Experto del SAG evalúa probable "zona caliente" para gripe aviar en la región
INFLUENZA. La presencia de cardúmenes para alimentación incide en alta presencia de fauna marina que incrementaría riesgos de contagios, según se informó en Comisión de Agricultura del Senado.
La alta capacidad de contagio de la Influenza Aviar de Alta Patogenicidad (IAAP), una panzootia que mantiene hasta el momento en el planeta solo a Oceanía libre del virus H5N1, se ha expandido en la macrozona norte con un elevado nivel de incidencia luego del primer caso detectado en un pelicano en la Región de Arica y Parinacota en diciembre pasado.
Según datos del Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca), al 28 de abril pasado la entidad reportaba 7.060 especies varadas muertas relacionadas a influenza aviar a nivel nacional. Un registro que considera 5.860 lobos marinos, 1.148 pingüinos de Humboldt, 24 chungungos, 16 marsopas espinosa (cetáceo) y 12 delfines chilenos.
En este mismo período la Región de Antofagasta registraba 1.288 lobos marinos, 18 pingüinos de Humboldt y dos marsopas espinosas varadas muertas. El catastro de Sernapesca reporta 1.308 animales marinos varados muertos relacionados a influenza aviar en la región.
Para abordar el impacto causado por la veloz diseminación de este virus, la semana pasada en la Comisión de Agricultura del Senado autoridades de diversas carteras, junto a representantes de las asociaciones de productores de huevo y de exportadores de carnes, abordaron esta emergencia ambiental. Según afirmó en la comisión Carlos Orellana, jefe de la División de Protección Pecuaria del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), el país nunca ha enfrentado una emergencia zoosanitaria de este orden de magnitud. Un panorama sanitario en que, según afirmó, la Región de Antofagasta ha contado con un rol que debe investigarse con mayor profundidad.
"La Región de Antofagasta es lejos la región que ha tenido una mayor afectación en fauna silvestre. Probablemente por varios factores (…) Ha habido cardúmenes (alto volumen de peces), y la población de pelícanos es bastante alta. No deja de llamarnos la atención que todas las situaciones han partido en Antofagasta. La mayor cantidad de pelícanos, el primer lobo marino (caso positivo en el país), por lo tanto, la Región de Antofagasta es una región que hay que mirarla con particular atención. Además, está el caso humano en la ciudad de Tocopilla".
"Algo pasa ahí, probablemente, es una zona caliente en la que hay que poner especial atención", agregó Orellana. De acuerdo a registros del SAG todas las regiones presentan casos positivos. La excepción ocurre con la Antártica y el territorio insular, como Isla de Pascua y Juan Fernández (Región de Valparaíso).
A nivel país, en tanto, se han identificado 44 especies de aves silvestres afectadas por influenza aviar. Entre las especies más afectadas figuran aves como el pelícano y el piquero. Un catastro al que deben agregarse al menos cinco especies de fauna marina identificadas por Sernapesca. De este registro, la mayor cantidad corresponde a lobos marinos (83%), con la mayoría de los casos concentrados en la Macrozona Norte.
María Soledad Tapia, directora de Sernapesca, en la Comisión de Agricultura del Senado proyectó la evolución de la influenza aviar. "Claramente las aves silvestres van a seguir migrando, por lo tanto, nosotros esperamos que a finales de año, si se mantienen las condiciones, debiéramos tener de nuevo un brote. Pero eso está por verse. También estamos muy preocupados por los casos de los lobos marinos, que es la especie que más se ha visto afectada, junto con los pingüinos. Los pingüinos (de Humboldt), están en Chile en una condición de vulnerabilidad. Se estima el 2017, un estudio de Censo de cerca de 11 mil ejemplares adultos. Lamentablemente con esta influenza aviar ya llevamos cerca del 10%", dijo.
Tapia, en tanto, también aborda las eventuales causas de la alta incidencia de casos en la Región de Antofagasta. "Nosotros partimos el mes de febrero en la Región de Antofagasta (primer caso de lobo marino). Fuimos a terreno y pudimos constatar, en el caso de Antofagasta, que había una mezcla muy importante de hábitat entre aves silvestres, probablemente, con influenza aviar, lobos marinos y pingüinos. Todos se alimentaban en el mismo lugar donde estaba la anchoveta; y muy cercano a la costa. Es por eso que manejamos la hipótesis de que es ahí donde se produce el contagio", explicó.
Adulto contagiado
Mientras que también en la Comisión de Agricultura la subsecretaria de Salud, Andrea Albagli, detalló los alcances de esta emergencia zoosanitaria en el caso del humano afectado; del cual el Ministerio de Salud informó en marzo pasado corresponde a un paciente de Tocopilla. "Tenemos solo un caso humano confirmado de este modo, que sigue en estado de gravedad (…) Es un hombre de 53 años, quien vive a 100 metros del borde costero. Se hizo la investigación ambiental con los equipos integrados de zoonosis, de salud mental, de nutrición y alimentos y de salud ocupacional. Y lo que rescatamos de la investigación epidemiológica es que dado que aún no se ha podido entrevistar directamente al caso, sino que a sus familiares y ver en terreno el contexto del espacio donde se dio el contagio, vemos que existen factores de riesgo ambientales que efectivamente hacen que la hipótesis más plausible sea que el contagio haya ocurrido a través del contacto con aves silvestres".
"Esto por lo siguiente, porque en la vivienda de la persona se encontró un taller de trabajo donde realizaba sus actividades cotidianas, que no tienen un cierre que evite el ingreso de aves, y en la vivienda se constató avistamiento de aves silvestres", añadió Albagli.