El Gobierno informó ayer al mediodía la renuncia de la ministra Secretaria General de la Presidencia, Ana Lya Uriarte, quien lleva más de un mes alejada de su cargo por problemas de salud relacionados con el covid-19 (efectos del llamado long covid) que le impidieron seguir en el gabinete. En su reemplazo, el Presidente Gabriel Boric nombró al senador Álvaro Elizalde, militante del Partido Socialista al igual que su antecesora, quien deberá dejar el Senado en el que hasta marzo ofició como presidente.

Desde hacía ya cerca de una semana había ruido respecto de la prolongada ausencia de Uriarte en momentos en que el Ejecutivo gestiona un importante número de proyectos de ley, especialmente en temas de seguridad, y había insistentes llamados principalmente desde la oposición para que se transparentara la situación de la hoy exministra, que tuvo una gestión de buenas relaciones con los parlamentarios, pero también sufrió importantes derrotas en su trabajo de negociar la aprobación de iniciativas gubernamentales. La más notoria fue el rechazo a la idea de legislar la Reforma Tributaria, a la que La Moneda apostaba para financiar gran parte de su programa.

El nombramiento de Elizalde se produjo horas después de que el Gobierno tuviera un cónclave en el palacio de Cerro Castillo en Viña del Mar para establecer prioridades legislativas luego de críticas internas, principalmente desde el bloque Apruebo Dignidad, acerca de que se había abandonado el programa para dar prioridad exclusiva a temas de seguridad, cuestionamiento que apuntaba principalmente a la ministra del Interior, Carolina Tohá.

Además se rompe con algunas reglas que se había impuesto el mandatario para la elaboración de su equipo de Gobierno: no sacar parlamentarios de sus cargos y además mantener un gabinete paritario. Esto último quedó atrás, pues con el cambio los ministerios quedaron encabezados por 13 hombres y 11 mujeres.

Buen negociador

Si bien la labor que asume Elizalde tendrá una importancia trascendental para los próximos meses de la administración Boric, su sacrificio no fue menor: recién llevaba un año como senador de un periodo de ocho. Y su labor será intensa, pues debe encabezar las negociaciones para temas tan trascendentes como los 31 proyectos de seguridad, la ley corta de isapres, la reforma a las pensiones y, quizás lo más mediático, convencer a sus ex colegas del Parlamento de que no se apruebe un nuevo retiro de fondos desde las AFP.

Él mismo apuntó, tras conocer su nombramiento, a las complejidades que enfrentará: "Espero poder contribuir a superar el clima de crispación que existe en el país y que tengamos un ánimo constructivo para avanzar sobre todo en reformas legales que ayuden a mejorar la calidad de vida de todos los chilenos".

"Espero poder contribuir con mis defectos y virtudes a la labor del Gobierno, y sobre todo a que podamos avanzar en construir un país más justo. El Presidente Boric tiene una agenda de transformaciones muy importantes y lamentablemente, por el clima de crispación, sin que se escuchen las propuestas, estas son por algunos descartadas, por lo tanto, creo que hay que generar un clima de diálogo y entendimiento", añadió.

Su designación fue bien recibida por la mayoría de los sectores políticos, que valoran el poder negociador que demostró, por ejemplo, en la generación de un nuevo proceso constituyente tras el triunfo del Rechazo a la propuesta de la Convención Constitucional.

El diputado Diego Schalper (RN) le pidió "que colabore a destrabar la agenda de seguridad, y en eso creo que el senador Elizalde le pondrá una cuota de sensatez a la cuestión". Y el senador Gustavo Sanhueza (UDI) dijo esperar que "el espíritu dialogante que ha mostrado se mantenga en su gestión como ministro".

Diego Ibáñez, diputado de CS, afirmó que "nos ponemos a disposición de Álvaro Elizalde y creemos que tiene todas las competencias para el cargo".