Vocación significa ser, estar llamado, tener las aptitudes para "llegar a ser" lo que está ovillado en cada cual. Las aptitudes no bastan pues los condicionamientos en gran medida son determinantes, cómo se vive… cómo fue nuestra infancia. No bastan las oportunidades. Más también no faltan las excepciones, personas en condiciones contrarias han llegado a sus cúspides, así también personas que desde sus pináculos caen.
Los resultados de la PAES 2023 ha sido de una evidencia dramáticamente categórica. Se puede tener una enfermedad focalizada pero igual comprometería al cuerpo entero. 100 colegios pagados han logrado los mejores puntajes a excepción de dos liceos municipalizados y sólo el colegio San Ignacio pagado de Calama en este privilegiado listado. Y ausentes todas la zonas norte del país, hecho que horada profundamente el cuerpo social de Chile.
Las desigualdades nos fantasman. Podemos aparentar un país con "perfiles" de desarrollo: tenemos más celulares que habitantes, vehículos estacionados en poblaciones vulnerables, ¿quién no tiene televisor? Este espejismo engaña si la mayor parte de la población carece de condiciones culturales básicas. Pertenecemos al grupo de países desarrollados pero las evidencias se imponen. Suele decirse que la monita vestida de seda igual es monita.
Este sistema escolar está dirigido en llegar a la universidad o a centros de formación técnica. Vale decir, incorporarse al mundo del trabajo y preferentemente optar por la profesión que redite buenos ingresos. Las proclamaciones por "formaciones integrales" son cantos de sirenas. Es evidente que las complejidades de educarse, la educación entraña múltiples factores. No todos con grados académicos garantizan ser personas de excelencia humana. "El talón de Aquiles lo tenemos todos" y suelen ser decisivos en las instancias de la vida.
Si los condicionamientos sociales pesan tanto, los problemas del estado social mundial ya sobrepasan a todos los humanos de hoy. ¿Qué es la ONU ante las guerras invasores? ¿Quién puede frenar a los países poderosos que invaden a sus menores?
Los humanos por centurias hemos perdido lo más valioso ante toda la creación: Nuestras Conciencias, nuestra capacidad de ser dueños de nuestros actos, nuestros valores inherentes a nuestra corporalidad humana: nuestro corazón sabe del bien común, irriga de sangre todo nuestro cuerpo… Nuestras manos saben crear y siempre quedan abiertas sin retener nada… dos oídos para escuchar…. Etcs.
Los liderazgos, las gobernanzas coherentes a sus conciencias no permitirían los torrentes migratorios, las exclusiones indignas, las fabricaciones de armamentos, la explotación a la madre naturaleza que nos nutre.
La Vocación Humana es un llamado a ser persona, a convivir en la elemental armonía. Cada semilla es el ímpetu a auto desarrollarse hasta su propio cenit. Y qué decir del óvulo humano fecundado que somos todos los que caminamos hacia adelante? Y, que podemos mirar los cielos que nos llaman a mirar más allá de nuestros egos… ¿No es la conciencia que nos hace ver la belleza y gratuidad del universo? ¿No es la conciencia que en sus desgarros gime por una paz, por la liberación de las esclavitudes opresoras y solapadas? ¿No es la conciencia que le es insoportable la injusticia, las injusticias? ¿No es la conciencia que invoca por una unidad de conciencias entre las riquezas de las diversidades? ¿No es la conciencia que no acepta las ideologías mutilantes?
La conciencia se desarrolla al ritmo de nuestra corporalidad: aprendimos a caminar, a dar los primeros pasos de autonomía cuando nos llamaban los brazos que nos esperaban, en la confianza de ser protegido, de ser amado. La conciencia de saberse a sí mismo, se despierta a nuestros pasos originales porque se aprende a pararse por sí mismo. Se asume la propia identidad que se pierde cuando nos masificamos como sociedad.