Si bien las encuestas aun muestran que las personas están de acuerdo con cambiar la Constitución del país, paulatinamente el interés en el proceso para su redacción ha ido decayendo con el paso del tiempo.

El domingo pasado, por ejemplo, quienes estaban a favor de una nueva Carta Magna era de un 50,9% según Pulso Ciudadano, subiendo del 49% que registró en enero. No obstante, el sondeo reflejó una baja de 5,8% en el interés de los encuestados respecto al proceso de redacción, quedando en 36,2% en el último informe.

Del mismo modo, en la última edición de la encuesta Cadem reflejó una caída de dos puntos en la confianza de que el nuevo Consejo Constitucional logrará proponerle al país una nueva Constitución, y en paralelo la desconfianza llegó a un 59%, dos puntos más que la edición previa.

Incertidumbre

Lo cierto es que el desinterés de las personas no es la única piedra para las listas. El periodo de campaña para las elecciones del 7 de mayo será muy corto, en comparación a votaciones previas. Hay que considerar que recién en febrero se confirmaron todos los nombres que fueron ingresados al Servel como candidatos al Consejo Constitucional, por lo que el periodo de propaganda electoral iniciará este 8 de marzo, así que los pactos políticos tendrán dicho mes y abril para desplegarse con todo antes del sufragio.

A esto hay que agregar que, de acuerdo con Pulso Ciudadano, el 61,5% de los consultados en la última versión del estudio aun no tenía preferencias entre las cinco listas que irán en la papeleta.

Por todo lo anterior, los expertos consultados comparten el análisis de que el panorama no es del todo favorable para los postulantes al nuevo órgano constituyente.

Para Javiera Arce, de la Red de Politólogas y académica de la U. Católica del Norte, "los candidatos lo tienen todo en contra, además tampoco hay figuras tan de renombre, y la gente está desgastada de tanta elecciones y procesos que hubo, así que está complicado". Pese a esto, recalca que "ya se marcó un itinerario constitucional y hay que cumplirlo".

En tanto, Darío Quiroga, sociólogo y analista político de "La Cosa Nostra", sentencia que "es una gran incógnita lo que va a ocurrir en los próximos meses. Porque todo este segundo proceso, partiendo por la elección del 7 de mayo, es uno que invita a la ciudadanía a reflexionar sobre temas muy grandes, de largo plazo, y que suponen una mirada que no está en lo cotidiano".

Lo anterior, argumenta, choca con un momento del país. "Vamos a estar en una elección para escoger personas para ser parte de la redacción de una nueva Constitución, cuando es probable que sea uno de los momentos con mayor preocupación por el día a día, por la sensación de inseguridad, la criminalidad, la migración desatada, y con una inflación muy vertiginosa".

"Lo que yo creo, por desgracia, es que lo más probable es que veamos una campaña centrada en cosas que no tienen que ver con el proceso de nueva Constitución", indica Quiroga, y precisa que los discursos se enfocarían más en temas como seguridad y migración, justamente, "fuera del rol que van a asumir", dado a que, explica el analista, "la Constitución no es la ley".

Además, manifiesta que, "como en realidad a casi todos los partidos políticos y coaliciones les interesa que les vaya bien en las elecciones, para apuntar sus posibilidades en las votaciones del próximo año, cuando vengan las municipales, consejeros regionales y gobernadores, cargos que representan una parte importante de la administración del Estado".

Con todo, Fabiola Rivero, académica de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de Antofagasta, subraya que, dada a la importancia que significa un proceso constitucional, "el Gobierno tiene una labor capital, en orden a promover que la ciudadanía se informe debidamente y participe no solo al momento de la elección, sino también en la construcción de las propuestas".

Dilemas del oficialismo y Chile Vamos

Por otro lado, los expertos ven dificultades en los tres pactos principales: Unidad para Chile, que engloba a Apruebo Dignidad más el Partido Socialista y el Liberal; Todo por Chile, que lo conforma el Partido Radical, el PPD y la DC, y Chile Seguro, donde va la UDI, Evópoli y RN.

Javiera Arce sostiene que durante el periodo de campaña podrían ocurrir algunos conflictos entre las listas de la centroizquierda, como, por ejemplo, "que se desate una especie de guerra civil entre las listas del oficialismo, eso puede generar una tensión que le daría más interés en el proceso, pero tampoco sé si para bien o para mal".

Por su parte, Darío Quiroga coincide en que podría haber fricciones entre las dos listas, pero que "tengo la sensación de que va a ser más acotado, porque la verdadera disputa no está en este espacio, sino que en la conformación del gabinete, a diferencia de la oposición, donde solo se juegan los cargos de elección".

En cuanto a la oposición, el analista político Cristian Zamorano establece que, en el caso del Partido Republicano, "si bien puede quitarle votos a la UDI, no es una lista fuerte. Y quizás la tónica republicana tocó techo, porque no puedes estar en contra de un proceso en el que vas a participar, en el punto discursivo hay un problema".

En esa línea, agrega que el PDG "se puede ver alterado en este caso, porque ahora el que tiene el botín de electores son ellos, no son los partidos clásicos", luego de su buena racha en la elección parlamentaria y de consejeros regionales, "y por lo mismo son los que pueden perder electores, más que ganar, en esta pasada. Y quizás, la lista de derecha le puede quitar votos al PDG, no es descartable al 100%. Ahí es interesante la campaña para la derecha".

Como sea, Javiera Arce comenta que, en el contexto actual en que se desarrolla la campaña de consejeros constitucionales, "puede que estas candidaturas (como el PDG) puedan tener mayor opción. De hecho, en la Región de Antofagasta el Partido de la Gente es muy fuerte, entonces creo que ahí podría salir uno, aunque sea, además de que la centroizquierda se ha ido debilitando en votación a medida que ha pasado el tiempo en la región".