Franco Bruna Ortiz
El proyecto minero Comahue ha generado una serie de controversias con grupos ambientalistas, en razón del impacto que causaría, considerando su cercanía a la Reserva Nacional La Chimba, ubicada a alrededor de siete kilómetros de la faena que se busca desarrollar.
El episodio más reciente es la reclamación presentada por Corporación GEN y otras fundaciones en contra del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), ente que aprobó el proyecto en el Primer Tribunal Ambiental, al considerar que el área de influencia del proyecto sobre el área silvestre protegida de la reserva no fue determinada de forma apropiada.
NextMinerals, empresa que controla Comahue, responde a estos temas en esta entrevista, a través de su gerente general Cristóbal Fiori; y su vicepresidente de proyectos y operaciones, Carlos Nakousi.
¿Cómo responden ante esta nueva reclamación?
-CF.: El proyecto Comahue ha seguido todo el proceso definido institucionalmente por el Sistema de Evaluación Ambiental, desde su solicitud de una resolución de calificación ambiental, que fue aprobada el 28 de marzo. Luego, jurídicamente también se da un espacio para que alguien siga oponiéndose, y es lo que ha ocurrido en las últimas semanas. Desde el punto de vista técnico hemos cumplido con todo lo que especifica el proceso, la ley y la institucionalidad. Y desde el jurídico, el SEA ahora debe defenderse frente a estas solicitudes que, en nuestra opinión, no tienen un fundamento robusto detrás.
¿Cómo ha afectado este recurso a la planificación del proyecto que tenían prevista?
-C.F.: La etapa en la que estamos ya suficientemente lenta por toda la cantidad de permisos sectoriales que hay que obtener luego de contar con la resolución de calificación ambiental. Entonces, desde el punto de vista de tiempos, yo te diría que no hay un gran efecto respecto a si nos ha atrasado o no. Pero sin duda que desvía el foco de lo que uno está haciendo para tratar de revertir el estancamiento de la inversión en el país, en la región, y así ir adelante con mayor generación de empresas, de trabajo y beneficios.
¿En qué estado está ahora el proyecto?
-C.F.: No estamos a la espera de ninguna resolución para iniciar la construcción del proyecto. Estamos siguiendo nuestra carta Gantt, por así decirlo, la cual aún está en la etapa de la obtención de permisos sectoriales, que requieren bastante coordinación y tiempo para su obtención, pero las aprobaciones o resoluciones medioambientales ya las tenemos. No depende de nosotros decir una fecha específica, pero esperamos iniciar labores de construcción hacia el final del segundo semestre de este año, o al principio del próximo. Pero eso no significa que vamos a estar en condiciones de operar. La producción de cátodos de cobre sería aproximadamente dos años después de iniciados los primeros trabajos.
Se asegura que el proceso de evaluación no fue apropiado. ¿Qué requerimientos se les pedían y de qué manera los aseguraron?
-C.N.: El proceso de evaluación que está definido y normado no es una definición nuestra. Dependiendo del carácter del proyecto, el tamaño, si existe o no existe un impacto se define si se trata de una declaración de impacto ambiental o un estudio de impacto ambiental. En el caso nuestro, dado el carácter de nuestro proyecto, fue una declaración.
Proyectos de esta escala buscan la menor intervención en su entorno. Nosotros tenemos la posibilidad, y de hecho así lo hicimos, durante varios meses por medio de levantamiento territorial en el área, de reubicar nuestra infraestructura, por ejemplo. Por lo tanto, en su diseño, este proyecto buscó unas características que lo hacen, dada la normativa ambiental, cumplir todas las condiciones. Es así como nosotros lo postulamos, es así como el SEA lo calificó y decidió seguir adelante con la evaluación, la que tomó alrededor de 11 meses. Y es un proceso riguroso que no contempla diferencias entre proyectos chicos y grandes.
¿Existió comunicación con la Comunidad GEN antes de llegar a este punto?
-C.F.: El proceso que nosotros seguimos dentro del sistema de evaluación ambiental consideraba un periodo y un plazo y una forma para la participación ciudadana. Y también nosotros tenemos que hacernos cargo de eliminar o mitigar los efectos que pudieran haber con terceros. En esas dos aristas del proceso, nosotros intentamos conversar con Corporación GEN. Y tuvimos conversaciones con la Conaf acerca de La Chimba. Tanto GEN como otras agrupaciones vecinales no quisieron conversar con nosotros. Se negaron y dijeron desde el principio que iban a seguir un camino diferente. En cambio con Conaf sí pudimos conversar, intercambiar algunas ideas, y pudimos mostrarles que no hay efectos en nuestro proyecto sobre el interés de la flora y fauna de la Reserva Nacional de la Chimba.
¿Por qué creen que se generó esta reacción pública en contra del proyecto?
-C.F.: Cuando nos salimos de la lógica y las plataformas, y las usamos con un interés político que no es el nuestro, se desvirtúa absolutamente la lógica inicial para la cual fueron pensadas las instituciones y los procesos que nosotros hemos seguido. Entonces, estos conceptos que hemos hablado, estas fake news, que definen en forma arbitraria que esto debió ser un estudio de impacto ambiental y así echar para atrás todo lo que se ha obtenido, no tienen ningún asidero. Ya el recurso administrativo de nulidad no prosperó y actualmente esperamos que esta reclamación tampoco lo haga.
"Tanto GEN como otras agrupaciones vecinales no quisieron conversar con nosotros. Se negaron y dijeron desde el principio que iban a seguir un camino diferente".
"Estas fake news, que definen en forma arbitraria que esto debió ser un estudio de impacto ambiental y así echar para atrás todo lo que se ha obtenido, no tienen ningún asidero".