"Tengo recuerdos imborrables
Al igual que en todo Chile, en la pampa salitrera existieron personajes entrañables y queridos por todos. Esta es la historia de Enrique Rojas Acosta, conocido como "El Comegato" en su querida tierra
Enrique Rojas nació un 7 de agosto de 1955 en la oficina salitrera Pedro de Valdivia y, tal como recalca, su historia en la pampa es la de un niño feliz, de muchos amigos y aventuras. Cómo no, si contaba con un extenso e interminable paño de tierra, donde pudo echar mano a su imaginación y sobrellevar las más variadas aventuras junto a sus 'secuaces'.
Este ingeniero en minas no oculta su emoción al recordar tan bellos momentos. Mira a su hijo con ojos vidriosos y relata: "Fue una época muy feliz, la más bella de mi vida. En la pampa pudimos hacer y deshacer con nuestra imaginación, y vaya que los niños cuentan con un potencial enorme para aquello".
Su árbol genealógico deriva del Norte Chico, específicamente de Huentelauquén, en la Región de Coquimbo, localidad donde nació y residió su abuelo.
En este contexto, 'El Comegato' recuerda que sus padres, antes de llegar a Pedro de Valdivia realizaron un recorrido, buscando mejores expectativas de vida, por diferentes oficinas salitreras, que les permitió contar con la experiencia necesaria para enfrentar la cruda vida en el Desierto de Atacama, el más árido y seco del mundo.
¿Cuál es su historia en la pampa?
-Me considero un hijo de la pampa salitrera. Mis abuelos maternos llegaron jóvenes a los cantones de Tarapacá desde la Cuarta Región . Mi abuelo era oriundo de Huentelauquén y mi abuela de la Paloma. Mi madre nació en el cantón La Noria. Ella siempre estuvo en la pampa. Por otra parte, mis abuelos paternos llegaron del cantón Bolivia desde la Cuarta Región, específicamente del pueblo de San Marcos Viejo, en la comuna de Combarbalá. Mi padre nació en la Oficina Chela, en la Región de Antofagasta, cerca de Chacabuco.
Mis padres arribaron a la oficina Pedro de Valdivia en 1953. Ellos ya se conocían de otro campamento salitrero, específicamente de La Paloma, o también llamado 'La Piojillo'. En este lugar formaron una familia, ya que mi madre venía de otro matrimonio y con tres hijos. Del segundo matrimonio nacimos cuatro hermanos: dos mujeres y dos varones, siendo yo el mayor. Nací en 1955 en el Hospital de Pedro. Pasé toda mi infancia y parte de mi adolescencia en esa oficina. Ahí estudié la enseñanza básica y después emigré a Antofagasta a estudiar a la Escuela de Minas de la Universidad Técnica Del Estado (UTE), casa de estudios superiores de la que salí al mundo laboral como ingeniero de ejecución en minas. Por lo que gracias a esto he recorrido mi país, trabajando desde la Quebrada de Gallinazo hasta un poco más allá del río Mosco.
¿Cuál es su mayor vínculo con las salitreras ?
-Como relaté, soy un hijo genuino de la pampa salitrera. Es más, junto de trabajar en Pedro, también formé ahí mi familia, de la cual dos de mis hijos son pampinos. Esto último es un vínculo grande y me siento muy orgulloso de ello. Recuerdo que en una oportunidad, yo trabajando en los cerros de Curacaví, se me acercó un señor que decían que era brujo. Este señor me dijo: "Usted volverá a su tierra y ahí formará una familia". Volví a Pedro y me case en la iglesia de Santísima Trinidad. El brujo tenía razón.
¿Qué recuerdos tiene de su vida en la pampa?
-Son tantos, tan variados y de distinto calibre. Tengo recuerdos en los tiempos de mi niñez. Tengo muchos recuerdos de la pampa, y también de muchos amigos. Uno de los aspectos que más destaco de mi vida en el desierto fue aprovechar el espacio que este nos brindaba. Recuerdo que se realizaban muchas actividades al aire libre. Ponte tú, los domingo en la mañana se realizaban los campeonatos de fútbol infantil y juvenil, había extensión cultural, donde estudiaban música algunos niños, además de estudiar en la escuela.
Otro recuerdo imborrable es el cine. Recuerdo que se cambiaba la película todos los días. Luego, en mi juventud, mi práctica profesional la realicé en verano en el departamento de minas de la oficina salitrera.
Junto con lo anterior, destaqué en deporte, específicamente en natación. Fui un buen elemento en esta disciplina, permitiéndome representar a Pedro de Valdivia y a las asociaciones de natación de Antofagasta, Arica e Iquique.
¿Qué personajes recuerda de aquella época?
-Se recuerdan muchos personajes populares, pero debo hacer una especial mención al magisterio. A esos abnegados profesores de la primaria y después básica por la enseñanza de valores, respeto y amor a la Patria en ese inmenso desierto.
¿Cuando dejó de vivir en la pampa y hacia dónde emigró con su familia?
-Mi familia y yo emigramos desde Pedro de Valdivia hacia Antofagasta en 1977. Esto debido a que mi padre salió pensionado de la empresa Soquimich. Sin embargo, no perdí el vínculo con la pampa salitrera, para nada. Esto porque regresaba los veranos y realicé ahí mi práctica profesional.
Luego, en 1984 ingresé a trabajar a SQM, donde estuve hasta 1988. Luego emigré a Iquique. Mi vida profesional la he desarrollado en el desierto, ya no en yacimientos salitreros, pero sí de otros minerales como cobre y oro.
Actualmente estoy radicado en Rancagua, pero me emociona de sobremanera el hecho de que distintas instituciones están rescatando y poniendo en valor la historia de la pampa salitrera. Esto me 'infla' el pecho y me hace sentir orgulloso de mi pasado, de mi historia.