Ciencia y Desarrollo: Una alianza indispensable
Dr. Lorenzo Reyes Bozo , Decano de la Facultad de Ingeniería U. Autónoma
La relación entre la ciencia y el desarrollo de un país es innegable. La inversión y el avance en la investigación científica y tecnológica son factores cruciales que determinan el crecimiento económico, social y medioambiental de una nación. Con este objetivo, en el año 2018 se creó en Chile el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI). Sin embargo, la inversión en I+D se ha mantenido en la vecindad de un escaso 0,34% del PIB. En el 2010, la inversión fue de un 0,33% del PIB, mientras que, en el 2020 fue de un 0,34% del PIB. Medido en pesos, la inversión ha decaído en la última década. En este sentido, ¿qué impactos tiene la inversión en Ciencia y cómo afecta al crecimiento de un país?
En primer lugar, el avance científico y tecnológico contribuye al crecimiento económico. La innovación impulsada por la ciencia crea nuevas oportunidades de mercado, fomentando la competitividad de las empresas y generando empleo. Además, la investigación y desarrollo (I+D) promueve la eficiencia en la producción, lo que puede reducir costos y aumentar la productividad. La inversión en ciencia y tecnología también atrae a inversores extranjeros y fortalece la capacidad de exportación de un país, lo que se traduce en un aumento de ingresos.
En el ámbito social, el avance científico tiene un impacto positivo en la calidad de vida de la población. La investigación médica, por ejemplo, ha llevado a la creación de tratamientos más efectivos y a la mejora de la atención de la salud, lo que aumenta la esperanza de vida y reduce la mortalidad. Asimismo, la investigación en ingeniería permite mejorar la calidad de vida, avanzar en estrategias que permitan adaptarnos al cambio climático, usar energías de fuentes renovables y diseñar sistemas para remover contaminantes en la producción de agua potable, entre otros. La educación científica y tecnológica también es fundamental para la formación de capital humano, lo que a su vez mejora las perspectivas laborales y la movilidad social de los ciudadanos.
La explotación insostenible de recursos naturales en la búsqueda de avances tecnológicos puede llevar a la degradación ambiental. Por lo tanto, es esencial que cualquier estrategia de crecimiento incluya medidas de sostenibilidad y conservación del medio ambiente. Con esta mirada de triple hélice, dimensión económica, social y medioambiental, es crucial garantizar que los beneficios de la investigación científica estén al alcance de todos y no solo de una élite. Políticas de inclusión y acceso equitativo a la educación y la innovación son fundamentales para avanzar a una sociedad más justa y próspera.
Por lo tanto, la relación entre ciencia y desarrollo es intrínseca y tiene múltiples dimensiones. El avance científico impulsa el crecimiento económico, mejora la calidad de vida de las personas y promueve la innovación. Una estrategia de crecimiento de un país debe equilibrar estos aspectos y promover la investigación científica como un motor de desarrollo sustentable e inclusivo. La decisión es hoy, más ciencia y más tecnología para avanzar hacia una sociedad con mayor futuro. La adecuada articulación de la I+D+i, con un financiamiento de país desarrollado, permitirá que nuestros investigadores realicen sus proyectos e innovaciones y las transfieran a la sociedad, industria y sector público.