La descentralización en las regiones se ha convertido en un punto focal en la búsqueda de un desarrollo equitativo y sostenible en todas las comunas del país. Por ello, el gobernador regional, Ricardo Díaz, planteó que un ejemplo que va en esa dirección -en el escenario local-, es construir el Instituto del Litio y Salares en la provincia El Loa, ya sea en Calama o San Pedro de Atacama.

El objetivo es que no todo se concentre en la capital regional, sino que proyectos de esta envergadura encuentren un nicho en otras comunas y de este modo diversificar la inversión y aportar en la generación de los necesarios espacios de conocimiento.

Dentro de esta discusión, un hito importante fue el diálogo reciente entre el Consejo de Pueblos Atacameños y el Presidente Gabriel Boric. Durante esta conversación, se exploraron diversos temas relacionados con el futuro de la región y se hizo hincapié en la importancia de promover proyectos que no solo atraigan inversiones, sino que también enriquezcan el acervo de conocimientos en la zona.

Al Instituto del Litio se suma a otros proyectos en marcha destinados a fomentar el desarrollo en diversos sectores de la región. Entre ellos, se destacan los planes para establecer el Instituto de Tecnologías Limpias y el Centro Espacial en diferentes comunas.

Para Díaz el gran desafío de estos tres institutos "es atraer profesionales e investigadores de alto nivel, estamos hablando de posicionarnos a nivel internacional". Esta visión va más allá de la infraestructura pura y se esfuerza en fortalecer la educación y formación de profesionales en toda la región.

Al seleccionar lugares estratégicos para su implementación y colaborar estrechamente con las comunidades locales, se espera no solo un impacto económico positivo, sino también un aumento en el reconocimiento internacional de la región.

Hay distintas formas de colaborar con el desarrollo regional. Una es trabajando desde aquí con los procesos de integración, que permitirán intercambiar conocimientos y producción con las regiones vecinas de esta área sudamericana. Otra es hacer lo mismo desde el otro extremo de esa cadena. Es lo que haré, en un proyecto que procura conectar toda la franja a lo largo del Trópico de Capricornio, participando esta vez en el desarrollo de un Corredor Multimodal. Es decir, que además de caminos, agregue un corredor aéreo y -lo nuevo- un corredor ferroviario, que unirá el puerto de Paranaguá -en el Atlántico- con los puertos de Antofagasta, en el Pacífico. Un auténtico Corredor Bioceánico. Su otra característica es que este Corredor Multimodal sí seguirá todo el trazado del Trópico de Capricornio. Su objetivo no es sólo el transporte, sino básicamente la promoción y ayuda para generar proyectos sustentables de integración entre los territorios que servirá, en Brasil, Paraguay, Argentina y Chile. Además de metas de mejoramiento, ampliación y diversificación de la producción -en todas sus etapas- que generen más exportaciones e intercambios entre regiones fronterizas y de toda el área del Trópico de Capricornio, su finalidad también será el cuidado del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático, para lo cual el sello serán infraestructura, servicios y producción sustentables.

En la Región Trinacional o "Triple Frontera" (como se le llamaba antes) donde limitan Argentina, Brasil y Paraguay, se ha demostrado las ventajas de practicar una real colaboración e interacción entre empresarios, gobiernos y la academia (Triple Hélice), por lo que también esa fórmula se aplicará en el hinterland del Trópico de Capricornio. Por ello se trabaja en la integración empresarial, de la ciencia, la tecnología y el conocimiento. En esa interacción desde el Estado Paraná y la Triple Región con sus vecinos de Paraguay, el norte argentino y el norte chileno, es la que procuraremos colaborar, desde el extremo oeste de esta cadena integracionista, desde "la otra punta del hilo", gracias a una beca académica concedida en el Estado Paraná.

Hace poco tiempo, Carlos Tarragó, recordado columnista de este diario, se despidió de Antofagasta porque se radicó en el centro de Chile, luego de contribuir a nuestro progreso por más de 30 años. Ahora no pretendo yo despedirme, sino decir un "hasta pronto", ya que trataré de seguir aportando también al desarrollo regional, pero "desde la otra punta del hilo", en los caminos de la integración. Después de 27 años de mi más reciente permanencia en Antofagasta y de otros 5 años hace medio siglo, partiré nuevamente, esta vez a Brasil, como antes lo hice a Argentina y luego a Venezuela. Para ser más exacto, me instalaré en el extremo oeste del Estado Paraná, en la Región Trinacional. En ese pujante territorio, donde la integración se practica y se vive diariamente, estaré en Foz de Iguazú, al lado de las Cataratas de Iguazú. Desde allí procuraremos promover los intercambios turísticos, académicos, empresariales y gubernamentales, en especial con los nortes de Chile y de Argentina, que permitan luego más integración productiva y de servicios. Desde esta columna procuraremos seguir aportando información integracionista a la comunidad antofagastina.