Sin duda alguna que la mayor derrota en la humanidad actualmente, es el no poder entendernos en paz. El mundo entero está conmocionado por graves conflictos bélicos y a la vez por la incapacidad cada día más grande de que los seres humanos podamos en pleno siglo XXI, lograr entendernos por el dialogo.
"El Hombre es el Lobo del Hombre…." Esta dura reflexión hoy en día se ve más vigente que nunca ante tanta incomprensión en todo ámbito de situaciones que a diario vivimos. Las noticias de todos los medios, resaltan la incapacidad de vivir nuestra vida en paz. Resulta inverosímil constatar que la tecnología y la ciencia progresan a diario a la velocidad de la luz, sin embargo, la urgencia de una sociedad más justa y humana se ve lejana y en ocasiones lo que es más grave aún, ausente.
Cada día vivimos inmersos en una vorágine sin límite, una prisa sin sentido, no atesoramos los "momentos" de disfrutar en familia, de estar en paz, incluso con uno mismo. Parece estar prohibido tomar las cosas con calma, con el recurrido "paso a paso". Todo es correr y correr, llegada tras llegada, negocios, compromisos, recepciones, palabras y más palabras. Cuánto se necesita del silencio, la paciencia y de saber esperar tranquilos. El mundo entero requiere serenidad para poder mirar la vida con la esperanza de que el hecho, de estar viviendo ya casi un tercio del siglo XXI, debiera ser motivo de una madurez humanitaria pacificadora.
Si analizamos lo que sucede hoy más que nunca, aunque parezca una simpleza, en la vida hay dos maneras de hacer las cosas, pensando y no pensando las consecuencias que nuestras acciones tendrán sobre los demás. Nadie en su sano juicio, debiera actuar no importándole el resultado de su actuar en su propia vida y menos aún afectándoles la vida a los demás.
Si cada uno de nosotros nos comprometiéramos a trabajar por la paz, incluso la personal, este mundo sería sin duda un lugar más habitable. Siempre he pensado que la mayor de las fortunas humanas es poder aportar desde lo personal, por muy pequeño que sea este aporte, a hacer de este mundo un lugar de paz y solidaridad, en donde la indolencia no tenga cabida alguna.
Pensando que nuestro mundo tan sólo gira alrededor de nuestro ombligo, quedaremos cegados y egoístamente, nuestras vidas serán muy estériles en todo sentido, y si fatalmente vivimos considerándonos ; " primero yo, segundo yo, tercero yo y cuarto mi sombra…" el resultado puede ser, por decir algo; económicamente exitoso, pero existencialmente viviremos una soledad y vacío interno casi cósmico.
Si cada día aportamos con esfuerzo en nuestras familias, en nuestro trabajo, en nuestro círculo de amigos a lo menos una acción que ilumine la vida de los demás, si actuamos siempre en nuestro diario vivir, como dice una sabia oración; " Como un instrumento de Paz…" sin duda podemos humildemente sentirnos que estamos contribuyendo a vivir en un mundo en donde la violencia no debiese tener lugar alguno.
La vida, ya lo han dicho tantos, es bella, pero no fácil, es alegre, pero cuesta arriba, es apasionante pero no endulzada y sin duda, la mayor derrota será siempre la incapacidad humana de vivirla en paz.
" La Paz es la única batalla que vale la pena librar…" ( Albert Camus)