Menor loíno es el primer caso exitoso de trasplante de células madres en la región
CASO. Pablo De Simone, director médico de VidaCel, explica que programa "Conectando Hermanos" permitió ayudar a paciente que padecía leucemia linfoblástica aguda.
El impacto de enfermedades de alto riesgo para menores de edad se refleja en un diagnóstico de hasta 500 niños con cáncer al año en el país, según cifras del Registro Nacional de Cáncer Infantil. Una enfermedad en la que las afecciones más comunes son los tumores del sistema nervioso central, linfomas y leucemias. Esta última, además, se considera causante del 50% de los fallecimientos de la población infanto-juvenil en Chile.
Frente a este escenario, una de las opciones de terapia disponible consiste en el trasplante de precursores hematopoyéticos (TPH), también denominado trasplante de médula. Consiste en reemplazar células enfermas por otras sanas, obtenidas de la sangre del cordón umbilical. El primer trasplante de células madre de cordón umbilical se llevó a cabo en 1988 en Carolina del Norte (EE.UU) a un niño de cinco años que padecía una anemia aplásica mortal, y desde entonces los trasplantes de células madre comenzaron a masificarse y hoy se practican de manera recurrente en nuestro país.
En ese contexto VidaCel, el mayor banco de células madre del país, especializado en procedimientos de criopreservación, implementó el programa de donación dirigida denominado "Conectando Hermanos". Iniciativa en la cual una mujer embarazada dona la sangre del cordón umbilical con el fin de trasplantar células madre a un hermano o hermana compatible con un diagnóstico que califique para tratamiento con trasplante de sangre de cordón umbilical.
Uno de estos casos correspondió a un menor de 10 años de la Región de Antofagasta, que padecía un diagnóstico grave de leucemia, y se convirtió en el primer caso de éxito del programa "Conectando Hermanos", al que luego se sumó otro en Santiago.
Primer caso
Pablo De Simone, director médico de VidaCel, en conversación con El Mercurio de Antofagasta aborda esta iniciativa como parte del compromiso de VidaCel con la sociedad.
"VidaCel ha proporcionado muestras históricamente para ser utilizadas en trasplantes, principalmente de niños. Este no es el primero, sino que fue el primer caso del programa 'Conectando Hermanos', que es un programa sin ningún tipo de costo para las familias que tienen algún hijo con alguna enfermedad que pueda tratarse con trasplantes. La mamá debe estar esperando una guagüita cuya donación puede salvar la vida a su otro hijo. Ya han ingresado al programa 20 mamás de todo el país y son dos los casos en que se han utilizado las muestras. El programa original de Donación Dirigida, que es el PINDA (Programa Infantil de Drogas Antineoplásicas), existe desde 2004, nosotros nos sumamos a este programa a partir de 2020.", explica.
¿Cómo fue que la familia de este menor de la Región se puso en contacto con ustedes y cuál era la situación del niño?
-Nos contactaron a través del PINDA. El programa de donación dirigida de sangre cordón estaba fragmentado, había que traer a la familia desde la región respectiva, con los inconvenientes de trasladar a la embarazada, muchas veces con el otro hijo, y si los acompañaba el padre a veces hasta podían perder el trabajo. Esto incluía trasladar la muestra hasta el (Hospital) Calvo Mackenna, procesarla y después criopreservarlas.
Como el PINDA no toma muestras en regiones, nosotros vimos la oportunidad de contribuir con el sistema resolviendo todo ese proceso con un solo operador, que en este caso es VidaCel. Antes el PINDA tenía costos para esto, incluida la criopreservación. Ahora nosotros lo hacemos como una contribución a todo el sistema de salud. Vamos hasta la región, nos ponemos en contacto con la embarazada, hacemos la toma de muestra y el traslado. Y la diferencia es que todo el procesamiento de criopreservación y el almacenamiento por cinco años se hacen en las instalaciones de VidaCel en Santiago.
¿Cómo fue el procedimiento en el caso específico de esta familia de la Región que vive en Calama?
-Coordinamos con nuestros equipos de Antofagasta la toma de muestra, la trasladamos hasta Santiago, la procesamos y criopreservamos en nuestro laboratorio hasta que fue solicitada por el Hospital Calvo Mackenna para realizar el trasplante.
¿En qué condiciones permanecía el menor antes del trasplante y cuál es su situación actual?
-Él estaba en tratamiento de su cuadro de base, de su leucemia, y potencialmente podía requerir un trasplante de células madre, lo que finalmente ocurrió. Como en todo enfermo oncológico, los tratamientos muchas veces son agresivos y van desgastando la salud de los pacientes y su calidad de vida se va deteriorando. Para mejorarla era necesaria una acción potencialmente curativa. En este caso para él era el trasplante.
En general los niños suelen recuperarse prácticamente como si nunca hubiesen tenido la enfermedad, este niño ha evolucionado muy bien hasta hoy, lo que es muy alentador ya que hay muy buenos resultados. Promisoriamente hoy no tiene la enfermedad activa, con lo cual tentativamente está curado, pero debemos esperar por lo menos cinco años de evolución.
¿Hay aún algunas limitaciones para este tipo de trasplantes, como de tiempo u oportunidad?
Lo que necesitamos hoy en Chile es tener un banco público (de células madre) que realmente sea de incumbencia nacional y que pudiésemos tener la cantidad de cordones (umbilicales) necesarios y representativos para la población que tenemos. VidaCel tiene un banco público, pero que es pequeño, porque lo financia la propia empresa, y se sabe que la demanda en salud es infinita, pero los recursos son finitos.
Nosotros podemos colaborar con una cantidad de cordones determinados, pero no tenemos la cantidad que permita proyectar la probabilidad de que si uno hace una búsqueda nacional, pudiese tener entre un 80% y un 90% de probabilidades de encontrar sangre de cordón para un niño aquí en Chile. Para eso necesitamos tener un promedio de 8 mil cordones y hoy VidaCel solamente tiene 1.300 cordones.