El alto precio de no respetar la autoridad
Los individuos que agredieron a carabineros, en enero del año pasado, deberán cumplir condenas de 7 y 5 años de cárcel. Duras penas que invitan a pensar con detención antes de actuar. Este tipo de sentencia es un llamado a la obediencia ciudadana y al respeto. A entender que quienes por ley tienen la obligación de mantener el orden.
Todo buen chileno se conmovió al ver las imágenes de una agresión a mansalva a un carabinero, que participaba de una detención por microtráfico de un ciudadano extranjero, el pasado enero de 2022, en Iquique. Llamó poderosamente la atención el nivel de violencia y falta de respeto a la autoridad, al grado de utilizar una manopla para golpearlos.
Hoy, a meses de lo ocurrido, se conoció la sentencia en primera instancia y las condenas son ejemplarizadoras. El autor de la agresión deberá cumplir una pena de siete años de cárcel y sus acompañantes cinco años de presidio.
Son penas duras y ponen de relieve que las agresiones a efectivos policiales tendrán un trato severo. Siete años, es mucho más de lo que podría haber recibido por tráfico de drogas en pequeñas cantidades. Incluso pudo tener opción a una pena remitida. Y ese el valor de la sentencia.
Ese es el mensaje que debe entregar la justicia y que debe quedar claro para quienes infringen la ley y se enfrentan a las fuerzas de orden para evitar los arrestos.
Este tipo de sentencia es un llamado a la obediencia ciudadana y al respeto. A entender que quienes por ley tienen la obligación de mantener el orden, prevenir y combatir la delincuencia se les debe respetar
Primero acatar sus instrucciones, colaborar y no oponer resistencia en caso de una detención. También se debe entender que siempre habrá exceso de algunos funcionarios y esos hechos tienen que ser denunciados a los tribunales pertinentes, pero como regla general está el debido acatamiento a la autoridad.
En un ambiente de respeto mutuo, en el que cada uno se desenvuelva ejerciendo sus deberes y aportes para la sociedad, no debieran existir abusos ni faltas de respeto. De otro modo, caminaremos hacia un despeñadero en el que imperarán los excesos, el despotismo y no el entendimiento social.