Willy Semler se interpreta a sí mismo como un actor desahuciado
CINE. La cinta "La anunciada muerte de Willy Semler" llega este jueves a la cartelera nacional.
Amelia Carvallo
En la película "La anunciada muerte de Willy Semler", el actor se representa a sí mismo, sentenciado a muerte por una enfermedad incurable y próximo a cumplir su gran anhelo de llevar a las tablas la obra de Bram Stoker, "Drácula".
La producción se estrena este jueves en cines y es del director Benjamín Rojo, hermano de la pareja actual de Semler, la actriz Francisca Rojo, que dentro y fuera del set es ella misma. También está el músico Cuti Aste, quien debuta como actor, interpretándose a sí mismo en el rol de amigo incondicional de Semler.
DRÁCULA por siempre
El actor explicó que "Drácula" es un libro que siempre está sobre su velador, "es un texto que me fascina y que me encantaría tener la oportunidad de finalmente concretarlo en un escenario. Ya he tenido hartos intentos fallidos, creo que es una de las novelas más maravillosas que he leído, es una novela epistolar donde, paradojalmente, el único que no escribe ni habla de sí mismo es el conde Drácula, se arma ese personaje por lo que todos los otros hablan de él".
-¿Cuándo empezó a tomar forma esta película?
-Hace unos cinco o seis años, a partir de una idea de Benjamín que yo nunca lograba entender del todo. Me explicaba que era una película sobre mí, en la que actúo de mí y otros actores hacen de sí mismos. Me resultaba bastante surrealista y complejo, no le entendí hasta que leí el guión, ahí incluso me costó, pero ya teníamos un documento sobre el cual conversar y empezaron a aparecerme imágenes, secuencias, fui comprendiendo finalmente que no era una película biográfica, ni mucho menos, sino que era una ficción sobre mí mismo y sobre mi realidad, sobre lo que es mi profesión, el medio, lo que significa llevar a cabo el montaje de una obra de teatro, lugares que no son muy familiares y sobre los que podía elaborar mucho material cinematográfico.
-¿Cuánto te pareces al personaje de ti mismo?
-Me parezco todo lo posible que puedo, ya que me interpreto a mí mismo, claro que en circunstancias distintas a lo que es mi vida o a lo que ha sido mi vida hasta ahora. Hay una dosis de ficción que me permite actuar, ya que estoy condenado a morir por una enfermedad terminal y aprovecho, desde mi escasez, desde mi pobreza, levantar un proyecto teatral que ha sido un sueño toda mi vida. Soy yo, pero las circunstancias en las que estoy viviendo en la película son las de un personaje. A eso me aferré para poder interpretarlo como un personaje y no como yo mismo.
Cine independiente
Es en la categoría de cine independiente que se ajusta esta película, filmada en pandemia con mucha "mística, amor y vocación", afirmó Semler, donde para manejar las dosis de comedia y drama que requirió acudió a William Shakespeare: "Hasta en sus obras más dramáticas, más trágicas como 'Hamlet', hay un personaje que es gracioso por tonto, por sus equívocos, que es Polonio, el padre de Ofelia. Cuando uno actúa en una comedia, lo único que importa es no hacerse el gracioso, porque resulta patético, y cuando uno actúa en un drama o en una tragedia tampoco puede actuar dramatizando en exceso porque también se convierte en algo patético, los personajes no pueden actuar como víctimas de la tragedia, porque se develan a sí mismo y ocurre un cierto patetismo en eso, se ve la actuación de algunas forma".
-¿Qué pudiste reflexionar sobre la enfermedad?
-La enfermedad en términos livianos, como una gripe, creo que es una intoxicación natural del cuerpo. Creo que las enfermedades que se vuelven más graves tienen mucho de irresponsabilidad de uno mismo. Sabemos cuáles son los buenos hábitos, hay gente que es fanática de ellos, y sin embargo salió a la calle y la atropelló la micro. Creo que hay que ser cuidadosos sin perder el placer de la vida.
-¿Y qué hay sobre la muerte?
-La muerte me produce cierta indiferencia y cierta curiosidad. Yo soy ateo y considero que la vida es un fenómeno bioquímico, y que la conciencia es algo que también, en algún momento, se podrá explicar científicamente. Somos un fenómeno bioquímico y como dice el príncipe Hamlet: "El morir será una siesta eterna sin sueños", creo que a nadie le viene mal un descanso de ese porte. Otra cosa que pienso, y que es paradojal, es que la única certeza que tenemos desde que nacemos, y durante toda nuestra vida, es que vamos a morir. Todo el resto es una duda constante.