Google enfrenta el primer gran juicio antimonopolio de la era internet en EE.UU.
HOY. Se revisará cómo la compañía se convirtió en líder de motores de búsqueda.
El juicio contra el gigante tecnológico Google, denunciado por el Gobierno de Estados Unidos por presuntas prácticas de monopolio, arranca hoy en Washington y representa la mayor amenaza legal que la empresa haya enfrentado jamás.
El proceso se desarrollará en el Tribunal de Distrito de Columbia y está previsto que dure en torno a diez semanas, en las que mediante testimonios de altos ejecutivos tecnológicos, ingenieros, economistas y académicos tratará de destriparse cómo la compañía estadounidense se convirtió en líder de los motores de búsqueda por internet.
El Departamento de Justicia pasó tres años construyendo el caso, que se inició cuando Donald Trump era presidente y que heredó el demócrata Joe Biden en 2021.
Para defenderse, la tecnológica contrató a cientos de personas, a tres poderosos bufetes de abogados y gastó millones de dólares en honorarios legales, aseguran medios estadounidenses como The New York Times.
Según el Departamento de Justicia, Google gopeó ilegalmente a la competencia al pagar a las empresas para que hicieran su motor de búsqueda el predeterminado en sus dispositivos y plataformas, entre ellas a Apple, para que eligiera a su motor en el iPhone.
Así, afirma el Gobierno en una demanda a la que se han sumado una coalición de 38 fiscales generales estatales, Google habría mantenido un monopolio a través de dichos acuerdos, lo que dificultaba a los consumidores el uso de otros motores.
La compañía de análisis de datos Similarweb apunta que Google tiene el 90% del mercado de motores de búsqueda en EE.UU. y el 91% a nivel mundial.
"lo usan porque quieren"
Sin embargo, Google asegura que sus acuerdos con Apple y otros no eran exclusivos y que los consumidores podían alterar fácilmente la configuración predeterminada de sus dispositivos para elegir alternativas.
Su responsable de asuntos globales, Kent Walker, sostiene que la demanda "tiene graves defectos" y que en el juicio se demostrará que los acuerdos de distribución de búsqueda "reflejan las elecciones de los navegadores y los fabricantes de dispositivos en función de la calidad" de los servicios y de las preferencias de los consumidores.