La complejidad de los indultos
Mientras el debate continúa y el Tribunal Constitucional analiza su decisión, es indispensable que se ponga más atención al asunto. Es claro que el indulto es una facultad del presidente que está consagrada en la Constitución y que en ningún caso deja contento a todos, pero es importante que se pueda llegar a un equilibrio.
Los indultos presidenciales a los presos tras las protestas durante el denominado estallido social han significado una verdadera arma de doble filo para el Gobierno. Tras conocerse el prontuario con el que contaban varios de los indultados en diciembre (13, de los cuales destacan Cristián Cayupán quien fue sentenciado a 15 años de cárcel por el homicidio frustrado a una detective en Pudahuel en 2019 o el caso de Jorge Mateluna único indultado por el Presidente Boric que no participó en el estallido social y estaba condenado a 16 años de cárcel como uno de los autores del asalto perpetrado a un banco Santander en 2013), se ha iniciado una ofensiva de parte de la oposición con el fin de saber en qué condiciones se otorgó el beneficio y si realmente el Presidente Gabriel Boric tenía a la mano todos los antecedentes antes de aprobarlos.
Al mismo tiempo, esto significó que se rompiera la mesa de seguridad que mantenía el Gobierno con los partidos de oposición con el fin de avanzar en diversas materias que apuntaban a dar mejores herramientas a la institucionalidad para luchar contra el aumento del crimen organizado.
Sin duda, una pugna que podría ir en escalada debido a que el Gobierno está preparando un nuevo grupo de indultados, lo que podría significar otro escollo para las relaciones entre el Gobierno y la oposición, sobre todo de cara las reformas que el primero busca empujar en el país.
Se trata de una situación compleja para el Presidente, debido a que durante su campaña se levantaron consignas que significaron el apoyo de los sectores más radicalizados de izquierda, entre ellas el indulto a los llamados "presos del estallido", lo que finalmente hoy está en tela de juicio y ha sido cuestionado incluso por sectores de la centro izquierda.
Es claro que el indulto es una facultad del presidente, que está consagrada en la Constitución y que en ningún caso deja contento a todos, pero es importante que se pueda llegar a un equilibrio que permita que este beneficio no se transforme en un aliciente para cometer ilícitos sin temor a un castigo del sistema penal.
Mientras el debate continúa y el Tribunal Constitucional analiza su decisión, es indispensable que se ponga más atención al asunto.
Es importante que, más allá de las diferencias, se pueda gobernar en base a acuerdos y sin ruidos que impacten a la ciudadanía. Las preocupaciones del país son demasiadas y la seguridad pública hoy por hoy ocupa un lugar clave para los chilenos y las chilenas.