Fiestas Patrias sin alcohol
Estamos en plena celebración de unas largas Fiestas Patrias, con fondas y "bailoteo" en público, pero no con menos asados y alcohol en las casas particulares y calles de Chile. Esto último no puede considerarse algo extraño, ya que en nuestro país celebración es casi un sinónimo de borrachera.
Y claro, Chile ostenta el triste record de liderar el consumo abusivo de alcohol en América Latina, seguido por Brasil y luego por una distante Argentina, según la Organización Panamericana de la Salud. Pero más preocupante aún es la situación de nuestra juventud. Los adolescentes chilenos ocupan el cuarto lugar del mundo en el índice de alcoholismo para este sector, detrás de Inglaterra, Dinamarca y Finlandia (datos de la OCDE y la OMS). Ahora bien, si se examinan las estadísticas del Conace (Comisión Nacional para el Control de Estupefacientes) sobre consumo de alcohol más de una vez al mes, los resultados arrojan que un 37,9% de los adolescentes de entre 13 y 15 años consume alcohol regularmente en Chile. Lo peligroso es que se reúnen la noche del sábado básicamente con el objetivo de tomar, para así sentirse desinhibidos y locuaces, entre otras cosas.
Los adolescentes chilenos no sólo ocupan el cuarto lugar en alcoholismo; habría que agregar que este dato triplica la realidad de países como Estados Unidos (11,9%), Italia (12,7%) o Grecia (12,7%). Es más, el Conace señala que un 45% de nuestros adolescentes no considera peligroso el consumo del alcohol y, en promedio, los jóvenes comienzan a tomarlo entre los 13 y 14 años.
Pero, ¿qué se puede esperar de nuestra juventud, cuando los padres y los adultos no están dispuestos a restringir su propio consumo abusivo, y con eso dan un pésimo ejemplo a los adolescentes? En Chile, son los propios adultos los que no son capaces de desarrollar las habilidades que se requieren para no tener que depender del trago, y poder interactuar fluidamente sin él. A veces, da la impresión que sin alcohol "no saben hablar".
Acá, es demasiado sencillo adquirir alcohol, incluso aquellos tipos más fuertes y peligrosos; no tenemos consciencia de los riesgos que esto encierra, pues el trago puede transformarse en un asesino silencioso y despiadado. Muchas personas sienten que en estos días tienen derecho a gozar de un lugar para el esparcimiento y el ocio. Pero el esparcimiento no tiene por qué realizarse a través del alcohol y las borracheras, situaciones que están a la orden del día en nuestra sociedad.
Es importante poder entender que para lograr un desarrollo integral como individuos, y como nación, deberíamos dedicarle más tiempo a nuestra mente y al espíritu, a la salud del cuerpo y a las relaciones sociales sanas. Más de un siglo atrás, el insigne historiador nacional Francisco Encina decía que nuestro subdesarrollo era principalmente mental. Parece que tenía bastante razón.
José Miguel Serrano
Para lograr un desarrollo integral como individuos, y como nación, deberíamos dedicarle más tiempo a nuestra mente y al espíritu, a la salud del cuerpo y a las relaciones sociales sanas.