Correo
Programas mal evaluados
Recientemente, la Dirección de Presupuestos (Dipres) informó los resultados de las evaluaciones de programas del primer semestre. La mala noticia es que cinco de los ocho programas evaluados bajo la línea Evaluación de Programas Gubernamentales (EPG) alcanzaron la clasificación de "mal desempeño".
El objetivo de este ejercicio, que año a año realiza la Dipres, consiste en "disponer de información que apoye la gestión de los programas públicos y el análisis de resultados en el proceso de asignación de recursos públicos". Dado esto, la Dipres ya remitió al Congreso estos resultados para, precisamente, apoyar todo el proceso de discusión presupuestaria. Es importante que estos insumos técnicos sean considerados en la discusión para poder liberar recursos que tengan un mejor uso alternativo.
Si se persiste en este tipo de esfuerzos, se le quitará algo de presión al guarismo de incremento del gasto público -para este año propuesto en 3,5%- y fijar la mirada también en si somos capaces de hacer más con los mismos recursos.
Rodrigo Montero
Usurpaciones y violencia
A propósito de la discusión del proyecto de ley de usurpaciones, recientemente el académico Carlos Peña señaló que toda usurpación es violenta en el sentido informal, pero que en sentido técnico hay usurpaciones no violentas que son aquellas que no hay uso de la fuerza.
Violencia significa el uso de la fuerza para conseguir un fin de dominar o imponer a alguien o algo y, por otra parte, fuerza significa la capacidad de realizar un trabajo o movimiento.
En consecuencia, tanto en el sentido informal y técnico, en la realidad todas las usurpaciones son violentas, porque se ejercen en base a una acción física con el fin de imponer la apropiación de lo ajeno. Por tanto, ante el importante aumento de la vulneración del derecho de propiedad que está viviendo el país, una ley de usurpaciones clara, pareja para todos y suficientemente disuasiva para desincentivar el actuar delictivo, cualquiera sea la motivación, será esencial para contribuir a asegurar el Estado de derecho en democracia.
Mauricio Moltedo M.
Ley antitomas
La ley que reprime fenómenos sociales no deseados, sin previamente diagnosticarlos, no entiende lo que es el gobierno de una sociedad. Un diagnóstico va en busca de las variables desequilibrantes en función de mantener el equilibrio social; es su mecanismo homeostático. Apunta a corregir el rumbo con la deriva que se precisa. Los asentamientos, llamados tomas o campamentos por los gobiernos, diferenciados por su misma incapacidad de catastrarlos todos, solucionan un déficit del gobierno.
Ellos están compuestos por familias con tantas necesidades como todos aquellos que representan los déficits o deudas fiscales, sólo que tienen la capacidad de organizarse en torno a la posibilidad de ocupar un terreno abandonado, diseñar un ordenamiento semejante a los loteos formales, construir lugares y cada uno, o en diferentes organizaciones, construir sus propias viviendas. No todos lo pueden hacer; ello focaliza los recursos del Estado en aquellos que no tienen esas capacidades.
Tales fenómenos no pueden interpretarse como delictivos. Se trata de un mecanismo de equilibrio tal como son los empleos informales. Esas "irregularidades" provienen claramente de una falta de servicio del poder otorgado al gobierno.
La aplicación de la Ley 20.234 no requiere del Estado, se trata de la Ley del Mono de los loteos; sólo se requiere de la conjunción de los habitantes, dirigentes y de los profesionales voluntarios que apliquen los conocimientos formales que exige la ley, en estrecha coelaboración con la organización social.
Juan Enrique Mastrantonio Freitas
Principios
¿Qué significa adoptar una postura política? Partiré sugiriendo lo que no significa. No significa pensar que se tienen todas las respuestas. Tampoco significa establecer que el sistema que se defiende es perfecto. Al menos, no debería. ¿Quién podría tener la suficiente soberbia intelectual y moral para aseverar que su sistema es el elegido? Entiéndase como elegido un hubris político.
Planteo esto debido a que como se ha argumentado ampliamente dentro de ciertas partes de la filosofía, el mundo se encuentra en constante cambio, lo cual implica que no se pueden tener todas las respuestas de antemano ni, por tanto, plantarse con la convicción de tenerlas. Esto, en un campo como la política, por ejemplo, es un error e incluso puede ser una mentira.
Entonces, adoptar una postura política es asumir con convicción la defensa en torno a ciertos principios, por ejemplo, de carácter ético. Así sucede con la postura liberal clásica, según ilustra muy claramente Eamonn Butler en su libro "Liberalismo Clásico: un manual básico", en el cual explicita que se trata de un conjunto de visiones en torno a ciertos principios comunes, dentro de los cuales se encuentran la libertad, la tolerancia y la igualdad ante la ley. Puesto así, la situación queda ordenada y le será posible, como es mi intención, considerar tomar una postura política firme y saber lo que implica aquello: principios.
Aurora Zapata Salazar