VLT equipará sus cuatro telescopios con láser al cumplir 25 años en Cerro Paranal
ANIVERSARIO. El Very Large Telescope celebra hoy un cuarto de siglo de aporte a la astronomía.
Hace 25 años que, en la región de Antofagasta, se instaló el Very Large Telescope (VLT) de la European Southern Observatory (ESO) que ha brindado un gran aporte a la ciencia, dado que sus astrónomos han logrado ser reconocidos -en dos ocasiones- con el Premio Nobel de Física por el estudio del agujero negro supermasivo del centro de la Vía Láctea en 2020 y la confirmación de la expansión acelerada del universo en 2011.
"Son dos premios Nobel que han sido liderados por la investigación hecha en el VLT. Eso habla por sí solo de la importancia de este observatorio, que en estos momentos es el observatorio óptico infrarrojo más moderno del mundo y lo lleva haciendo por casi ya 20 años", comenta Luis Chavarría, representante de ESO en Chile.
El observatorio se ubica en el cerro Paranal del Desierto de Atacama y cuenta con cuatro telescopios de 8,2 metros de diámetro. Sólo uno de estos está equipado con láser, lo que permite enviar una señal a unos 80 kilómetros de altura, generando una estrella artificial que sirve para eliminar la aberración atmosférica, lo que se llama óptica adaptativa. "Es como si nosotros pudiéramos agarrar el telescopio y tenerlo casi en el espacio", explica Chavarría.
Este año se implementarán láseres en los otros tres telescopios del VLT, a modo de incrementar su capacidad de observación -en términos de resolución- en las imágenes captadas, mediante lo que los astrónomos llaman interferometría, es decir, juntar la información de los cuatro telescopios como si fuera uno más grande.
Esta innovación tecnológica que ha implementado el VLT ha permitido, precisamente, estos logros para la ciencia. "Con esta herramienta podemos tener imágenes que son muy nítidas, podemos ver muy bien los detalles y con eso ha sido posible poder identificar las estrellas que están dando vuelta alrededor del agujero negro en el centro de nuestra galaxia", ejemplifica Luis Chavarría.
Durante estos meses se están regulando los telescopios del VLT: recubrir los espejos que van acumulando polvo y pierden cierta reflectividad, lo se realiza cada 1,5 años aproximadamente. Deben sacarse para renovar la capa de aluminio que da la reflectividad y demora unos 10 días por telescopio. Además de este cambio se instalan láseres a los tres telescopios restantes del observatorio.
"El poder tener los láser en los cuatro telescopios realmente le va a entregar a este observatorio la posibilidad de trabajar en la capacidad del 100 por ciento", dice Chavarría.
Exoplanetas
El 25 de mayo de 1998, cuando el Telescopio Unitario UT1 (Antu) del VLT observó las primeras imágenes comenzó una nueva era para la astronomía desde Cerro Paranal. Desde ese momento se han producido más de 10 mil artículos científicos a partir de datos recolectados por el observatorio.
La comunidad científica destaca el uso de los espectrógrafos del VLT que permiten estudiar los exoplanetas, de los cuales hay más de 5 mil descubiertos y proyectan que en 10 años más se puedan saber más detalles de ellos con la observación del E-ELT, el cual se ubicará a unos 30 kilómetros del VLT en cerro Armazones con espejos de 40 metros de diámetro.
"Con el VLT hemos respondido preguntas súper importantes que han entregado un par de premios nobeles. Y ahora, 25 años después, las preguntas científicas son otras y seguimos haciendo el mismo ciclo", relata Chavarría sobre la proyección de construir el E-ELT, cuyo funcionamiento podría estar en marcha a finales de 2028.
De acuerdo al representante de la ESO en Chile el VLT es el observatorio óptico más productivo del mundo. "La calidad de los cielos en Paranal es de las mejores que hay en el mundo, no tiene comparación y, si no fuera así, no estaríamos construyendo el telescopio más grande del mundo ahí mismo", cuenta.
En marzo de este año se celebraron 10 años del observatorio ALMA, los 25 años del VLT este 25 de mayo y en octubre se cumplirán 60 años de la ESO en Chile. Además, entre julio y agosto, la institución lanzará un fondo concursable en las regiones donde se ubican sus observatorios, Antofagasta y Coquimbo, para apoyar y promocionar proyectos que apunten al desarrollo regional, a través de la astronomía, buscando aportar a la descentralización.