"La economía circular es en esencia un tema de colaboración"
Con más de 45 años de trayectoria en reciclaje, Michel Compagnon, ingeniero comercial y gerente comercial de la empresa Comberplas, se convirtió en un referente de cómo otorgar valor a toda la cadena desde la economía circular.
Creador del proyecto 'Atando Cabos', una iniciativa que retiró casi cuatro mil toneladas de plástico y que lo hizo acreedor del premio al "Chileno del Año 2018", un galardón elegido por votación ciudadana y que al año siguiente en 2019 lo hizo merecedor del premio "Latinoamérica Verde".
Compagnon, visitó la Región de Antofagasta para ser expositor programa Antofa Circular y dar a conocer su visión de los beneficios de la economía circular y el reciclaje.
¿De dónde surge el interés por el plástico y por el querer desarrollarlo como fuente de material sustentable?
-Yo vengo de una familia plastiquera, mi familia se dedica al plástico hace ya 50 años y hace 30 nos dimos cuenta que si nos seguíamos relacionando de la misma forma íbamos a tener problemas medioambientales importantes, toda la gente se da cuenta ahora, pero nosotros que somos una familia de esto, nos dimos cuenta antes. Por la crianza de mis padres teníamos una mirada bien ecológica, entonces pensamos en cómo podíamos tomar esas dos cosas. Y desde ahí empezó esta pasión por reciclar, que desde mi punto de vista, el plástico bien usado es el material más ecológico que existe porque puede vivir muchas veces.
Entiendo que también se define como un eco- plastiquero...
-Yo me siento que soy un ecologista y por eso soy plastiquero. La gente piensa que el plástico es el enemigo y yo creo que es transitar a la economía circular, la que se trata de desacoplar el crecimiento económico de la extracción de recursos naturales. Entonces, podemos seguir creciendo económicamente, pero que no esté asociado a sacar recursos de la tierra, para usarlos y botarlos, el plástico es un material que se puede usar, reutilizar y revivir muchas veces generando evitar sacar cuero, algodón y madera. Si se le da esa visión, me declaro un eco-plastiquero.
En cuanto a sus proyectos, ¿cómo nace Atando Cabos y cómo lo recibió la comunidad?
-Me gusta recorrer mucho los parques nacionales, un día que fui al sur a la Patagonia y me encontré con miles de toneladas de basura, la que para la gente del lugar era basura y sentí que era responsabilidad mía, ya que sabía tanto de plástico y de cómo reciclarlo. Mostrarle esta industria, que ese material no era basura y que podía transformarse. Así partimos con la idea porque Atando Cabos significa unir soluciones existentes, pero que estaban desconectadas. Entonces una persona tenía este problema y yo quise hacerlo, conocía a los pescadores, los camioneros y a quién me podría comprar productos con esto, era cosa de unir los cabos y armar el negocio. Al principio la gente no creía mucho. Después cuando vieron que funcionaba, que era negocio para todos y que entrega valor a toda la cadena, ha sido bien imparable. Se transformó como una bola de nieve porque partimos con un proyecto chiquitito, después lo transformamos en una empresa. Y ahora yo digo que es una causa, que no para.
Ha recorrido diversas partes del país con su legado ecológico, en el caso regional, ¿cómo visualiza el panorama de Antofagasta frente al reciclaje y cuidado del entorno?
-Lo veo con bastante esperanza, soy una persona muy optimista, de hecho, hice un trabajo desde la basura. Creo que van por buen camino, no creo, ni siquiera que estén atrasados. Aquí se están dando cuenta y eso es muy importante, que hay un problema y también el norte en general tiene ventaja y desventaja con respecto al sur porque allá las ciudades están muy cerca y en el norte las ciudades están mucho más separadas, pero tiene la minería y no me refiero a que la gente piensa que tiene la billetera, sino que se tiene la tecnología, ingeniería y el volumen de la minería. Entonces si esa industria empieza a entrar a la economía circular, las ciudades aledañas van a entrar en esto casi por gravedad. Creo que es la gran oportunidad que tienen de juntarse la industria con la comunidad y empezar a atacar el problema medioambiental.
Uno de los temas recurrentes en la ciudad es la quema de basura, ¿qué opina de este recurso?
-En Noruega también la queman, pero después hacen valorización energética, con esa quema de basura generan energía, es controlado y con un montón de filtros, al final es un lugar maravilloso, una planta donde se está generando energía con basura. Pero acá en Chile todavía nos faltan muchos pasos para llegar a eso, falta aprender a generar menos basura, a reciclar mejor, aprender el valor de reciclar. La valoración energética podría llegar, pero creo que nos faltan algunos años.
Finalmente, ¿qué mensaje dirige a la comunidad antofagastina y del mundo ante el complejo panorama climático que se vive?
-Hay que empezar a mostrar lo que está pasando. Somos bien buenos para generar el problema y después mirar para el otro lado. Esta crisis medioambiental que tenemos no es culpa de nadie y es culpa de todos, así que creo que es muy importante empezar a darse cuenta que tenemos un problema que no lo van a solucionar las personas, tampoco las empresas privadas ni el Estado o los gobiernos, sino que la vamos a solucionar entre todos. Si todos aportamos, de todas maneras, lo vamos a superar, pero tiene que ser un compromiso completo porque la economía circular es en esencia un tema de colaboración.