BHP, uno de los gigantes de la minería en nuestra región, registra un significativo avance con un 40% de participación femenina en su fuerza laboral. Este dato va más allá de las cifras; representa un progreso palpable en la integración de las mujeres en roles previamente vedados, y subraya el valor que aportan.

Esta positiva llegada a sectores tradicionalmente dominados por hombres es un paso crucial hacia una sociedad más inclusiva y justa. Además de generar oportunidades económicas para las mujeres, contribuye a desafiar los estereotipos de género arraigados y a fomentar un entorno laboral más diverso y enriquecedor para todos.

Sin duda, es un progreso en la larga batalla por la equidad de género, pero queda claro que aún hay mucho por hacer. El actual Gobierno, al declararse feminista, ha establecido una misión integradora que va más allá del discurso, buscando generar mayores y mejores oportunidades para todos. Reconocer el valor intrínseco de las mujeres como agentes de vida es esencial y debe ser respaldado por la sociedad en su conjunto.

Lo positivo es que esta lucha por la igualdad de género, de antigua data, comienza a tomar forma y la sociedad en su conjunto se verá fortalecida a medida que se avance hacia una verdadera igualdad de oportunidades y reconocimiento del valor de cada individuo, independientemente de su género. Los ejemplos son claros y ya existen.

La tarea es seguir implementando políticas y programas que fomenten la igualdad de género en todos los ámbitos. Esto incluye medidas como la promoción de la licencia parental equitativa, la eliminación de la brecha salarial de género y la adopción de prácticas de contratación inclusivas. Al mismo tiempo, es necesario un cambio cultural que valore y reconozca las contribuciones de las mujeres en todos los aspectos de la sociedad.

Cada 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer donde reflexionamos acerca de lo que hemos logrado y lo que aún nos falta. Así las cosas, esta semana el Congreso despachó a ley por amplia mayoría el "proyecto sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia" que busca erradicar, sancionar y prevenir toda forma de violencia contra las mujeres con ocasión de ser mujer. En la última década las cifras de femicidios consumados se han aproximado a 42 por año, sin embargo, los femicidios frustrados han aumentado progresivamente de 72 el año 2013 a 216 el año 2023, números altamente preocupantes y que dan cuenta del aumento de la violencia contra la mujer en Chile.

Desde hace algunos años se han publicado leyes en este sentido, precisamente por las preocupantes cifras en femicidios, delitos sexuales y diferentes tipos de violencia; en razón de ello, ley Antonia, proyecto del cual fui una de las autoras, buscó mejorar las garantías procesales para proteger los derechos de víctimas de delitos sexuales y evitar su revictimización, en otro orden de ideas, la ley de reparación para víctimas del femicidio permite actualmente entregar una pensión a hijos e hijas de mujeres víctimas de femicidios, proyecto del cual también fui partícipe. En este mismo sentido el proyecto de ley sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia es un avance del todo relevante para acompañar estas y otras leyes, pues se trata de una ley marco que modifica diferentes normas estableciendo mayores garantías estatales aumentando la efectividad en la justicia, ampliando y supervisando el cumplimiento de medidas cautelares, garantizando la asistencia y representación judicial de las víctimas y, mandatando a los organismos públicos a actuar con debida diligencia y en virtud de estándares internacionales. Además, crea un Sistema Integrado de Información sobre la Violencia de Género, el que hoy increíblemente no existe; la Comisión de Articulación Intersectorial; un plan Nacional contra la violencia de género; reconoce tipos fundamentales de violencia como aquella ejercida contra niños, niñas y adolescentes con el objeto de dañar a sus madres o cuidadora, la violencia simbólica, institucional, política y ginecobstetricia, entre otras cuestiones que tienen un fin único, dar un margen de esperanza y libertad a las mujeres víctimas de violencia por razón de su género.

En definitiva, esta norma ha sido una preocupación transversal de los diferentes Gobiernos y esperamos que la efectividad de ella se vea prontamente reflejada en las cifras, el bienestar y calidad de vida de mujeres, niños, niñas y adolescentes.

Mujeres por la construcción de un Nunca Más. Así se denomina la exhibición fotográfica que, desde el lunes pasado, se presenta en Antofagasta, y que también será expuesta en la comuna de Tocopilla, la cual, es impulsada por la Mesa de Memoria y Derechos Humanos en el marco de los 50 años de la conmemoración del Golpe de Estado. En ella, el fotógrafo don Glenn Arcos, recorre la diversidad de roles de nuestras mujeres nortinas en la lucha contra la dictadura. En la presentación de la muestra, el artista nos deja sin palabras, en forma literal, no por la exposición misma -pues las imágenes nos abren tribuna al diálogo actual y futuro- sino por su descripción sentida de un episodio de cuando muy niño advirtió el dolor de las madres que buscaban los restos de sus hijos en el desierto. El artista se quiebra en público y no logramos contener la emoción.

Durante más de 50 años, las mujeres han sido protagonistas de la historia de nuestro país en la lucha contra la dictadura y luego en un segundo momento, fueron arrastradas a una segunda lucha, la de reconstruir la verdad y buscar justicia. En la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, debemos "RECONOCER", con palabras mayúsculas, el valor de estas madres, hermanas y esposas, pues son sus alientos, sus fuerzas, su convicción, las que no permitieron que la historia fuera torcida y maniatada, como al poder político y económico en clave patriarcal les habría convenido gustosamente.

El respeto a las ideas y la vida de una persona, son fundamentales en una sociedad democrática, y no debe ser permitida la banalización de la desaparición de personas, en manos de agentes del Estado al servicio del poder político de turno, esta es una máxima de humanidad esencial, que ningún ciudadano, más aún uno con pretensiones de ocupar un espacio político, debiera siquiera desvirtuar en sus discursos. En esta lucha también están las mujeres, recordando, exigiendo, evidenciando el Nunca Más, también con letras mayúsculas.

En esta semana, nuestro Ministro de Justicia y Derechos Humanos, Luis Cordero, como representante de la delegación de Chile, acompañado por miembros del Poder Judicial, Ejecutivo, y Legislativo, han dado examen ante la comunidad internacional, sobre el cumplimiento del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Político. Después de 10 años, fueron presentados los avances y desafíos en materia de Derechos Civiles y Políticos. Entre estos avances tenemos la ejecución del Plan Nacional de Búsqueda de Verdad y Justicia, que reconoce la obligación del Estado de Chile de buscar a las personas víctimas de desaparición forzada, en el contexto de la violación grave y sistemática a los derechos humanos de la población, desaparición forzada de personas, ejecuciones políticas, secuestro, prisión política, tortura, exilio, entre otras violaciones a los derechos humanos, todas prácticas habituales de los órganos represivos del régimen militar que tanto daño le produjo a nuestro ADN.

En esta política pública están las mujeres presentes nuevamente, mujeres nortinas, como doña Mónica Díaz, Presidenta de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos y Detenidos Desaparecidos de Antofagasta, quien, junto a otros 9 miembros, forma parte del Comité de Seguimiento y Participación del Plan Nacional de Búsqueda. El compromiso por los Derechos Humanos de parte de las mujeres de Chile y del norte sigue intacto.