Reflexión de fin de año

Con la próxima llegada del nuevo año, se van asomando ideas sobre 365 nuevas oportunidades y todo lo relacionado a los nuevos comienzos y celebrar, como si esto fuera el ritual oficial para que todo lo que deseamos de nosotros mismos y del resto se cumpla. A través de los grandes abrazos, de las copas levantadas y los fuegos artificiales, estamos de alguna forma disponiéndonos a esperar lo mejor.Un pequeño recordatorio: es necesario tener presente siempre quiénes son y qué significan para nosotros nuestros seres queridos desde el amor. Otro aspecto que es transversal es la revisión de metas, que puede hacernos sentir de diferentes maneras. Podemos sentirnos vulnerables y decepcionados por no alcanzar algún objetivo específico, pero creo firmemente en que hay un elemento más potente, que es el aprendizaje. Todo tiene consecuencias y estas nos remueven. Sea cual sea la sensación, el aprendizaje siempre será parte fundamental en nuestra experiencia como seres humanos.

La invitación para este término de año es poder ejercitar nuestros espacios de reflexión, una nueva especie de ritual. La transformación debe partir con la búsqueda de responsabilidad. Esperemos que uno de los objetivos de estas fiestas sea descansar y que este fin de año signifique de igual manera poder disfrutar de momentos agradables y de unión con las personas que nos rodean y apreciamos.

Sea cual sea la situación por la que se atraviese, la conexión con la emoción pueda estar en el aquí y el ahora. Que los aires de nuevo año y oportunidades nos den el puntapié para crecer.

Sergio Miranda

Metas

Cada 31 de diciembre dedicamos tiempo a reflexionar con nuestros seres queridos sobre aquellos desafíos que pudimos lograr (o no) en el transcurso de estos 365 días. Al mismo tiempo, establecemos diversas metas en áreas de nuestra vida que nos gustaría mejorar en el año entrante. Por ejemplo, para hacer un cambio físico nos apuntamos al gimnasio o intentamos mejorar nuestros hábitos alimenticios. Desde el punto de vista profesional, podemos buscar una mejor posición laboral o iniciar un nuevo emprendimiento. En el ámbito personal, aprender un nuevo idioma o retomar lecturas pendientes puede ser una buena idea, al igual que reforzar lazos con amistades olvidadas o incluso brindarle una nueva oportunidad al amor.

Si bien es cierto que la mayoría de estas metas que nos proponemos al comenzar un nuevo año no las podemos cumplir y fracasamos en el intento, al menos contamos con una perspectiva clara sobre cuál es la dirección que deseamos tomar para poder alcanzar nuestros objetivos.

Mientras tanto, como país carecemos a nivel político-social de un consenso claro acerca de nuestras metas, no tenemos objetivos en común y mucho menos una dirección definida. De este modo, nos embarcamos como nación en un año 2024 sin rumbo establecido, enfrentando un futuro nebuloso de carácter incierto. Esperemos, pues, que nuestro "Galeón Español" no encalle en esta oportunidad o, al menos, que no lo haga en un mal lugar.

Cristóbal Quiroz N.

Lo que sí importa

En este periodo del año suele existir una actitud generalizada que expresa abiertamente una intención por permanecer unidos y un ímpetu de desarrollo personal. Así, suelen escucharse frases como "hemos de estar juntos" o "desde el próximo año yo seré distinto". Sin embargo, las inspiradoras intenciones de cariño, empatía y progreso individual se encuentran con contradictorias angustias, vacíos y pesares difusos.

No se permita confundir los medios con los fines. El consumo material desmedido no es un fin. La empatía, el compromiso con los otros y la expresión del potencial humano sí lo son. Tengo la esperanza de que ponga el énfasis de los esfuerzos donde se encuentra lo verdaderamente valioso.

Aurora Zapata Salazar

Indultos y responsabilidad

Al cumplirse un año de los polémicos indultos otorgados por el Presidente Boric, se hace oportuno reiterar el grave error que cometió el Mandatario de haber indultado a delincuentes comunes con sendos prontuarios, luego de la detención de Luis Castillo a mediados de mes por el delito de secuestro.

Hay que recordar que el Presidente señaló erradamente que los indultados eran "jóvenes que no son delincuentes", como si todos fueran jóvenes idealistas que no tenían antecedentes previos al estallido social y estaban presos por protestar. Sin embargo, eso no fue así, por lo que el Jefe de Estado, apelando a un mínimo de diligencia, pudo haber leído los antecedentes de todos los presos que iba a indultar antes de tomar la decisión y no haber confiado a ojos cerrados en lo que le había dicho su exjefe de gabinete, Matías Meza-Lopehandía, al entregarle los antecedentes.

Si bien el indulto es una herramienta legal del Presidente y la puede ejercer a su arbitrio cumpliendo con los requisitos que establece la ley, ello no quiere decir que el Mandatario pueda ejercerla de forma negligente y, en consecuencia, no responder políticamente por su irresponsabilidad, porque del Presidente se espera un mínimo de responsabilidad en su actuar y que no ponga en riesgo la seguridad pública de la nación.

Adriano Ventura