"Existen más acuerdos de lo que aparentan y a lo mejor menos de lo que nos gustaría"
La militante republicana admite que al texto de los expertos había que hacerle "mejoras" y "correcciones". Asegura además que sí se ha llegado a consensos y que con las enmiendas están representando a una mayoría ciudadana.
Con solo 30 años, la trayectoria profesional y política de Beatriz Hevia Willer siempre estuvo en una segunda línea, fuera como asesora parlamentaria o como asesora del exministro de Economía Lucas Palacios. Su natal Osorno le dio el respaldo en las urnas para ser electa en el Consejo Constitucional que debe redactar un nuevo proyecto de Carta Magna, tras el fallido intento de la Convención. Y hoy tiene el protagonismo que le da la presidencia del organismo y como tal debe equilibrar la responsabilidad del cargo con sus convicciones políticas republicanas.
Es desde esa posición que también debe lidiar contra una opinión pública que, según las encuestas, se inclina mayoritariamente hacia un nuevo rechazo (en rigor, "en contra") al intento de cambiar la Constitución de 1980 y un ambiente crispado, cruzado con acusaciones de un oficialismo que asegura que la oposición "pasó la máquina" aprobando enmiendas que solo representan a la derecha.
-Como presidenta, ¿cómo recibe estas críticas?
-A mí me parece que los hechos hablan mucho más de repente que las palabras, y en los hechos hemos podido ver que hay un texto que se ha hecho cargo de distintas miradas del país. Si uno ve el nivel de apoyo que hay de las normas aprobadas, más del 50% de ellas es por unanimidad y eso es porque mucho del anteproyecto se está manteniendo. Pero eso es reflejo de que hay acuerdos que están manteniéndose. Sí había que hacer mejoras, había que hacer correcciones, y esas también se han ido incorporando, pero no hay que mirar en menos esa mayoría que hoy día también está, o que existe en el Consejo Constitucional, y que representa a una mayoría ciudadana. No es una mayoría inventada por el Consejo, es una mayoría ciudadana que está tratando de hacer el mejor trabajo posible por lograr un texto que le haga sentido a gran parte de los ciudadanos, sin excluir a nadie.
-Pero este trabajo finalmente no ha logrado calar en la ciudadanía. Todas las encuestas están mostrando un amplio apoyo a la opción "en contra".
-Este proceso partió desde el comienzo con un rechazo ciudadano muy amplio. Yo creo que nunca la gente ha estado más a favor que en contra de este proceso y por supuesto que es un desafío eso, pero también hay que tener en consideración que las mismas encuestas que muestran distancia con el proceso, si a las personas les preguntan sobre medidas que se han ido aprobando, la aprobación de estas normas es muy alta. Significa que tenemos un deber de poder llegar con la ciudadanía, con la información, para que puedan tomar una decisión informada el 17 de diciembre. Ahí hay un desafío relevante, que es poder informar, que todos los actores podamos ser parte de esta adecuada información del proceso que tiene que llegar a la ciudadanía y, lo más importante, de las normas que se han ido aprobando y que van a quedar luego en el texto para ser votado.
-Ahora, estas críticas no solamente han venido de la centroizquierda. En el Pleno el comisionado Soto ya hizo algunas críticas ante la posibilidad de que pudiera ser una Constitución solo mirada desde una perspectiva. También lo dijo Evelyn Matthei, que es de la UDI. Pareciera que está consolidándose esta idea de que realmente no es una Constitución representativa.
-Pero yo de nuevo los invito a revisar en los hechos cómo está quedando el texto. Cualquiera que lo pida tiene acceso a los comparados de las normas que están con el anteproyecto propuesto por los expertos y el con lo que está siendo propuesto por la Comisión y que luego es lo que aprueba el Pleno. Hay que recordar que aquí no ha venido nadie a pasar máquina, sino que hubo temas que los expertos por distintos motivos no zanjaron, y eso había que zanjarlo. Muchos tienen orígenes, por ejemplo, en iniciativas populares de normas, como es el tema de la propiedad sobre los fondos de pensiones, la materia de salud también, el derecho a elegir. Creo que hay que de nuevo mirar los hechos y los hechos son que hay un anteproyecto que se ha utilizado, que ha servido mucho como punto de inicio, que se ha ido complementando con cosas, pero que en ningún caso se ha omitido o partido de cero.
-¿Y es necesario zanjarlo todo en una Constitución, presidenta?
-Yo creo que hay que zanjar los temas que sean necesarios para generar la certidumbre que permita que Chile recupere el camino de progreso social y económico. Hay certeza que los chilenos necesitamos, como al mismo tiempo también hay que controlar el poder, que es lo propio de la Constitución.
-Usted tiene una doble responsabilidad, primero por ser Presidenta y segundo por pertenecer al partido que es mayoritario en el Consejo. ¿Cómo se equilibra esa balanza?
-Yo he tomado la responsabilidad que me tocó con mucha seriedad en dos sentidos: de tener ese rol de garantizar que todos los sectores se sientan escuchados, parte de ese proceso, todos con espacio para poder expresarse sin miedo a ser limitados por los distintos pensamientos que pueden tener. Y creo que eso lo hemos ido logrando también con el consejero Aldo Valle, independiente por el Partido Socialista, y una mesa de delegados con los que hemos podido trabajar para generar los espacios de conversación, de encuentro, de diálogo, para poder finalmente cons-