Gómez Rojas, artista de su época
Dios, la Muerte y su Madre dominan por igual en el reino vibrante del poeta mártir José Domingo Gómez Rojas. La Revolución ha emigrado de su garganta, pero sigue en su pecho, lo mismo que un tatuaje de diamante. No ha olvidado el puño obrero y continúa fiel al color que lloran los suburbios.
Vive en una constante actividad; ameno, charlador, enamorado, frecuenta esos cafés donde el futuro tomaba el matiz de la madrugada, donde famosas fueron las veladas en el café que llamaban de Los Inmortales y que estaba en San Diego esquina de Avenida Matta; intima con los mejores artistas de su época, su firma se destaca honradamente.
En 1920, al pretenderse arrastrar a Chile a una guerra fratricida con Perú, se une al pequeño, pero brillante grupo de la gloriosa Federación de Estudiantes, que desenmascaraba la maniobra criminal, y es estigmatizado de "maximalista", de "vendido al oro peruano", como aquella.
A los pocos días del asalto que "patrióticamente" perpetraron al local de la Federación, los señoritingos de la "vida social" chilena (21 de julio 1920), es tomado preso y con ello se da comienzo a su martirio que, abriéndose en la primera página de un proceso absurdo, termina en lo mejor del corazón de Chile.
Su excesiva faena intelectual, las humillaciones de la cárcel, los golpes, los baños nocturnos, la incertidumbre por los suyos, el silencio, le precipitan a la locura, y el 29 de septiembre, antes del mediodía, muere desgarradoramente, en la Casa de Orates.
Es velado en el local de la Federación de Estudiantes y el 1° de octubre, por la tarde, acontece el entierro que -según calcula Claridad (octubre 1920)- congregó a cerca de "50 mil personas, ocupando un largo, en compacto desfile, de más de 15 cuadras". Antes de partir el cortejo, desde la casa de los estudiantes, arengó a la multitud Pedro León Ugalde. En el cementerio los oradores fueron numerosos: Alfredo Demaría, García Oldini, Meza Fuentes, Rigoberto Soto Rengifo, Santiago Labarca.
Un lugar aledaño a la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile lleva el nombre de Plazoleta José Domingo Gómez Rojas, nominación conseguida por quien escribe este texto.
N. de la R: Gómez Rojas nació en Santiago el 4 de agosto de 1896.
Andrés Sabella, 1939