Rafael Cortez hizo vibrar a Pichilemu y a todo Chile con su medalla de plata en surf
PASIÓN. Cientos de personas llegaron hasta Punta de Lobos para ver al competidor local en la final de la especialidad longboard.
El surf se practica en muchas playas del país, pero no hay dudas de que el punto del mapa chileno que merece ser distinguida como la capital de este deporte es Pichilemu, donde gran parte de la actividad turística y económica se centra en tablas y trajes de neoprén, como quedó demostrado ayer en la final de la especialidad de longboard o tabla larga, en la que Rafael Cortez rozó la medalla de oro panamericana.
Nacido en esa ciudad costera de la Región de O'Higgins, el competidor desató una pasión increíble y generó un lleno total en los acantilados y playas de Punta de Lobos: cientos de personas lo apoyaban y por momentos silenciaban el rugido de las olas que rompen con fuerza en esa zona.
Al frente estaba el campeón panamericano vigente, Benoit Clemente (Perú), con quien protagonizó un duelo intenso y parejo.
El chileno fue el primero en puntuar con una ola discreta que le dio apenas 2,0 puntos, mientras que su rival tuvo una gran primera ola que le permitió distanciarse de inmediato con 6,83 puntos.
Pero el entusiasmo no decaía ya que el formato de la competencia permite que, sin importar la cantidad de olas que puedan montar en los 25 minutos que dura el duelo, se eligen las dos mejores de cada uno para la puntuación final.
Un 5,07 del chileno le permitió acercarse y luego un 5,30 eliminó la mala primera ola. Con ello sumó 10,37. Sin embargo, la gran primera puntuación de su rival le permitió que con un 5,33 se mantuviera en ventaja sobre Cortez y sumara un total de 12,06 para llevarse la medalla de oro.
Abrazos y alegría
Sin embargo, no hubo tristeza ni rabia en el representante chileno; por el contrario, se subió al pickup de una camioneta con su vencedor para celebrar juntos la linda jornada que habían vivido. Y tras ello, haciendo flamear una bandera chilena, Cortez fue llevado en andas por el público que lo ungió como héroe.
Satisfecho con lo logrado, el surfista nacional explicó que a diferencia de su rival, él no se puede dedicar a la competencia de manera profesional. "Siempre estoy en el mar, como pescador y profesor de surf y en medio de eso le dedico tiempo a los entrenamientos para mejorar", contó a radio Cooperativa.
Y se mostró feliz con el arrastre que tuvo en su participación en Santiago 2023: "Hubiese sido hermoso ganar el oro, pero me voy con las ganas de seguir trabajando para eso".
También dijo que lo lindo del deporte que practica es que se trata de una actividad impredecible: "Lo desafiante del mar es que es súper cambiante. En la mañana estuvo limpio, con menos viento, y eso hizo más difícil la final. Uno debe estar activo para adaptarse a las olas. Me faltó una buena ola pero estoy feliz de darle una medalla a Chile".