Dos violentos sismos afectaron ayer a Valparaíso, después de las 18 horas, con apenas 62 segundos de diferencia entre ambos, causando inquietud en la población por su fuerza y los ruidos subterráneos. El investigador Carlos Muñoz Ferrada informó que los sismos -réplicas del terremoto del día 5 de este mes- tuvieron grado 3 y 4, con epicentro en la región de Llay Llay.
Uno de los problemas endémicos de la región está en el deficiente tratamiento de los residuos domiciliarios e industriales. Y no es por falta de un adecuado sistema de retiro, se debe más bien a malos hábitos que se han arraigado con peligrosidad y permiten que hoy escombros, desechos y todo tipo de basura formen parte del paisaje local.
En el radio urbano basta que un lugar quede eriazo para que los pocos días se transforme en un microbasural. Son vecinos y de otros sectores los que sin mayor conciencia dejan sus materiales inservibles en ese espacio, generando focos de contaminación e infección.
Y la situación se amplifica en la periferia, fuera de los radios urbanos, allí donde pareciera ser tierra de nadie, son decenas los vehículos que en el tiempo se movilizaron hasta esos lugares para dejar principalmente escombros de construcción y mobiliario en desuso. Estos, por lo general, vienen acompañados de papeles, bolsas, electrodomésticos y todo tipo de escombros.
En Antofagasta los casos emblemáticos se encuentran en avenida Salvador Allende y Roca Roja.
Fotos áreas revelan como con el paso de los años los volúmenes han aumentado y muchas quebradas están cubiertas de basura. No fueron pocos los que se dieron el trabajo de viajar a estos lugares para botar sus materiales de desecho.
Los casos se repiten en otras comunas, otorgándole características regionales al problema.
Claramente que junto con las tareas de limpieza es necesario concientizar y educar. La población tiene que sentirse parte de vivir en ciudades limpias y sin focos infecciosos.
Las autoridades pueden coordinar operativos de aseo, pero si no hay compromiso de mantener la limpieza los esfuerzos serán inútiles.
Lo que debe cambiar es la mentalidad.
"Es la ministra que más ha hecho y ha tomado las medidas más efectivas".
Vlado Mirosevic
Diputado oficialista respalda gestión de
la ministra del Interior Carolina Tohá
En la mañana de ayer se embarcó en nuestro puerto, rumbo al Japón, para hacerse cargo de su nombramiento, el nuevo adicto militar de nuestro país en esa nación, teniente coronel don Pedro Garretón. El distinguido oficial hace su viaje hasta el Imperio del Sol Naciente en el espléndido vapor japonés "Rakuyo Maru". Pedro Garretón viaja en compañía de su señora esposa.
La ecuación en salud. Si hay algo que genera consenso en todo ámbito, político, social y dirigencial es que la salud en Chile debe mejorar, y no hablamos de la calidad de nuestros profesionales, porque eso no entra en discusión, sino que en la pertinencia de la atención.
En este sentido, es urgente agilizar la entrega de horas de atención y disminuir los tiempos de espera. Con este panorama resulta inentendible la desvinculación de más de 6 mil funcionarios a nivel nacional, y 220 en la Región de Antofagasta, los que llegaron a cubrir las necesidades que impuso la pandemia del Covid, pero que hoy han permitido que las gestiones en salud sean más eficientes.
Dicho lo anterior, los funcionarios que podrían ser desvinculados lo que hacen es colaborar en disminuir la brecha de la falta de funcionarios que tenemos en los distintos centros recintos asistenciales de Antofagasta y del país. Ayer los funcionarios fueron necesarios para el fortalecimiento de la salud pública, para combatir una enfermedad que nos hacía estragos, y hoy son la llave que nos permite proyectar un futuro mejor, con una salud que logra disminuir las listas de espera y que pueda dar soluciones rápidas a quienes más lo necesitan.
En esa línea, el acceso a la salud suele estar dentro de las primeras necesidades que manifiesta la ciudadanía como parte de sus preocupaciones. Con la compleja situación que vive el sistema de salud privado son muchas las familias que han derivado a la red pública de salud y eso se traduce en una nueva exigencia que con menores profesionales en los hospitales y CESFAM se agudizará.
Cada profesional que se la jugó, sin dudarlo, cuando el país más lo necesitaba, hoy, no puede ser tratado como un número, como una cifra. Ellos y ellas son personas que han aportado a mejorar la calidad de vida de todos nosotros y hoy requieren ser valorados.
Por eso, es necesario que el Ministerio revalúe si el gasto en salarios que exige mantenerlos en sus puestos será menor a lo que significa tener salas y listas de espera atestadas y chilenos y chilenas más preocupados por su salud. La ecuación en salud exige que se evalúen múltiples variables, ya que hablamos de la mejor calidad de vida de todos.