Kiev ve en Prigozhin un reflejo del caos en torno a Putin y en el motín una "humillación"
GUERRA. Biden analizó la rebelión del Grupo Wagner con Zelenski y Blinken dijo que EE.UU. considera que lo ocurrido constituye una ventaja para Ucrania.
Efe
La rebelión de los mercenarios del Grupo Wagner en Rusia y su posible desaparición como fuerza de asalto en Ucrania generan nuevas posibilidades para Kiev, que ve el conato de motín como una "humillación" para el presidente Vladimir Putin, aunque sin efectos aún en el frente.
Desde el entorno del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se lanzaron ayer sucesivas interpretaciones sobre el presunto caos que rodearon las 24 horas de rebelión del jefe de los Wagner, Yevgueni Prigozhin, pese a su posterior retirada por mediación de Bielorrusia.
El intento de motín refleja el inicio del "desmantelamiento del sistema" de Putin, afirmó el secretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, Oleksi Danílov.
Fue "la punta del iceberg de un proceso de desestabilización", prosigue el mensaje, según el cual se ha formado un "grupo de descontentos", tanto en las fuerzas de seguridad como entre el funcionariado, que consideran "mortalmente peligrosas" las acciones de Putin para sus intereses y su existencia.
La única opción que tiene Putin para "salvarse" es la "liquidación física" de los Wagner, un castigo ejemplar a Prigozhin y la implantación de una ley marcial, de acuerdo con Danílov, para quien la marcha de los amotinados sobre Rostov fue "una puñalada por la espalda" a Putin.
De "humillación" para el Kremlin calificó lo ocurrido el asesor presidencial Mijailo Podoliak. El motín evidenció el desgaste de poder de Putin, generó el caos y se resolvió a través de una mediación "por un intermediario de dudosa reputación", como es para Kiev el líder bielorruso Alexandr Lukashenko.
"Fue una elección fenomenal... Casi anulas a Putin, tomas el control de las autoridades centrales y de pronto te retiras..." transmitió asimismo Podoliak, para quien la "élite de Putin" vivió 24 horas de temor, en las que se demostró que el Kremlin no tiene el "monopolio de la violencia".
Putin y zelenski
Ayer el presidente estadounidense, Joe Biden, y su homólogo ucraniano, hablaron por teléfono sobre el intento de sublevación del líder del grupo Wagner contra la cúpula militar rusa. "Discutieron la contraofensiva en curso de Ucrania, y el presidente Biden reafirmó el apoyo inquebrantable de EE.UU." con ayudas a la seguridad, la economía y las labores humanitarias, señaló la Casa Blanca.
Por su parte, el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, afirmó que el intento de sublevación representa una oportunidad para Ucrania y su contraofensiva. "En la medida en que Rusia ahora está distraída, que Putin tiene que preocuparse por lo que sucede dentro de Rusia tanto como tiene que preocuparse por lo que está tratando de hacer, sin éxito, en Ucrania, creo que eso crea una ventaja adicional para los ucranianos", apuntó en CNN.
Víctimas civiles
Mientras abundaban las interpretaciones sobre el caos precipitado con la toma de control y avance de los "wagneritas" en dirección a Moscú, desde Kiev y la región de Jersón, en el sur llegaban nuevos reportes sobre civiles muertos por ataques rusos.
El alcalde de Kiev, Vitali Klitschkó, elevó a cinco el número de víctimas mortales del ataque contra un edificio de 25 pisos en la capital. El sábado el balance había quedado en tres fallecidos, pero ayer se encontraron otras dos víctimas mortales entre los escombros.
Según la Administración Militar de Kiev, el sábado se habían lanzado más de veinte misiles sobre Kiev. Los cascotes de uno de los cohetes interceptados habían caído sobre el edificio mencionado.
Otro de 44 años, murió en Jersón en otro ataque ruso contra un edificio de esa ciudad, en este caso de cinco pisos.
Por parte rusa, se informó del reforzamiento de la defensa sobre el puente de Chongar, que enlaza Jersón y Crimea y que el jueves fue alcanzado por misiles de fabricación británica Storm Shadow.
El puente, atacado el pasado 22 de junio, es la ruta de abastecimiento militar rusa más corta desde Crimea a Melitópol.