Correo
Inquietud
Y al final Susana Herrera tuvo que renunciar como embajadora de Chile en el ReinoUnido. Pregunta: si no hubiera existido el caso Fundaciones, ¿habría sido Susana Herrera cuestionada a todo nivel gubernamental y político por su proyecto de 5 millones de dólares, hasta tener que renunciar a su cargo?Porque no se debe olvidar que en un principio, cuando se supo de las millonarias transferencias a la fundación Democracia Vivar a raíz de los convenios firmados con la Seremi de Vivienda y Urbanismo de Antofagasta, el hecho sólo fue calificado como un error, descartando la intención de desfalcar el bolsillo de todos los chilenos, pero la multiplicación de casos obligó a cambiar de opinión.
Luis Enrique Soler Milla
Impericia diplomática
No había otra alternativa que dejar el cargo como embajadora de Chile ante el Reino Unido o enfrentar una potencial e inconveniente polémica entre los dos países. La monarquía británica nunca toma la iniciativa de proponer algún proyecto particular e interno de otro Estado y menos en la estricta y protocolar presentación de las cartas credenciales de un embajador. Al rey no le corresponde. Sólo se limita a manifestarse interesado, cortésmente, o resaltar que lo que patrocina lo hace su gobierno. De existir alguno, se deberá gestionar oficialmente por canales diplomáticos, el Foreign Office o nuestro Ministerio de Relaciones Exteriores, que decidirán si el proyecto es conveniente. El rey no lo decide.
Lo ocurrido evidenció que no se ajustaba al procedimiento oficial ni a una práctica usual. Si se hubiera consultado a Gran Bretaña, podría haberlo desmentido, creando un desacuerdo y hecho insostenible la posición de nuestra representante. Al rey no se le utiliza como pretexto.
La renuncia puso fin al tema y demostró la mano experimentada del canciller Van Klaveren, evitando todo malentendido. La diplomacia tiene normas y prácticas severas que al cumplirse mantienen las armónicas relaciones entre Estados y precaven desencuentros y conflictos improvisados.
Samuel Fernández Illanes Académico U. Central, exembajador
Quiebre institucional
Se dice que el próximo 11 de septiembre se conmemora el cincuentenario del "quiebre institucional", en circunstancias que tal quiebre ocurrió antes del 22 de agosto de 1973, fecha del acuerdo de la Cámara de Diputados en el que se denunció "el grave quebrantamiento del orden constitucional y legal de la República".
El 11 de septiembre de 1973 no existía democracia en Chile, pues ya había fallecido. Lo que hicieron los militares fue darle sepultura. Al respecto, Roberto Ampuero, en un artículo publicado en este Diario el 6 del mes en curso, bajo el título "Salvando amigos en tiempos recios", escribió: "Tres meses después (del 11) salí de Chile rumbo a Europa del Este porque, con veinte años, era un ingenuo (aunque no inocuo) joven comunista. Atrás quedaba un país destruido, donde los políticos habían ultimado la democracia al ser incapaces de lograr consensos, y las fuerzas armadas la sepultaban".
Adolfo Paúl Latorre
Antecedentes válidos
Me parece que reconstruir la historia al parecer de una cierta parcialidad política, no es sólo un acto de irresponsabilidad, sino que representa un engaño para las generaciones de jóvenes chilenos que sólo esperan que se les aporte antecedentes claros y válidos para conocer la historia real de su país.Lo sucedido el 22 de agosto en el Congreso Nacional, cuando se cumplieron 50 años de lo expresado por la Cámara de Diputados de la época, que declaró como inconstitucional el gobierno del presidente Allende, es sencillamente deplorable.
El pueblo de Chile se merece una actuación más decorosa de los honorables y un reconocimiento a la única verdad posible, aquella que quedó plasmada en los artículos de prensa de 1973 y a disposición de todos los lectores.
Jorge Vidal Stuardo
Candidatos
Elecciones en el horizonte y comienzan a aparecer posibles candidatos. Se mostrarán como servidores públicos probos, empáticos, alejados de todos los males de la política, comportamientos conocidos en tiempos de campaña.
La realidad indica que las promesas de campaña son sólo eso. Demagogia, cantos de sirena o soluciones mágicas ya no son aceptables.
Los electores deben acudir a sufragar con libertad y bien "informados", único camino que aminora el margen de error y conduce a no repetir equivocaciones del pasado y propender a mejorar la clase política.
Joaquín Ortiz G.