También en la "Chile"
En esta afición por hurgar documentos añejos, diarios ajados y revistas mutiladas, nos encontramos con hechos y episodios agradables, dignos de recordar. Pero también están esos otros, los que duele evocar, que permanecieron maliciosamente ocultos y que no tuvieron cabida en las páginas de nuestra historia.
De estos últimos, la epopeya del salitre es un verdadero álbum, con tragedias que no hablan bien de aquel pasado. Especialmente cuando los pampinos -enganchados muchos- levantaron la voz y los puños, para pedir un trato más humano y justo, acorde con sus esfuerzos derrochados en las calicheras.
Solo para nombrarlas: Santa María de Iquique, San Gregorio, Marussia y La Coruña.
Pero hubo otras, como ésta, acaecida al interior de Taltal.
El 17 de septiembre de 1904, en la oficina "Chile" de la Compañía Salitrera Alemana, los pampinos celebraban en las ramadas instaladas detrás del campamento. Hubo varias reyertas a combo limpio a eso de la una de la madrugada. Más de veinte pampinos arreglaban sus diferencias con sus puños, lo que se consideraba normal.
Fue entonces cuando la guardia de la oficina, autodenominados "Los Húsares", al grito de ¡Viva Chile!, cargó con su caballería, volteando a combatientes y espectadores, con una larga secuela de heridos. La respuesta no se hizo esperar y las pedradas se opusieron a las carabinas. Pero el plomo no diferenció a hombres mujeres y niños. Y las lanzas de los "Húsares", al mando del teniente Maximiliano Meneses, tampoco fueron selectivas en su cometido.
El balance no es alentador: 23 muertos, más de 60 heridos y gran cantidad de calicheros "azuleados" por alterar el orden. Cuatro días después el gobernador de Taltal, Vives Bravo, se entrevistó con el gerente, un germano de apellido Morstad y todo quedó en el mayor de los silencios. Sin culpables ni procesados. Con una larga lista de despedidos por revoltosos y con el encargo de contratar un buen enganchador, a fin de traer desde el sur a hombres decididos a trabajar y no a crear alteraciones al orden en la oficina.
Este episodio de la oficina "Chile" está oculto, entre tantos oscuros vericuetos de la epopeya del salitre.
Jaime N. Alvarado García.
Profesor Normalista - Periodista
Linterna de Papel