Integridad Política
Ha sido inevitable preguntarnos si "somos extraños morales" (D. Fonti, 2017), o al menos sobre la moralidad de los/as 'extraños/as morales' (H. Tristam Engelhardt, 1995), a raíz de los sucesos e implicancias que se han abierto producto del caso Fundaciones (gate). De acuerdo a Engelhardt, las amistades morales se relacionan sobre la base de valores compartidos, una religión, una filosofía o una visión ideológica. Muy por el contrario, los extraños morales, dado que no comparten una moralidad en común, deben resolver sus discrepancias a través de acuerdos mutuos. Y aquí me surge la duda de si los partidos o las agrupaciones políticas serán más amigos o extraños morales. Si se observa el fuego amigo, que es más dañino que la rivalidad política, volvemos a la moralidad extraña. Pero si analizamos el 'blindaje político', las cofradías van más allá de una hermandad a toda prueba.
En la literatura pro-golpista por ejemplo, Augusto Pinochet cita a Eduardo Frei Montalba y su caracterización de los partidos políticos: "Cuando el partidismo predomina, el partido pasa a ser más una agencia de empleos o de influencias burocráticas-administrativas, que un medio de expresión de ideas […] Siendo la razón de partido la que todo lo justifica, se puede recibir participación económica en los negocios del Estado, para la caja del partido" (Política, Politiquería y Demagogia, 1983: 8), o para las 'amistades morales'. En suma, el Estado como botín (Mario Waissbluth, Voces La Tercera, 26/07/2016; Carlos Tromben, Interferencia, 09/10/2021; Enrique Barros, EMOL, 07/07/2023). Lo curioso es que la Dictadura hizo exactamente lo mismo y con qué 'moralidad' el dictador habló de moralidad, incluyendo la violación sistemática a los derechos humanos por 17 años. Por donde se le mire, la ausencia de una integridad política pareciera ser parte de la mala gobernanza política.
La coach Begoña Gonzalbes define integridad política como aquella habilidad para "obrar con rectitud y limpieza, donde cada acto, en cada momento se alinea con la honestidad, la franqueza y la justicia", y precisa que estaríamos en presencia de una nueva generación de estilo político, el cual no he visto particularmente a nivel nacional o mundial. Las organizaciones internacionales como Transparency International relacionan integridad política con menos grados de corrupción en los países, entendiendo corrupción como el abuso del poder encomendado para beneficio privado, ya sea financiero, bienes de la ley o fortalecimiento del propio poder. Así, Chile se situó en el lugar 27 en los años 2021 y 2022, subiendo negativamente dos puestos desde el 2020 (25º). Por su parte, el Reporte de Economía y Desarrollo (RED, 2019) plantea cuatro ámbitos de acción para alcanzar la integridad política: reglas y control en la función pública, mecanismos de entrada a la burocracia y a la política, transparencia y monitoreo ciudadano, y gobernanza de los intereses privados.
Aun cuando no se visualiza claramente ninguno de los ámbitos de acción descritos en el Estado chileno, el último es el más ausente en casos como Pro-Cultura o Democracia Viva. Los riesgos de corrupción, sin duda, están en los gobiernos locales y regionales, donde la fiscalización brilla por su ausencia. Es posible observar hoy en día una verdadera 'caza de brujos/as' en la cual las 'confianzas subjetivas' (Carlos Peña, El Mercurio, 29/04/2018) huelen a inmoralidad, falta de decencia o abandono de deberes públicos. Lo que se ha denominado 'modus operandi' podría ser una cultura instalada como parte de nuestro ADN neoliberal: dónde van a parar las responsabilidades de nuestras acciones o quiénes las asumen más allá de sí un hecho es constitutivo de delito o no. La integridad política es parte del liderazgo, la gestión y las estrategias de reparación en problemáticas de cuestionable moralidad, de lo contrario seríamos unos perfectos hipócritas morales.
Dra. Francis Espinoza F.
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La integridad política es parte del liderazgo, la gestión y las estrategias de reparación en problemáticas de cuestionable moralidad, de lo contrario seríamos unos perfectos hipócritas morales.
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Académica UCN