"Las extorsiones han ido mutando con el tiempo. Ahora también hay víctimas chilenas"
Las variantes del crimen organizado se han extendido con fuerza también a través de los delitos asociados a extorsiones, que han hallado en pequeños comerciantes uno de los principales blancos en la ciudad de Antofagasta.
Sin embargo, representantes del sector comercio local revelan que existe un alto temor por este tipo de criminalidad, lo que ampliaría la "cifra negra" por casos no reportados.
En la capital regional, entre los homicidios de mayor impacto figura el de un comerciante peruano (29), ocurrido en noviembre del año pasado. Este asesinato originó incluso una protesta con globos negros del sector comercio por la crisis de seguridad en Antofagasta. El crimen ocurrió una madrugada a pasos del hogar de la víctima, en momentos en que desconocidos le dispararon para robar su bolso en que portaba una remesa de dinero, con el que pretendía abastecerse de insumos para su local ubicado en el mercado de la ciudad. La víctima previamente había recibido extorsiones de extranjeros, supuestamente vinculados al Tren de Aragua.
Según datos de la Policía de Investigaciones (PDI), en la Región de Antofagasta entre enero y septiembre de este año se registra un leve aumento en las denuncias por delitos asociados a extorsiones (5), que superan a la totalidad de denuncias del año pasado (3). Mientras que en 2021 se reportaba la misma cantidad de denuncias que hasta septiembre de este año. En tanto, a un total de nueve ascienden las órdenes de investigar de la PDI entre 2021 y septiembre pasado en la región, por el mismo delito.
Javier Valenzuela, subprefecto de la PDI y también jefe de Inteligencia de la Jefatura Nacional Antinarcóticos y Contra el Crimen Organizado, en conversación telefónica aborda la evolución de este tipo de criminalidad, como el perfil de quienes perpetran estas acciones delictuales
¿Cómo ha ido evolucionando el delito de extorsiones, en general en el país, y en la Macrozona Norte? Considerando, además, que este delito se atribuye principalmente a bandas delictuales integradas por extranjeros.
-En primer lugar hay que dejar claro que la legislación de nuestro país tuvo una modificación en abril de este año, donde se tipifica de forma bastante específica el delito de extorsión. La figura que teníamos antes es bastante antigua y era mucho más laxa. Databa del año 1874, es decir del Código Penal Antiguo. Recién este año, entonces, desde abril tenemos una línea base legal para hablar de extorsión propiamente como tal. Si me pregunta respecto a un comportamiento o tendencia, para eso habría que esperar tres años a partir desde que se dictó esta nueva figura legal. Sin embargo, claramente tenemos una cantidad considerable, o un aumento sostenido diría yo los últimos tres años, de ingresos, denuncias o de órdenes de investigar por extorsión, en cualquiera de las dos figuras, la antigua o la actual.
Respecto al comportamiento de la zona norte hay algunas ciudades que presentan un aumento leve, en lo formal, en las cifras; particularmente en Antofagasta, Arica y en Iquique. Ciertamente, en lo que usted dice asociado a migración, también se produce el mismo fenómeno en Santiago, Región Metropolitana. Son ciudades o sectores del país que concentran volúmenes considerables de población migrante y, claramente, en los casos que se han pesquisado por parte nuestra, por lo general están asociados a personas de origen extranjero, tanto en la esfera de víctimas como de victimarios.
¿Cuál sería el perfil y nacionalidad de los delincuentes que cometen este tipo de extorsiones, como también de las víctimas?
-Generalmente es gente de origen extranjero, de diversas nacionalidades: peruanos, venezolanos y colombianos, tanto como víctimas como victimarios. Lo que sí es un hecho a resaltar es que en un principio estas investigaciones generalmente concluían con el hecho de que la nacionalidad de la víctima de extorsión coincidía con la del victimario. Es decir, si la víctima era venezolana, el victimario era venezolano. Lo mismo con los peruanos. Aunque ahora hay casos que han ido mutando con el tiempo. Ahora hay también víctimas chilenas de extorsión que han sido extorsionadas por extranjeros".
¿Podría describir en qué consiste en la práctica el delito de extorsiones?
-Los conceptos como "vacuna" o "multa" son conceptos asociados directamente a la delincuencia de origen extranjero, particularmente, de origen venezolano. En el caso de la "multa", ellos se refieren a un cobro ilegal que efectúan a gente que ha migrado desde otro país, en este caso Venezuela o Colombia, a Chile. Les cobran por el transporte y toda la logística que eso conlleva, incluso para el traspaso de la frontera de forma irregular. Sin embargo, la "vacuna" es un cobro que se hace bajo amenaza, violencia o intimidación, que puede ser un comerciante, a un particular solamente para cobrar determinada cantidad de dinero. Esa es la diferencia entre ambos conceptos, acuñados por el crimen organizado de origen extranjero.
Y en el caso de las extorsiones ¿las víctimas serían principalmente comerciantes?
-Sí. Hay un porcentaje importante de pequeños comerciantes, medianos y grandes comerciantes también.
¿Cómo ha avanzado este tipo de indagatorias y cómo proyecta la evolución de este tipo de delitos?
-Ha habido resultados positivos en algunas indagatorias que hemos realizado como PDI. Hay gente detenida. Ahí se grafica lo que le mencionaba anteriormente, en cuanto a que los victimarios son gente de la misma nacionalidad que las víctimas. Hay unos casos de peruanos donde hay víctima peruana, víctima venezolana y victimario venezolanos. Hay personas detenidas por este tipo de delito. Lo que prospectamos nosotros es que al ser un negocio que es redituable para el crimen organizado, debería haber un intento por parte de este de enquistarse o perpetuar acá en el territorio nacional; pero nosotros ya contamos con una estrategia como institución para abordarlo. Tenemos a las diversas unidades policiales, ya sean territoriales como especializada de la PDI, abocadas a levantar información y enfrentar el fenómeno a nivel país, con una estrategia amplia con una mirada amplia y para abordar caso a caso de forma específica. La idea es tener resultados positivos, porque a medida que detengamos gente, victimarios, vamos a poder enfrentar el aumento de este fenómeno.