Ciudad y vivienda: oportunidad multisectorial
"Un caso crítico es el de Antofagasta, que tiene un Plan Regulador de hace más de 18 años". Camila Ramírez, Directora Ejecutiva Fundación Urbanismo Social
La meta al 2025 para enfrentar la crisis habitacional en la región, sin duda es un enorme desafío. Entregar más de 17 mil viviendas en los próximos 2 años, también pone sobre la mesa la necesidad de construir y garantizar el acceso a la ciudad. Pensar en la vivienda como una acción aislada, sería un profundo error.
Un estudio reciente de Corporación Ciudades, evidencia que el 75% de las comunas que debieran recibir un mayor número de nuevas viviendas, tienen Planes Reguladores Comunales (PRC) desactualizados y condiciones de acceso a servicios e infraestructura urbana medias o bajas. Las actualizaciones de dichos instrumentos toman en promedio más de siete años. Se trata de procesos complejos, que a veces se dificultan por cambios de autoridades comunales, por lo árido y tecnificado de los conceptos, lo que aumenta la brecha de la información y la participación.
Un caso crítico es el de Antofagasta, que tiene un Plan Regulador de hace más de 18 años y un Índice de Bienestar Territorial medio, que se ha traducido en condiciones deficientes de accesibilidad, seguridad, infraestructura urbana y de viviendas, áreas verdes e integración.
Solo para poner un par de ejemplos, las condiciones de acceso a servicios e infraestructura urbana son especialmente eficientes en el Borde Cerro, sector que ha sido históricamente postergado por las políticas urbanas frente a otras áreas de la ciudad, concentrando casi la totalidad de los campamentos y el 75% del déficit habitacional. Asimismo, La Chimba, en el extremo norte, sector en donde se desarrolla cerca del 80% de los proyectos de vivienda con subsidio, presenta un uso principalmente industrial con bajo nivel de urbanización, acceso a servicios y equipamientos.
La actualización del Plan Regulador en esta comuna es fundamental y urgente. No sólo porque las familias en campamentos, allegadas y hacinadas no pueden seguir esperando, sino porque también la falta de planificación, termina por potenciar ciudades tremendamente desiguales.
Frente a estas dificultades y con el objetivo de acelerar la planificación de la ciudad de manera articulada, se ha avanzando en un plan de vivienda y ciudad que se origina desde el Plan Borde Cerro Antofagasta encargado por Seremi Minvu a la Fundación Urbanismo Social y BL Bresciani. Es un instrumento de planificación y gestión desarrollado con el involucramiento de las dirigencias de 14 barrios consolidados, 49 campamentos del Borde Cerro, y con la participación activa de los distintos servicios públicos que inciden en la ciudad, con quienes se definieron cuatro planes de gestión. Planes que proponen 60 proyectos habitacionales y urbanos concretos a realizar en el corto plazo, en el marco del Plan de Emergencia Habitacional.
Esta hoja de ruta fue consensuada y cuenta con el compromiso multisectorial del sector público, no sólo para nuevas soluciones habitacionales, sino también para mejorar los estándares urbanos de los espacios públicos, la movilidad, el acceso a áreas verdes, a servicios, equipamientos y la mitigación de riesgos. Esperamos que el futuro PRC de Antofagasta, que se encuentra en proceso de modificación y actualización, pueda reflejar y formalizar normativamente sus directrices.
Este plan es una oportunidad para seguir avanzando en un trabajo colaborativo y participativo para la ciudad de Antofagasta, que puede seguir sumando más actores y esfuerzos, materializando las iniciativas existentes e incorporando nuevas, transitando de la planificación a la gestión con sentido de urgencia, de forma que las familias en déficit habitacional puedan no sólo recibir una nueva vivienda, sino también tener garantías de integración urbana y acceso a la ciudad.