella no es grande porque es Bicentenario. Son 30 años de gestión y desde la primera promoción se tuvo el primer lugar en resultados de aprendizaje. Entonces, a la falta de recursos se debe reaccionar con estrategia, creatividad y compromiso.