Un principio fundamental de la construcción es la solidez de los cimientos. A simple vista, la casa o inmueble que fue edificado sobre roca resulta idéntico a aquel que lo fue sobre la arena. No obstante, el tiempo y eventos como un sismo, una inundación o un incendio, demostrarán que la calidad de las obras y por ende, su durabilidad, es diametralmente distinta.

En el caso de la salud, el principio resulta idéntico. Pareciera que los niños, niñas y adolescentes con sobrepeso y obesidad más allá de sus características físicas, son tan saludables y capaces de realizar todo tipo de actividad como cualquiera de sus pares.

Sin embargo, los menores con sobrepeso y obesidad están construyendo su bienestar físico sobre cimientos que pueden perjudicar de manera significativa su vida presente y su etapa de adultos.

De acuerdo a las estadísticas, tres de cada cuatro menores de edad con sobrepeso u obesidad, mantendrán tal condición durante la etapa de madurez, trayendo consigo la aparición de una serie de patologías crónicas y graves que pueden afectar significativamente su calidad de vida y por consecuencia, la de su grupo familiar.

Se acrecientan así, de manera importante, los riesgos de desarrollar enfermedades graves de tipo cardiovascular, diabetes, hipertensión, insuficiencia renal, impotencia sexual, trastornos musculoesqueléticos, trastornos del sueño y cáncer, entre otras, las que a su vez pueden provocar discapacidad y problemas de salud mental.

Lamentablemente, todo ello corresponde a problemas de salud que se están presentando a edades cada vez más tempranas y cuyas consecuencias no sólo pueden aparecer a largo plazo, sino durante todo el ciclo de la vida, inclusive, con consecuencias fatales.

El sobrepeso y la obesidad constituyen una problemáticas mundial de la que no escapa Chile ni la Región de Antofagasta. La Organización Mundial de la Salud (OMS), la considera como una nueva pandemia del siglo XXI, proyectándose un aumento de 10% a 20% en el período 2020 - 2035.

De acuerdo a los datos del Ministerio de Salud, la prevalencia del sobrepeso en Antofagasta en los escolares de primero básico se encuentra en 23%; en quinto básico en 30,5%; y en primero medio en 28,6%. En cuanto a la obesidad, ésta alcanza un 25,9% en primero básico; 34,3% en quinto y 20,3% al inicio de la enseñanza media.

El Gobierno y el Ministerio de Salud poseen una Estrategia Nacional que apunta a detener la aceleración del sobrepeso y la obesidad en la niñez y adolescencia, instancia que será fortalecida con la materialización de un Plan Regional que involucrará un trabajo coordinado entre una serie de reparticiones públicas.

Aún así, resulta imprescindible y urgente que los padres tomen conciencia de la gravedad de la problemática, interviniendo decididamente para cambiar la condición de salud de sus hijos. "Debemos construir sobre la Roca".

A solo días de un nuevo inicio del año escolar, la voluntad de todos los actores del sistema relativa a no reiterar conflictos pasados en la educación pública que terminan dañando profundamente los procesos de aprendizaje de los alumnos, resultan transversales. Autoridades, sostenedores y actores relevantes como los representantes de los profesores, parecen, en principio, concordar en que la emergencia educacional presente en todas la regiones y la recuperación de aprendizajes aparece como el objetivo prioritario en este nuevo inicio.

Las cifras del Mineduc grafican el profundo efecto que dejó las medidas adoptadas durante la pandemia y que acrecentaron los niveles de ausentismo a niveles históricos en nuestra región. De ahí que el ministerio, en el marco del plan de reactivación educaciones, se encuentra ejecutando la campaña comunicacional que apunta a la revalorización de la educación presencial.

Según cifras de la seremi de Educación durante el 2023, la Región de Antofagasta registró una matrícula de 134.533 estudiantes, el 60% de ellos en Antofagasta y el 29% en Calama. Del total de matriculados, el 56% pertenece a establecimientos municipales, el 36% se encuentra en colegios subvencionados y el 8% asiste a colegios particulares.

Los problemas y resultados más preocupantes, sin duda, se observan en la educación municipal que agrupa casi 75 mil estudiantes en toda la región. Conflictos gremiales, problemas de convivencia escolar, bajos rendimientos en pruebas estandarizadas, se han reiterado en los últimos dos años. Y las respuestas por parte de las corporaciones educacionales han resultado insuficientes, y en muchos casos, solo han agravado el problema. A nivel ministerial, además, la región inicia el nuevo año con un tercer seremi en el cargo.

Es de esperar que todo ello sirva de aprendizaje y permita dar continuidad a un plan que aborda unos de los problemas sociales más urgentes de los últimos veinte años.