Paulo Osvaldo Delgado Inostroza, nació el 14 de diciembre de 1975 en Tocopilla, lugar donde vivió con su familia integrada por su papá Osvaldo Delgado, su mamá Rosa Inostroza y sus hermanos Alejandro y Paulina, hasta los 18 años luego de terminar sus estudios en el colegio Sagrada Familia.

El próximo 7 de agosto será un día muy especial para él y su familia, pues el deportista de 48 años viajará a París, Francia, para participar en el maratón de las Olimpíadas 2024.

Delgado tiene dos hijas, Isidora (murió a los pocos meses de nacer producto de una hidrocefalia), transformándose en una de sus grandes motivaciones para iniciar este deporte y hace cuatro meses, nació Elisa.

Amante de las películas épicas, crítico del poder, defensor de su querido Tocopilla, busca a través del deporte inspirar a las nuevas generaciones, promoviendo la vida sana, y los valores deportivos basados en la disciplina, el esfuerzo, la voluntad y el trabajo en equipo.

¿Cómo salió esta oportunidad de correr en las Olimpíadas de París?

- Por primera vez en la historia de los Juegos Olímpicos, se abrió una disciplina para deportistas aficionados de todo el mundo, el maratón.

Para ello, a través de una aplicación había que cumplir retos y ganar puntos; corriendo, en bicicleta, nadando, etc. Cada uno de los retos sorteaba entre dorsales entre quienes los completaban. Entre todas las pruebas, se repartirían 20.024 lugares, entre 110 países y de forma paritaria entre hombre y mujeres.

Cuando se abre la convocatoria, el 2022, bajo la aplicación y empiezo a completar los retos. Así uno tras otro. Tener un puesto era como encontrar el billete dorado de Willy Wonka.

Recuerdo que en pleno proceso del Maratón de Chicago 2023, recibo un correo. Había sido seleccionado. No decía nada más que "Tienes un cupo en el Maratón Pour Tous (maratón para todos), espera indicaciones en los próximos meses. Quede sentado frente al computador leyendo y releyendo el mensaje. Estaba frente al billete dorado.

¿Qué significa para ti este hito?

- Nosotros correremos a las 21:00 del sábado 10 de agosto. Esa misma mañana lo habrán hecho los mejores maratonistas hombres, y al día siguiente las mujeres. Desde el centro de París hasta Versalles volviendo a Les Invalides, a un costado de la Torre Eiffel.

Yo tengo claro que antes, durante y después de la carrera, seguiré siendo el mismo corredor amateur de hoy, pero estaré en la cita máxima de deporte mundial, y creo que todavía no logro comprender lo que ello significa. Sigo entrenando como para cualquier maratón, pero tengo claro que cuando esté en la salida, y cuando cruce esa meta, serán postales difíciles de olvidar

Alguna vez comentaste que fue en tu natal Tocopilla que comenzaste a correr. ¿Cuántos años han pasado desde entonces?

- Yo siempre hice deporte en Tocopilla. Mis padres lo incentivaron desde que éramos pequeños. Y siempre recuerdo los primeros trotes junto a mi hermano y mi papá. Estoy hablando de mediados del 80. En los veranos íbamos a la playa, y la ida la hacíamos corriendo, mientras mi mamá y mi hermana viajaban en la micro. Ellas siempre nos ganaban, hasta un momento en que nosotros empezamos a llegar primero. Hoy ya más grande comprendí que eran casi 4 kilómetros. Pasaron muchos años de eso, hasta que después de cumplir los 42, decidí correr por primera vez un maratón.

¿Cuánto tiempo le dedicas a esta pasión?

- En proceso de preparación, de 5 a 7 días por semana. De dos a tres horas diarias. Y eso hay que compatibilizarlo con el trabajo, con la familia, y desde hace 4 meses, con el nacimiento de Elisa, la más pequeña del clan. Es agotador, pero satisfactorio, porque es lo que elegí.

Has participado en varias competencias en el mundo. ¿Cuál ha sido la mejor?

- Nueva York tiene un significado especial, porque fui el mejor chileno en la versión del 2021, saliendo de pandemia. Fue además mi primera experiencia internacional.

Berlín también guarda un lugar especial, porque ha sido mi mejor marca (2 horas 38 minutos), pero porque además fue la primera que corrí junto a mi hermano, con quienes conformamos el Team Delgado.

¿Cuáles son tus expectativas en la competencia?

- Tengo planificado hacer un tiempo cercano a mis mejores marcas. Pero creo que más allá de lugares es importante demostrar que los sueños están para cumplirse. Que muchas veces buscamos excusas, pero hay que sacarlos del camino.

¿Llevarás algún mensaje a las Olimpíadas o, como ha sido característico, pondrás el nombre de Tocopilla en relevancia?

- Por supuesto. Impreso en la bandera chilena como ya es costumbre. Para mí, Tocopilla no es solo un punto geográfico, muchos no lo entienden, pero para mí es mi origen, quién soy, de dónde vengo. Donde están mis recuerdos, mis amigos, mis muertos. Y desde ahí he construido siempre mi futuro. No podemos olvidar de dónde salimos, sería traicionarnos a nosotros mismos.

También llevaré el nombre de mi familia, los Delgado, porque esto también es un sacrificio de ellos. Se preocupan, apoyan y están siempre pendientes. Tendré la dicha que me acompañen mis padres, mis suegros, mi señora y la pequeña Elisa. Ellos estarán en los últimos kilómetros de la carrera, para pasar la bandera con la que cruzaré la meta, para dar el último grito de apoyo.