Colegios cerrados y resultados Simce
La evaluación realizada el año pasado arrojó cifras preocupantes. No sólo fue una evaluación deficiente, también dejó de manifiesto la incapacidad del sistema para afrontar emergencias. Hoy muchos dan la razón a esa insistencia, pero pocos reparan en las condiciones que debieron existir para que esa idea casi obstinada se cumpliera.
Antes de practicarse se daba por descontado que los resultados de la prueba Simce aplicada a alumnos de cuarto básico y tercero medio, serían deficientes. Había meridiana conciencia que los esfuerzos realizados por impartir clases en línea, incluso del modo híbrido, tendrían una incidencia importante en la enseñanza de los alumnos que se vieron obligados a aceptar esas metodología debido al cierre de las unidades educativas por la pandemia.
Se coincidía que se estaba lejos del ideal educativo y que la incidencia tendría que medirse a futuro, pese a los esfuerzos por entregar los contenidos con el máximo de rigor pedagógico posible.
Los tristes resultados, conocidos la semana pasada, no hicieron más que confirmar los temores, al establecer que fueron los peores en diez años.
Las políticas para impartir clases no funcionaron y con ello se regresó al debate de cuán necesario hubiese sido tener menos semanas los colegios cerrados, como lo plantearon las autoridades del Mineduc, en aquel tiempo.
Hoy muchos dan la razón a esa insistencia, pero pocos reparan en las condiciones que debieron existir para que esa idea casi obstinada se cumpliera.
La infraestructura de los colegios públicos aún es precaria. No están las condiciones si las salas de clases siguen albergando a 40 o más alumnos o que no existan comedores con las instalaciones adecuadas para recibir a los estudiantes.
Son esos problemas, que persisten hasta hoy, los que se deben trabajar con mayor ahínco. La reformulación del sistema educativo no pasa solamente por un nuevo modelo de administración, tiene que necesariamente partir por mejorar la infraestructura educativa y de allí escalar a la necesidad de docentes y de tecnología para la educación del futuro, algo que estamos lejos de ver.