El "Síndrome de Stingo"
El aplastante triunfo del Partido Republicano, en las elecciones de constituyentes, nos lleva a recordar lo hecho por la anterior mayoría en la CC, que no dio opción al diálogo y el fracaso en las urnas fue rotundo.
Auna semana del aplastante triunfo de Republicanos en la elección de consejeros constitucionales, los ecos siguen resonando y los emplazamientos a no cometer los errores del anterior proceso se siguen repitiendo. El llamado síndrome de Stingo, en alusión a un exconstituyente de izquierda, que públicamente cerró toda opción al diálogo bajo la premisa de ser mayoría y de representar la voz mayoritaria del pueblo, ha vuelto a aparecer.
En su oportunidad, Stingo habló de que estaban dispuestos a conversar, pero sobre los planteamientos que ya tenían definidos. Y la invitación fue que si se querían sumar, las puertas estaban abiertas.
De diálogo nada. Y ese es el temor que hoy existe, porque Republicanos con 23 consejeros electos y con varios del Chile Vamos, son mayoría y podrían hacer lo mismo que hizo Stingo y sus compañeros de coalición.
Y ese inquietud se acrecentó con las declaraciones del diputado Johannes Kaiser, quien dijo que Republicanos no está obligado a respetar los bordes constitucionales. O las de Luis Silva, el consejero electo con la más alta votación en el país, quien en una entrevista meditó en el "por qué si siendo mayoría tenían que llegar a acuerdos con las minorías".
Tras la publicación, matizó sus dichos y demostró una apertura más auténtica a los acuerdos. Algo similar, manifestó el líder de Republicanos, José Antonio Kast, al comentar que espera que "la nueva Constitución deje satisfecho a la mayoría de los chilenos y no a la mayoría de republicanos".
Estas opiniones son las que van más en la línea de lo que se espera del trabajo del Consejo Constitucional. No obstante, el síndrome Stingo no está en remisión, sigue vivo y dependerá de la fuerza de los líderes del Partido Republicano evitar este peligroso contagio entre sus filas.