El Premio Nacional de Literatura y la Mujer
En el "Día de la Mujer", creo necesario poner el acento en la discriminación que ella sufre en diversos ámbitos. Hay un tema que ejemplifica esta aseveración. El otorgamiento del Premio Nacional de Literatura. En nuestro país, de 54 oportunidades en que se ha entregado, solamente cinco mujeres lo han recibido: Gabriela Mistral (1951); Marta Brunet (1961); Marcela Paz (1982); Isabel Allende (2010) y Daniela Eltit (2018). En otras palabras, sólo el 2,7% de los Premios Nacionales de Literatura ha sido entregado a escritoras.
El colectivo Autoras Chilenas Feministas (Auch!) hizo una declaración tajante, que denominaron la "escandalosa discriminación histórica que ha negado el debido reconocimiento al aporte de las escritoras chilenas". Imposible negar la discriminación.
En 2018, Diamela Eltit ganó dicho galardón y señaló "esto de ser la quinta ganadora ojalá sea el punto de partida, porque hay mujeres muy talentosas. Hay una asimetría que la cultura tiene que reparar. Hay que difundir, leer y reconocer el trabajo de las escritoras, así como se ha hecho con los escritores. La campaña de Auch! está apoyando a visibilizar la obra de las poetas, a cuestionar cómo se ha estructurado históricamente el premio, a invitar a reestructurar".
Entre las grandes ausentes merecedoras del galardón, destaca María Luisa Bombal. "Ella es un hito, hace un punto de inflexión en la literatura, fue reconocida en muchos países, es parte de las lecturas escolares", afirma Andrea Jeftanovic, escritora y académica del Magister en Literatura Latinoamericana y Chilena de la U. de Santiago.
Imperdonable no haber entregado el galardón a Isidora Aguirre, quien se hace famosa con La Pérgola de las Flores el '60 y muere el 2011. Violeta Parra es otra de las autoras que podrían haber sido galardonadas y siempre quedó situada en esta cultura popular, folclórica.
Más que un tema de género, el problema es que a las mujeres se las ha invisibilizado durante años. Ha llegado el momento de compensar esta situación y de equilibrarla, porque es un premio que ayuda a que los autores sean editados, circulen sus libros, sean incorporados a las lecturas escolares, a la bibliografía universitaria.
María Canihuante. Diplomada en Administración Cultural.