Hoy nuestro país enfrenta una crisis de seguridad, principalmente centrada en los delitos más violentos, que tienen como especial protagonista la niñez más vulnerada en espacios que deberían ser protectores como la familia, la escuela y la comunidad.
Según datos de la Fiscalía, en 2022 se registraron 54 Niños, Niñas y Adolescentes que perdieron su vida en conflictos asociados a la delincuencia (aún no tenemos datos 2023), 57% de ellos fueron protagonistas de acciones delictivas. En la misma línea, según el Observatorio Niñez de Fundación Colunga, 1 de cada 3 niños ha presenciado tráfico de drogas, balaceras o disparos. Aumenta la participación de niños en delitos violentos y en bandas organizadas; 1 de cada 3 miembros de estas bandas, según informa Carabineros, son adolescentes. Cifras de la Defensoría Penal Pública: en 2021, un total de 110 niños fueron imputados por el delito de homicidio, mientras que en 2022 el número llegó a 146, lo que equivale a un 32% más.
Con este escenario se va dibujando claramente una estrategia del crimen organizado de involucrar a niños en delitos violentos, así rompen la cohesión en los territorios donde operan impunemente mientras el Estado no resuelve importantes nodos críticos como los 14 mil niños que no cuentan con tratamiento necesario para Salud Mental, o los 35 mil en espera de un programa ambulatorio en Mejor Niñez, o más de 50 mil niños excluidos del sistema escolar y cerca de 1 millón en ausentismo crónico.
La niñez está siendo acechada por el crimen organizado que permea sus espacios de protección. Se requiere con urgencia levantar una Agenda Temprana de Prevención Social que fortalezca aquellos ámbitos erosionados por el delito. Es necesario apoyar la crianza de padres y cuidadores, el reingreso al sistema escolar y fortalecer la cohesión de los vecinos por el desarrollo positivo de la niñez. Se necesita una oferta completa, oportuna, de calidad y con evidencia que realmente sea capaz de prevenir tempranamente y cambiar trayectorias delictivas cuando se inician.
Tenemos en ciernes una verdadera catástrofe en la infancia más vulnerada víctima del crimen organizado, hay herramientas legales en la Ley de Protección Integral de la Niñez que el legislador le dio al Ejecutivo. Debemos llegar antes y dejar de llegar tarde. Hoy, la vida y el futuro de cada uno de ellos depende del liderazgo para enfrentar este desafío. Un niño son todos los niños del mundo.