La advertencia en el correo electrónico que llegó a las universidades pertenecientes al Sistema de Acceso instruyó a las instituciones que decidieran elaborar rankings de colegios, informes, estudios con los puntajes generales o divulgar externamente los resultados de la reciente Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES), serían informadas a la Superintendencia de Educación Superior.
Con la indicación, no solo se establece un cuestionable precedente en futuros procesos, sino además, agrega opacidad a un proceso clave en la formación de cientos de estudiantes.
Uno de los contraefectos de la medida, es que cualquier análisis que se realice, con los datos disponibles, puede llevar conclusiones erradas o con sesgos. Con la información a la fecha, no se puede determinar, el rendimiento de los alumnos regionales, salvo algunas disposiciones. Solo un colegio de la región se encuentra dentro de los 100 primeros establecimientos con mejores puntajes del país, una situación que se reitera durante los últimos diez años, donde los principales establecimientos privados de la región, logran una baja figuración a nivel país.
Así y todo, los mejores rendimientos en puntajes máximos, en su mayoría corresponden a colegios privados o subvencionados y salvo los informados por la secretaría de educación, existen solo una alumna de Calama con trayectoria destacada que recibió reconocimiento este año y que egresó de un Liceo Bicentenario.
Tal como afirmaron las autoridades, estas nuevas pruebas tienen propiedades muy valiosas y constituyen un mejoramiento respecto de las vigentes hasta el proceso de admisión 2022, pero quizás se sobredimensionó su capacidad de reducir brechas.
En este sentido es preocupante que no se reporten con mayor transparencia por cuanto todos los actores del sistema, los medios de comunicación incluidos, requieren de información de calidad para fiscalizar aquellas políticas públicas que permitan mejorar el sistema de acceso a la educación superior.