La inseguridad y los homicidios en la región
Paulina Núñez U. , Senadora RN
Recientemente se publicó el primer informe nacional de homicidios consumados (2018-2022), el cual evidencia la crisis de seguridad en que se encuentra el país, pero por sobre todo en la que se encuentra la región. En efecto, son 213 asesinatos en los 5 años, siendo el año con más homicidios el 2022 con 67.
Asimismo, Antofagasta ostenta el pésimo récord de ser la tercera región con mayor tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes correspondiendo a un 9,4, muy por sobre la media nacional de 6,7. El 2018 no había ninguna comuna de la región en el top ten de comunas con más homicidios, en cambio, el 2022, se incorporaron dramáticamente Antofagasta y Calama en los lugares 7 y 8 respectivamente.
El informe es aún más preocupante para la región si se considera que entre el 2018 y el 2022 los homicidios aumentaron un 109%. La vía pública ha sido el lugar preponderante para los homicidas, representando el 58,7% del total de los casos, mientras que los domicilios particulares representan un 23,0%. Del mismo modo, 192 hombres y 21 mujeres han perdido la vida. Resulta preocupante que 1 de cada 4 homicidas correspondió a un extranjero el 2022.
Lamentablemente, el actual gobierno lejos de disminuir la crisis, la ha profundizado con medidas absolutamente insuficientes para la realidad de la región.
Según cifras de Carabineros de Chile, en lo que va del 2023, ya hay un incremento de un 35,7% de homicidios respecto al mismo período del 2022. Es decir, si ya el 2022 había sido el peor año, tristemente el actual, muy posiblemente será muchísimo más negativo. El Plan "Calles sin Violencia" ha demostrado que fue simplemente una medida "parche" y débil para lo que ocurre.
Asimismo, el Fast Track Legislativo del Gobierno que promueve 31 proyectos de ley en materia de seguridad no se ha cumplido en los plazos establecidos. Tampoco proyectos como el que permite el resguardo de los barrios críticos por las Fuerzas Armadas frente a la amenaza del narcotráfico y el crimen organizado; el que tipifica el ingreso clandestino al país como delito; o el que crea la Defensoría de las Víctima de Delitos, se le ha dado urgencia alguna.
Así las cosas, el gobierno debe, de una vez por todas, tomarse en serio la seguridad y enfocarse en la prevención y la desarticulación de las organizaciones criminales que día a día están afectando gravemente a la región, no hacerlo, constituye una omisión inexcusable.