El "Realismo Pulento"
Pantera Pro -Joel Araya Adaos- es hijo de una madre dueña de casa, oriunda en Pichasca, comuna de Río Hurtado, en la Región de Coquimbo, y un padre trabajador (nativo de la ex Oficina Salitrera Franciso Vergara).
Pantera Pro nació en 1989 en Antofagasta, se crió en la Población Bonilla, hoy habita la Población Chile, pero es en las calles de la ciudad donde se le puede encontrar casi siempre.
Formado en un reconocido establecimiento artístico de Antofagasta y de la mano del arte, se enrrumbó con destino a Concepción en 2010, donde se formó y obtuvo el título de Licenciado en Artes Plásticas con mención en Gestión Cultural.
Fruto de la relación con su eterno amor, en 2012 nace su primer hijo y la vida de estudiante de arte, trabajador y padre de familia -reconoce- fue una verdadera proeza, donde la convicción por crear arte urbano prevaleció.
Arte y libertad
¿Cómo llegaste al arte callejero? Me imagino lo más difícil con las horas de dedicación…
-Yo llegué al arte callejero, no sólo por algunos grafitis y murales que se veían en la calle, sino porque creo que la realidad sucede ahí. Si algo es o no es, el espacio público es el lugar donde realizar la prueba definitiva.
¿Cómo fue tu infancia?
-Desde chico he visto las letras barristas, la estética de la cultura urbana en paredes, micros, paraderos, subterráneos, en la moda, en otros sitios y objetos. Mi inclinación, siempre fue por el arte y la libertad. Y eso, creo, es la idea, exigirse y crear para ir más allá de lo tradicional, de la muletilla, del tag de siempre, la bombita (se refiere a la relación entre llenar de grafitis la ciudad, tal como un bombardero libera su arsenal contra una zona geográfica) probada, los colores de fábrica, el formato establecido. Finalmente, eso es arte, y creo que sucede en cualquier otra actividad, sucede en la cocina, en el trabajo, un momento con tu familia, etc. El arte para mí es la libertad absoluta, y la idea es no coaccionarlo a otra cosa. Sí relacionarlo con otras disciplinas, pero no a un relato legitimador, intereses económicos o lavado de imagen.
¿Qué es lo mejor de esta labor?
- Lo mejor del Street art es la mezcla de factores; el descontrol de las calles, el cálculo de la mente maestra, el tiempo y los amigos-familia que creen en la idea y terminan más que ayudando, siendo parte de la obra. Las horas de dedicación se transforman en horas de producción y autorrealización. Me siento feliz probando mi visión de las artes visuales en la calle, la reacción del transeúnte, el detalle de los distintos ambientes, el convivir y comprender los fenómenos urbanos insitu. Hoy, con la tecnología, en general, se está cambiando todo eso, en como nos relacionamos con el espacio público igual.
En tu trabajo te toca interactuar con los peatones. ¿Cómo es esa experiencia cotidiana?
- Mi mural más reciente se produjo junto a un equipo de mis exestudiantes en la esquina sur del Liceo de Hombres de Antofagasta, Mario Bahamonde Silva. Similar a lo logrado en el Mural de El Loco Víctor, (en esquina calles Washington con Maipú), mi pintura realista presenta en las calles otros fragmentos que ocurren en éstas mismas. A este estilo de pintura le llamo "Realismo pulento", porque trata de que es real y vale la pena pintar. como personajes populares fuera de los círculos de poder y hechos cotidianos de la ciudad; como una pelea de perros callejeros, una disputa en plena esquina que abre varias visiones sobre la naturaleza de los seres que habitan la ciudad, los conflictos de la sociedad, la violencia, la tenencia responsable, la crianza activa, entre otros temas.
¿Qué lugar te gustaría pintar, qué obra y por qué?
- Mi meta es hacer una obra en la costa antofagastina. En nuestro mar, testigo de nuestra historia. Una hazaña más allá de los límites.
Por último, recomiéndanos una canción y por qué la eliges.
- La música que me gusta es el rock latino y el hardcore. Ahora escucho mucho trap latino. Recomiendo la canción de Morad con Bizarrap Music sessions, Vol.47.