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explicitar equivocaciones, como fue no haber enfrentado más directamente la deriva que llevaba la Convención. Lo encontré también extraordinariamente inclusivo, o sea, yo creo que no existió nunca en la historia de Chile un Presidente que en una cuenta de este perfil mencione tanto a sus antecesores como lo hizo Boric. Y de todos los colores políticos. Sí creo que solamente le faltó mencionar a Pinochet. Y con tanta generosidad, con tanta espontaneidad, y cómo fue incluyendo también a los de la propia oposición y sus parlamentarios, y cómo fue incluyendo a su equipo en forma bastante espontánea, lo que le quitó un poquito de solemnidad, llamando a que lo corrigieran, o que le confirmaran lo que él estaba diciendo. Destacaría también que fue un discurso muy abierto, muy dialogante, muy, muy centrado en la búsqueda de acuerdos, de compromisos, de puntos intermedios. Pero al mismo tiempo muy claro y valiente en cuál es la frontera.
-¿Y cuál sería esta frontera?
-La frontera es moral, más que programática. Tiene que ver con la homofobia, con la misoginia, con el negacionismo y la defensa de los Derechos Humanos, de la democracia. Ahí está la frontera. Es interesante eso, porque no era una frontera ideológica o programática. Fue largo el discurso, en exceso. ¿Pero a qué responde lo largo? Tengo la impresión a que está respondiendo internamente a la crítica que él mismo explicitó y es que este es un gobierno que tiene poca gestión, poca acción, pocas medidas; a que -digamos- es un Gobierno de poesía más que de resultados. Está respondiendo a esa objeción, se adelantó y eso lo hizo demasiado largo, lo que le quita un poquito de contundencia. Él fija claramente un derrotero, en el sentido de que este era su discurso inaugural, y de un territorio bastante singular, en el cual funde las famosas dos almas históricas en torno a un eje. Creo que finalmente el eje es el del cuidado y ese es el cuidado donde entronca muy bien con Michelle Bachelet. Por eso la omnipresencia de Bachelet.
-Bueno, no asistió ningún otro expresidente, sólo ella.
-Es llamativo su apañe y su respeto hacia el Presidente. Se estableció ahí simbólicamente una conexión muy potente.
-¿Es esta honestidad el tono que requería el momento político del país y del Gobierno en particular? El ambiente está crispado y la popularidad del Ejecutivo por el suelo.
-No sé. Desde el punto de vista del país, desde el punto de vista de la sociedad en su conjunto, lo que va a quedar registrado son las medidas que prometió o con las que se comprometió. Pero a la larga el efecto que puede tener es el tipo de aproximación que él hizo, que es que no fue confrontacional, que fue inclusivo, que fue de apertura, que, como dijo, "yo no estoy aquí compitiendo con el pasado ni con mi antecesor. Estoy poniendo un ladrillo más en una obra colectiva que tiene todo el tiempo en que Chile se ha forjado". Ese espíritu el país lo echaba de menos. Es como un remanso en un momento en que estábamos todos muy irritados, por la inflación, por el costo de la vida, por la violencia, por la polarización del debate político. Entonces, fue como recordarnos de dónde venimos, dónde estamos, pero en una perspectiva más larga.
-No es primera vez que el Presidente hace estos llamados al diálogo y la unidad, a bajar el nivel de confrontación, pero no parece que haya sido escuchado ni siquiera por su coalición.
-Tienes razón de que lo de ayer (jueves) no fue un quiebre, es una continuidad de un planteamiento que en forma progresiva ha venido haciéndolo desde la segunda vuelta presidencial. Efectivamente, este discurso, que yo llamaría como tercera vía de Boric, recoge elementos del viejo Apruebo Dignidad y del viejo Frente Amplio, como son por ejemplo estas fronteras morales respecto a temas valóricos. Por otra parte, recoge algo de lo que era el socialismo democrático histórico, como es la noción un poco de bienestar, de un Estado más presente y más apañador. Pero, efectivamente, esta tercera vía de Boric uno no esperaría que sea abrazada como propia por la oposición, por la derecha, pero yo habría supuesto que iba a producir más resistencia dentro de sus propios adherentes y, al menos hasta hoy, a esta hora, me ha llamado la atención el grado de adhesión que ha conseguido por su gente, que se cuadró y le aplaudió con ánimo, no fue un aplauso burocrático. Es bastante singular el nivel de liderazgo que tiene Boric sobre su coalición. Yo creo que otra vez se remonta a Bachelet, pero a diferencia de ella, que no intervenía en la gestión política, del animus societatis, del equilibrio de poder, de las compensaciones recíprocas que son necesarias para mantener una alianza de gobierno, Boric sí se mete. No sé si tiene las manos en la masa, pero mete las manos a la sopa y estuvo lleno de signos por aquí, por allá, en esa dirección. Esto le da una potencia bastante relevante a su liderazgo. Tampoco lo tenía Piñera, que no tenía este papel frente a su coalición. Lagos en cierto modo lo tenía, pero era más distante, más frío. Aylwin lo tenía. Pero aquí estamos viendo una nueva aglomeración política que se gesta en torno a la figura de Gabriel Boric.
-Podría ser el fin de estas dos almas de las que se habla o que se unieran un poquito más.
-Yo creo que sí, porque cuando alguien mira esto, ¿acaso representa una instalación de origen en la vieja socialdemocracia? No. La socialdemocracia histórica, siempre tuvo un discurso mucho más holístico, mucho más centrado en el Estado y alabando al Estado. Con metas estructurales, siempre mirando la estructura más que las personas. Con una visión más bien planificadora. Lo de Boric, en cambio, fue una visión mucho más favorable a la diversidad, a la autonomía, con una visión más bien sospechosa del Estado. Sí dijo que tenemos como un Estado del siglo 19 o algo así, alegando contra la burocracia del Estado. Habló más de medidas, medidas, medidas, que es una visión bastante millennial. Lo que importa a esa generación son las acciones concretas antes que un gran plan de vida. Y, por cierto, tampoco es que se instaló en el territorio del viejo Frente Amplio y de la de la vieja Convergencia Social o Revolución Democrática, es también muy distante a eso. No es el discurso moralista. No es el discurso antagónico smithiano, sino que más bien es un discurso más cristiano, de producir compromiso, de producir comunidad. Es un discurso que no se queda en los temas posmateriales o en la agenda cultural, sino que se va a la agenda más doméstica, híper material. No tiene nada que ver con el Podemos español, como fue un poquito inicialmente el Frente Amplio. Entonces, se está creando como una especie nueva, una especie animal nueva. Por eso te decía que esta es como la tercera vía dentro de la centroizquierda, la tercera vía de Boric.
-Usted dice que será recordado por los anuncios. Pero ¿cuántos podrá materializar? Incluso supeditó varios de ellos a la reforma tributaria, como colocándose el parche antes de la herida, colocando la responsabilidad en la oposición.
-Claro, puede que haya un poco de eso. Pero también de juego político, esto es política, esto es póker, esto es poner el peso de la prueba en manos de tu contrincante. O sea, es aumentar el costo del rechazo de la reforma tributaria. Quienes voten contra la reforma tributaria tendrán que ir a hablarle a sus electores y explicarles por qué lo hicieron. Porque los electores les van a pasar la cuenta y les dirán "oiga, usted votó contra una fórmula que podría haber significado para mí la condonación del CAE". Entonces, claro, yo entiendo que la oposición se demuestre molesta, porque le puso el peso de la prueba.
-¿Hay terreno para conseguir acuerdos en el Congreso?
-Creo que sí. Bueno, lo que pasa es que también el Presidente hizo bien en no dar detalles respecto a la reforma tributaria, en pensiones ni el tema de las isapres, porque si da detalles el Gobierno queda amarrado. No es una buena manera de negociar tirar una fórmula en la cuenta presidencial. La buena manera para negociar es plantear un espíritu, que lo planteó, respecto estos temas y dejar ahora que sus funcionarios, sus suministros, hagan la pega de acercarse. Así que yo miraría con optimismo la posibilidad de llegar a acuerdos. Nadie acá quedará enteramente contento. Como lo hizo la Comisión de Expertos y creo que ahí está el ejemplo. Hay un antes y un después desde la Comisión de Expertos. Si hay un grupo como los expertos, que provienen de todas las orientaciones políticas, que es capaz de ponerse de acuerdo respecto a la Constitución de Chile, explíquenme por qué no es posible que un conjunto de políticos y/o sus expertos se puedan poner de acuerdo sobre las isapres o lo tributario.
-Pero el escenario ahora incluye un actor crecido como el Partido Republicano, con un rol fundamental en la redacción de la nueva Constitución. ¿Cree que ellos y el Gobierno estarán disponibles para dialogar?
-Bueno, desde el punto de vista del Gobierno, tiene que hacer el intento y de buena fe. De otra parte, al Partido Republicano por Dios que le vendría bien mostrarse en estos próximos meses como una fuerza que contribuye a darle gobernanza al país y que contribuye a resolver los problemas específicos de la población. Eso, no hay duda que le pavimentaría su camino al lugar donde quiere llegar, que es La Moneda. Ahí, yo creo, hay intereses coincidentes. Gobierno-Partido Republicano. Pero es una suposición no más. Habrá que verlo.
-¿Son suficientes los anuncios que hizo en seguridad?
-Hay un tecnicismo que yo no manejo, pero claramente le dio el peso de la importancia que tiene hoy día para la población. Le entregó un respaldo frontal a Carabineros. Yo creo que el Estado de Chile se puso las pilas respecto a la seguridad. Incluyendo desde luego al gobierno. Y del momento que el Estado de Chile se pone las pilas en una materia en forma unitaria y coherente, es altamente probable que las cosas comiencen a revertirse. No es que vayan a cambiar de la noche a la mañana, pero comienza a revertirse. Sí, yo creo que en seguridad el toro ya se agarró por los cachos. Hubo un remezón, se movieron las instituciones y se movió la población.
¿Le faltó algo?
-Le faltó brevedad. Le faltó educación. Es difícil de entender que una generación que llega a este lugar a través de sus demandas en torno a la educación, no tenga una propuesta más de fondo respecto de esta pandemia en la educación que estamos viviendo y que, además, está en el origen de la otra que es la delincuencia. O sea, la deserción, la inasistencia escolar a niveles de la educación básica, los problemas de violencia interna, los problemas de aprendizaje. Algo práctico hay que hacer con la educación, porque algo no está funcionando.
-¿Cómo ve al Presidente? ¿Qué dice su lenguaje corporal: la está pasando muy mal?
-No, yo lo vi particularmente bien, lo vi cómodo, lo vi hablando desde la tripa. No estaba leyendo simplemente un discurso por el teleprompter porque, de hecho, miren la cantidad de improvisaciones que tuvo, y sus improvisaciones eran coherentes, eran buenas ilustraciones. Yo tengo la impresión de que el Boric de la cuenta pública se siente más cómodo consigo mismo que el de meses o años atrás. Lo encontré sereno en su postura corporal. Claro, para mucha gente le tiene que llamar la atención un poco su informalidad, pero yo tengo la impresión de que para otras partes importantes de la población esta es una cosa que les produce cercanía y confianza.
"El Presidente hizo bien en no dar detalles respecto a la reforma tributaria, en pensiones ni el tema de las isapres, porque si da detalles el Gobierno queda amarrado. No es una buena manera de negociar tirar una fórmula en la cuenta presidencial".
"Si un grupo como los expertos de todas las orientaciones políticas es capaz de ponerse de acuerdo respecto a la Constitución, explíquenme por qué no es posible que un conjunto de políticos y/o sus expertos se pongan de acuerdo sobre las isapres o lo tributario".
"Creo que el Estado de Chile se puso las pilas respecto a la seguridad. Incluyendo desde luego al gobierno. (...) Creo que en seguridad el toro ya se agarró por los cachos. Hubo un remezón, se movieron las instituciones y se movió la población".
"Le faltó brevedad. Le faltó educación. Es difícil de entender que una generación que llega a este lugar a través de sus demandas en torno a la educación, no tenga una propuesta más de fondo respecto de esta pandemia en la educación que estamos viviendo"